De esta forma quedó dividida Nicosia. Incluso la ciudad antigua, rodeada por formidables murallas venecianas del siglo XVI, fue cortada en partes iguales.
Hace cuestión de poco tiempo, después de más de 35 años de cerrazón, ambos lados se pusieron de acuerdo para abrir una brecha o puesto fronterizo y permitir la circulación entre un lado y el otro.
Ese puesto fronterizo se halla en la calle Ledra (Lidras). Ahí les dejo la foto (se ve la bandera de la República fantoche del otro lado). Y les explico lo que se hace y no se hace, si uno se decide a pasar del lado turco (que es, por cierto, donde están los monumentos más grandiosos):
Frontera entre la Republica Griega de Chipre y la "Republica" Turca del Norte de Chipre, calle Ledra, Nicosia.Esta es la visa para poder pasar en la Zona Ocupada. Al llegar a la garita turca uno no debe perder de vista al funcionario de emigración pues aunque es obligatorio rellenar esta simple hojita volante el tampón o cuño deben ponerlo en la hoja suelta y NO en el pasaporte. Por una simple razón: si se le va la mano y les ponen el cuño en el pasaporte, se joden, ya que después ningún aeropuerto de la zona no ocupada les dejará coger un avión pues se sobreentiende, burocráticamente hablando, que Usted entró a la isla por una zona no reconocida oficialmente. Entre el puesto fronterizo griego-chipriota y el turco-chipriota hay dos manzanas de casas destruidas, yerbazales y desolación que es la llamada Línea o Franja Verde, bajo estricto control de los cascos azules de Naciones Unidas. O sea, que después de pasar la garita de la zona libre, uno cae con los soldados de Naciones Unidas (cuando yo pasé los que estaban ahí eran de Eslovaquia, Hungría e Italia), y luego es que pasa el control de la parte turca y se pide esta visa. Ojo: una foto sacada en ese perímetro de Naciones Unidas equivale a confiscación, sin chistar, de la cámara:
Una vez pasada toda esta jodedera, lo primero que vemos del otro lado del "muro" es un país completamente oriental. Inmediatamente aparecen las calles estilo bazar, con los tenderetes y guindalejas típicos de ese mundo oriental, algo que no se ve en ninguna parte en la parte chipriota de origen griego:
Y de pronto aparece, al final de una callejuela de tenderetes y jeans de marcas copiadas la Gran Mezquita Selimiye, construida por arquitectos franceses entre el 1209-1326. En efecto, originalmente se trataba de la Catedral gótica Santa Sofía, pero de la misma manera que la mezquita de Córdoba se transformó aparentemente en templo católico, esta catedral católica fundada por los francos fue transformada en mezquita en 1570, durante la primera ocupación otomana de la isla:
Aquí tienen la prueba de que se trata de una mezquita gótico-francesa. El rosetón y los arcos ojivales de la galería frontal, amén de algunas iconografías esculpidas en las arquivoltas, delatan una factura a cargo de arquitectos venidos de Ile-de-France:
Y del interior ni hablar. Una vez que uno se quita los zapatos y penetra en el recinto lo que ve es una nave gótica. Si no fuera por el encalado a lo mudéjar y otros símbolos de la liturgia musulmana muy bien podríamos creer que estamos visitando una iglesia gótica del norte de Francia:
Como les dije anteriormente, en esta parte ocupada de Nicosia están los monumentos más espectaculares (no los museos). Otro ejemplo es este extraordinario caravanserail (serrallo para caravanas, me imagino que es el nombre en castellano), construido por Muzzafer Pachá en 1572. La sucesión de arcadas a lo largo de las dos plantas, una minimezquita con la fuente de abluciones en el centro y otra idéntica sucesion de arcadas en las galerías exteriores. La belleza de la piedra es notable. Los que han estado en Anatolia este tipo de edificio, originalmente concebido para acoger las caravanas de mercaderes y almacenar las mercancías, notarán el parecido:
Imposible poner más imágenes de Nicosia Ocupada. Entre el rollo de la frontera, algunas reflexiones y consejos, etc. este post se ha alargado más de la cuenta. Aquí les dejo una última imagen: un fabuloso palacete veneciano del siglo XV, convertido hoy en Museo Lapidario. Y un último consejo: si se deciden a penetrar en la zona ocupada dejen el carro en la zona libre, pues aunque también hay un acceso abierto para los autos, NINGUNA aseguradora internacional funciona en la parte no reconocida. De modo que si les roban el carro o tienen un accidente, tendrán que pagarlo todo de su propio bolsillo pues ni las tarjetas más blacks del mundo le cubrirán el accidente:
