Camino del Troddos y el Monte Olimpo, la aldea pintoresca de Omodos, especializada en la fabricación de vinos. Tuve la suerte de llegar al pueblo en el momento en que se celebraba una de las tantas liturgias ortodoxas de la Santa Cruz. El pueblo se engalana y la gente para de trabajar para asistir, vestidos como si fuera domingo, a los rezos dirigidos por los popes. En Omodos también el monasterio atesora un pedazo de la Santa Cruz. Con el tiempo, y después de no pocos viajes, estoy por creer que esa cruz era gigantesca, dado la cantidad de lugares que atesoran un pedazo (y no justamente una astilla). En fin, que Omodos guarda también - y eso sí es una novedad - un gran pedazo de la cuerda con que ataron las manos de Cristo. Lo que no pude averiguar es en que país está la cuerda con que le ataron los pies.