En marzo de
2008, un grupo de académicos, escritores y artistas se dio cita en Nueva York
con el fin de analizar la obra literaria de la escritora cubano-canaria Nivaria
Tejera. Los textos allí presentados acaban de ver la luz, reunidos gracias al
empeño de la investigadora canaria María Hernández-Ojeda en un nuevo libro que
ha publicado la editorial madrileña Torremozas. Se trata de Canarias, Cuba y Francia: Los exilios literarios de Nivaria Tejera, en que se analiza el
significado de la obra de esta importante escritora cubaba, en las letras
hispanas y francesas, su experiencia como triple exiliada política, el contexto
histórico de sus novelas y el impacto que los regímenes políticos represivos
ejercen en los artistas y escritores. Nivaria Tejera es, sin duda, una de
las voces literarias más singulares del siglo XX y XXI a ambos lados del
Atlántico. Durante los últimos diez años he tenido el privilegio de leer su
obra acercándome a su entorno doméstico y a sus perspectivas agudas sobre el
mundo circundante. Poco a poco, sin premuras, cuando el momento lo ha
propiciado, he podido colaborar en estrecha, profunda y respetuosa amistad con
Nivaria. Algo de ese recuento incluyo en esta entrada porque el tiempo echa
capas de polvo a los viejos papeles y porque todo lo que antes expuse, en
artículos, entrevistas o antologías, sobre la homenajeada, permanece vigente.
Canarias, Cuba y Francia: Los exilios literarios de Nivaria Tejera, Ed. Torremozas, Madrid, 2012. Portada de Gladys Triana, artista cubana exiliada en Nueva York.
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Aldabonazo en Trocadero 162 (Valencia, 2008) fue el
título que elegimos para este homenaje de treinta y tres autores cubanos
dispersos por el mundo (a la excepción de Yoani Sánchez, desde Cuba) para
rendir homenaje al maestro de las letras cubanas José Lezama Lima. Nivaria
Tejera, quien le conoció personalmente, escribió un ensayo de impresionante agudeza.
Con ese libro se abrió la Feria del Libro de Miami de ese año, en donde
asistieron una docena de autores presentes en la antología y residentes en esa
ciudad. En París, similar presentación hicimos en la Maison de l'Amérique
Latine con quienes vivimos en el hexágono. Todavía debe retumbar la voz potente
de Nivaria desde que emprendió, ese día, una emotiva lectura de su texto:
Insulas al pairo fue una hermosa aventura poética que emprendí en 2005 en que me propuse reunir en un volumen antológico algunas poesías de doce autores cubanos residentes en París. De ellos uno, Gilda Alfonso, ha fallecido recientemente, y otra, Lira Campoamor, ha dejado la capital francesa y se ha instalado en Bruselas . El libro fue recientemente reeditado y ampliado. En él no podía faltar Nivaria Tejera con su descomunal obra poética. Cuando digo descomunal no me refiero a la cantidad (cosa que poco cuenta, como se sabe), sino a la calidad que le asegurará merecida inmortalidad:
Espero la noche para soñarte,
revolución fue publicado por Nivaria Tejera en francés primero y luego en español
por las Ediciones Universal (Miami, 2002). Para esta última tuve el placer, por
invitación de la escritora, de escribir el prólogo. Se trata de un libro
esencial que desenmascara al totalitarismo a la luz de profundas reflexiones
sobre la naturaleza humana. En septiembre de ese mismo año
escribí mis impresiones sobre el libro en un artículo periodístico para El
Nuevo Herald.
En junio de 2001 publiqué en el boletín 100 Años (n° 18), de la Asociación por el Centenario de la República Cubana, una entrevista que le hice a la autora. La portada de ese boletín fue una de las plumillas de gran calidad y belleza que Nivaria dibujó en los años 1980 y que llama "garabatos":