En el camino jacobeo desde tiempos inmemoriales por voluntad
del rey Sancho III el Mayor, la ciudad riojana de Nájera atesora el Monasterio
de Santa María la Real, obra del rey García en el siglo XI y colocada luego, en
1075, por el rey Alfonso VI en manos de los monjes franceses de Cluny. Desafortunadamente
tras la ley de desamortización de Mendizábal, en pleno siglo XIX, el monasterio
fue pasto del pillaje. A pesar de ello, se conservan en perfecto estado el
célebre Claustro de los Caballeros (posterior a su fundación como anuncia su
estilo gótico tardío), la iglesia y el Panteón Real que acoge las tumbas de
unos treintas reyes del antiguo Reino de Navarra. La sillería del coro tallada
en nogal, es también una extraordinaria obra que no deben perderse. En Nájera
reina el ambiente de peregrinaciones hacia Santiago de Compostela. Las orillas
del río Najerilla le dan un toque romántico-bucólico a la parte antigua de la
ciudad.