© Fotos William Navarrete
Otra muy agradable sorpresa: el Monasterio de Piedra, uno de los tres monasterios cistercienses del
antiguo reino, construido entre 1195 y 1218 por doce monjes y un abad procedentes
de la abadía de Poblet, se halla situado en un paraje idílico de la provincia
de Zaragoza, en Aragón. Aunque el edificio monacal sufrió los embates
revolucionarios después de la desamortización y la iglesia quedó prácticamente
en ruinas, el resto se conserva muy bien. Lo más interesante es el parque del
monasterio con sus numerosas cascadas, estanques, riachuelos, miradores y una
vegetación sin par. En la próxima entrada pondré fotos del parque para no
mezclar a los indios con los cowboys.