Por belleza y valor, la Aljafería, el palacio moro de Zaragoza, luego residencia de los reyes cristianos y hoy de las Cortes de Aragón, merece especial atención. Su nombre se debe al constructor árabe, un tal Abu Yafar Ahmar ibn Suleimán, en el siglo XI. De más está decir que es uno de los monumentos del arte hispanomusulmán más importante de Aragón. La parte más antigua es la Torre del Trovador que data del siglo X y dio lugar a la leyenda que inspirara a Verdi para su ópera de El Trovador. Conserva en perfecto estado las salas islámicas (patio, musallah u oratorio, mihrab, dependencias), pero también el palacio cristiano (salones, techos de artesonado, salón del trono, etc.). Impresionante es el aljibe profundo. El conjunto (fortaleza y palacio) ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
La riqueza del artesonado visible a primera vista