Hacía 18 años que no volvía a Teruel. Volver a
sitios que uno ya ha visitado es una experiencia interesante. Uno no ve las
cosas con los mismos ojos a los 20 que a los 40. Supongo que tampoco a los 60 y
ni siquiera en una estación del año diferente de otra. Teruel siguió
pareciéndome la misma ciudad provinciana, heredera de una España profunda y tan
tristona bajo el cielo gris que hace dos décadas cuando la visité en diciembre
de 1993. Sin embargo, la vez anterior no había podido ver de cerca el
artesonado del techo de la nave principal de su Catedral, una de las joyas del
arte mozárabe en la península y sin lugar a dudas uno de los techos más
espectaculares que, en este ámbito, existen. Esta vez era posible subir, con
una guía, hasta el balconzuelo que circunda la nave y al que se llega por una
estrecha escarela de caracol. En estas condiciones, el techo nos queda a escaso
metro y medio de nuestras cabezas y podemos disfrutar de los detalles fastuosos
de su decoración y de la narración cristiana superpuesta al artesonado árabe.
Tanto la Catedral como las torres mudéjares de Teruel han sido declaradas
Patrimonio Mundial de la Humanidad. Quienes visitan la ciudad vienen por ellas
y también por el sepulcro de los amantes de Teruel (leyenda que antece en
cuatro siglos a los Romeo y Julieta de Shakespeare.
La Catedral de Teruel ha sido declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad. Su techo de artesonado mudéjar es uno de los más hermosos y mejor conservados del mundo. Un estrecho balcón (quienes padecen de vértigo absténganse) circunda la nave principal, de modo que podemos apreciar el techo desde muy cerca.
En Teruel son visibles varios edificios del modernismo de principios del siglo XX
El centro neurálgico de Teruel: la Plaza del Torico
La iglesia mozárabe de San Pedro, Teruel
Uno de los sarcófagos de los amantes de Teruel, obra del escultor Juan de Avalos
La torre mudéjar de la iglesia de San Pedro, de mediados del siglo XIII, 18 años después de mi viaje de 1993 (foto siguiente)
Yo en Teruel, al pie de la torre mudéjar de la iglesia de San Pedro, el 12 de diciembre de 1993