8 juin 2008
Mayra Montero / El Nuevo Herald
Hoy escribo en El Nuevo Herald sobre esa gran escritora cubana (y boricua) que es Mayra Montero, a propósito de la compilación de ensayos publicada en Aduana Vieja por Madeline Cámara y Kevin Sedeño. Aquí les dejo el link y el artículo + la foto de Mayra publicada por El Herald (cortesía de la escritora).
Link: Ensayos críticos sobre la narrativa de Mayra Montero / William Navarete
ENSAYOS CRÍTICOS SOBRE LA NARRATIVA DE MAYRA MONTERO
WILLIAM NAVARRETE
El Nuevo Herald / Artes y Letras
Publicado el domingo, 8 de junio del 2008
Se trata del primer libro de ensayos dedicado a la importante obra narrativa de la escritora cubana Mayra Montero (La Habana, 1952). En él doce estudiosos de la literatura reúnen sus textos gracias a la idea de los críticos Madeline Cámara y Kevin Sedeño. La narrativa de Mayra Montero, su título, es una de las novedades editoriales de Aduana Vieja (Valencia). Exhibe en su portada la obra Always Scherrer, de la artista cubano-saudí Latifa Al-Sowayel, y con él se inaugura la colección Escrituras peligrosas que dirigirá la propia Cámara.
Mayra Montero posee una trayectoria literaria coherente. Los puertos del Caribe son los asideros de una obra en la que el lector se siente mecido por el movimiento constante, a veces plácido, otras tormentoso, siempre sensual y profundo, de las olas que bañan las costas de ese mar. Por eso, en su excelente prólogo, Madeline Cámara nos habla de ''crucero literario'' y nos invita a entender el ''bojeo temerario'' que la escritora ha realizado con su enjundiosa escritura.
En lo personal, mi juicio sobre la novelística de Montero, la haría merecedora de un título que si existiera bien podría ser el de ''Dama Musical de las Letras Caribeñas''. Uno de sus libros: La última noche que pasé contigo (1991), es precursor en hacer de una novela caribeña una extensa pieza musical que, para el caso, se ofrece como un bolero susurrado al oído de un amante. De ello nos habla con acierto Lourdes Rojas quien considera el bolero literario de Montero como "texto transgresor y sensual''.
Nada tiene que ver el sentido de pentagrama musical de la obra de Montero con la polifonía dodecafónica de un Severo Sarduy en De donde son los cantantes, ni el ritmo sinfónico y europeizado del Carpentier de El acoso, o aún las notas biográficas sobre "La Estrella" de Cabrera Infante en Ella cantaba boleros. En Mayra Montero, el bolero, el son (Son de almendra, es su última novela) o el bel canto (Como un mensajero suyo, ópera viviente de Caruso en La Habana) dan cuerpo a cada obra. O sea, la musicalidad de su verbo, la idoneidad del ritmo y la maestría con que pone el punto final a cada una de sus historias, dotan al conjunto de su escritura de una connotación musical extremadamente armónica.
Un poco de su talento y originalidad aparece tratado por los ensayistas del libro. Son ellos: Vitalina Alfonso, Carmen Rivera Villegas, Becky Boling, Lourdes Rojas, Luisa Ossa, Eliana Rivero, Dolores Alcaide Ramírez, Raquel Romeu, Doris Alvarez Ortega, Rocío Matos Arévalo y el propio Kevin Sedeño. De ellos, Becky Boling y Carmen Rivera Villegas desentrañan lo que pudiera considerarse ''el periplo haitiano'' en la obra de Montero, sin dudas, complemento esencial de su visión abarcadora del Caribe de las Grandes Antillas.
Tres novelas de la autora – La trenza de la hermosa luna (1987), Del rojo de su sombra (1992) y Tú, la oscuridad (1995) –, se focalizan en la parte francófona de la isla que comparten la República Dominicana y Haití. Carmen Rivera Villegas, parafraseando a ese gran investigador del Caribe que fue Antonio Benítez Rojo, señala que se trata de la búsqueda literaria de un ''Dorado'' en el contexto hispanoamericano. Consciente de ello, Mayra Montero da cabida en su obra al drama haitiano porque en él nacionalismo, gobiernos dictatoriales, descalabro social, supersticiones mitológicas, ritmo y sangre constituyen el meollo –incluso el epicentro geográfico si se observa un mapa de la zona– de una identidad común a las tierras caribeñas. Obra cumbre y maestra en este sentido es, sin dudas, Tú, la oscuridad, de la que sólo el título me puede parecer poco llamativo cuando en realidad el que mejor le hubiera venido es el de "Ranas de sangre", impactante y robusto como la obra misma.
Por su parte, Luisa Ossa, partiendo de Bataille, concibe un andamiaje teórico sustancial para el erotismo en la literatura de la autora, tomando su novela Púrpura profundo (Premio "La Sonrisa Vertical", España, 2000) como paradigma del binomio erotismo y tabú en la sociedad caribeña.
Eminentemente caribeña, resulta inútil definir la obra de Mayra Montero reduciéndola a su origen habanero o a su larga vida profesional en Puerto Rico. Hasta en ello, la musicalidad de la que hablaba antes, se aviene a esa ambivalencia evidente en importantes artistas cubanos (de los que ''La Lupe'' no sería más que un ejemplo), quienes deben a ambas islas la madurez de su arte. A estas alturas, cortar al pájaro una de sus alas sería intención estéril.
Ampliamente traducida al francés (Gallimard es la editorial que la representa en Francia), al alemán, inglés, checo e italiano, Mayra Montero ha sabido convertirse ante el lector del mundo entero en embajadora del Caribe: en su amplia extensión y no en sus especificaciones locales. Madeline Cámara y Kevin Sedeño han optado por darle visibilidad y comprensión teórica a la obra vital de una autora que nos representa con letras de nobleza.
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