30 mai 2008

María Comellas Anglada

Díos mío, ¡qué ingrato es el tiempo! Acabo de enterarme vía una amiga de la muerte de María Comellas y he puesto su nombre en Google creyendo que iba a poder enriquecer su Bio o poner alguna foto, y no aparece prácticamente mencionada. Sin embargo, María Comellas trabajó incansablemente en el Centro Cubano de Madrid, un sitio que –durante décadas (ya no, pero antes sí) –, acogía, encaminaba, ayudaba (y hasta dinero daba) cuando, en los tiempos duros, un cubano intentaba quedarse en España. Incluso, todavía en los noventa cumplía un poco con este rol e, infatigable, María Comellas era el teléfono que tenía todo el mundo [o casi todo el mundo, para que no salte el que no] cuando llegaba a Madrid.
Yo la conocí en los desayunos en el Café Central de la Plaza Santa Ana. Esos desayunos los organizaba y/o financiaba Víctor Batista-Falla. Allí se reunían una vez al mes, no recuerdo qué domingo del mes, los cubanos que se sentían exiliados. Estoy hablando del año 1992. Allí caí yo ese año.
Total María Comellas era ya una señora octogenaria, aunque muy activa, en ese entonces. Eso tal vez explique que Comellas no era "generación internet". Por ahí debo tener una foto de ella, pero ahora no tengo tiempo de ponerla. Me avisan que el entierro partirá del Tanatario M-30, mañana sábado, a las 4:30 de la tarde. Ojalá le pongan una bandera cubana sobre el féretro. Porque su pasión y el motivo de su existencia era ése: Cuba.

29 mai 2008

N° 30 Revista de la FHC


Recibo el n° 30 de la Revista Hispano Cubana. La temática: ¿Cambio en Cuba? Artículos de Jorge Luis García Pérez "Antúnez", Marta Beatriz Roque, Carlos Alberto Montaner, Orlando Fondevila, Ángel Cuadra, Luis de la Paz, David Lago, Víctor Llano, Pedro Corzo, Janisset Rivero, Stéphanie Panichelli-Batalla, Elizardo Sánchez, Alberto Lauro y un largo etcétera. En ese número mi reseña del libro El poscastrismo y otros ensayos contrarrevolucionarios, de Julián B. Sorel, que aquí les cuelgo:

Julián B. Sorel: Cuba en tres tiempos.
William Navarrete

Acostumbrado a los agudos análisis de Julián B. Sorel, esperaba con impaciencia su nuevo libro: El poscastrismo y otros ensayos contrarrevolucionarios, publicado recientemente por la Editorial Verbum. Con anterioridad, el autor nos había ofrecido el ensayo Nacionalismo y revolución en Cuba (1998), oportuno y esclarecedor, por cuanto abordaba en sus páginas las raíces profundas de los acontecimientos políticos que han marcado la historia cubana.

Esta vez, desde similar perspectiva histórica, el autor se remonta a los orígenes de la Conquista, al desarrollo de la plantación, a las cuestiones relacionadas con la formación de la identidad nacional y a la modernización de la actividad económica cubana a principios del siglo XIX, para adentrarse luego en el período republicano cubano (1902-1959) y desembocar en el castrismo, período en el que él mismo reconoce que "Cuba ha desempeñado en el mundo un papel que no guarda proporción alguna con las dimensiones, los recursos, el producto nacional bruto o la importancia estratégica del país".

Julián B. Sorel reconoce la eficacia de la propaganda del régimen. "Batistianos" y "anexionistas" son, a decir del mismo, todos sus opositores. Absurdo calificativo que ha germinado en determinados medios y que el autor analiza a la luz del cómputo de lo mucho que avanzó Cuba en casi todos los ámbitos durante los 17 años de poder (militar o en tanto que jefe de Estado) de Fulgencia Batista con respecto a las prácticamente cinco décadas de castrismo. Por otra parte, subraya que, contrariamente a lo que repiten los portavoces del régimen de La Habana, ningún interés económico visible pudiera justificar la pretensión castrista de una intención anexionista por parte de Washington, pues la Cuba de los albores del siglo XXI no es más que una ruina, "una isla hipotecada, con gravísimos problemas estructurales y demográficos, incapaz de producir la energía y los alimentos necesarios para cubrir las necesidades de 11 millones de habitantes". El interés de la política estadounidense hacia Cuba debe entenderse, según la lógica expuesta por Sorel, en el contexto geográfico del Caribe y bajo la luz de tres aspectos que resultan hoy día prioritarios para el vecino del Norte: la lucha contra el terrorismo, la represión del narcotráfico y la regulación de la emigración.

En el prólogo de este libro, el estudioso Rafael Rojas insiste en que el mensaje principal del autor se refiere al hecho de que "la historia de Cuba no ha concluido" y "el desenlace del drama cubano permanece abierto". Hacia este "final abierto" – oportuno título del prólogo mencionado –, se encamina Sorel cuando ofrece datos alarmantes en cuanto al capital humano con que cuenta la Isla para enfrentar un cambio necesario: 15% de la población vive fuera del país, en 40 años la tasa global de fecundidad ha pasado de 4 hijos a 1 y medio, y el número de jubilados en relación con la masa laboral activa ha aumentado considerablemente.

El poscastrismo… es una recopilación de ensayos que da cuerpo a un ensayo coherente sobre el pasado, presente y devenir cubanos. El autor no descuida ni las razones históricas, ni los antecedentes y enfoca siempre el análisis del presente desde la perspectiva del futuro. El tema del mañana y la imperiosa necesidad de cambios profundos en la Isla los resume, con admirable poder de síntesis, en dos ensayos sucesivos: "El abecedario de la libertad" y "El poscastrismo". La fórmula recomendada por Sorel no es nueva, pero lo novedoso es la "manera" en que los portavoces del cambio debieran presentarla. El autor llama la atención sobre el hecho de que hasta ahora los documentos redactados sobre el tema de la transición en Cuba, programas y otros manifiestos, se detienen en detalles que el lector cubano corriente termina por desentenderse del asunto. El ensayista explica muy bien, que si él tuviera 20 años y viviera en Cuba, le gustaría leer un documento pragmático que, en una sóla página, propusiera con palabras sencillas lo siguiente: "amnistía para los presos políticos, abolición de la pena de muerte, reforma de la Constitución y del Código Penal, convocatoria en plazo máximo de 6 meses a elecciones abiertas a todos los partidos, formación de un parlamento y un gobierno que expresen las aspiraciones del pueblo expresadas en las urnas, reforma del poder judicial, etc." "Ese documento ideal – añade saludablemente Sorel – dejaría todas las demás medidas a cargo del gobierno y el parlamento legítimos que saldrían de los comicios".

Ante el inmovilismo en que se halla la cúpula del poder en Cuba desde que en el verano de 2006 se anunciara oficialmente la situación delicada de salud del dictador de las últimas cinco décadas, Sorel estima que un gobierno definitivamente en manos del sucesor designado, Raúl Castro, tiene muchas posibilidades de continuar con la misma política que su hermano aplicó con anterioridad. A simple vista, el fracaso, por una parte, del modelo castrista en el orden de la vida nacional ha logrado, por otra, perpetuar en el poder a una minoría dominante; la experiencia de la ex URSS y países de Europa del Este ha demostrado que el comunismo no tolera reformas, sin que la vetusta maquinaria se desmorone; el modelo chino resulta inaplicable en Cuba dada las escasas perspectivas del país en materia de demografía y recursos naturales; las nuevas alianzas con las corrientes triunfantes del populismo latinoamericano ofrecen novedoso respaldo moral y material régimen y, por último, la posibilidad de un triunfo de los demócratas en Estados Unidos podría alterar la situación de la política de embargo en beneficio del régimen. Todas estas razones aporta Sorel para desengañar a quienes creen que el "raulismo" ofrecería otras alternativas a la grave situación política de la Isla.

Sólo entonces, cuando la población de la Isla vea frustradas las esperanzas de un cambio bajo Raúl Castro, después de la muerte del caudillo, se cobraría conciencia de la necesidad de exigir más derechos y mejores condiciones de vida. Justo en este instante, primero lentamente, luego a pasos agigantados, el poscastrismo comenzaría a labrar el horizonte cubano. Para Sorel empezaría aquí la opotunidad única de "echar doble llave al panteón de los héroes y al sepulcro de los tiranos para que nadie pretenda, como el Cid, ganar batallas después de muerto".

Esta Cuba en tres tiempos: su pasado, el presente y lo que debiera deparar el mañana, es más una lección de civismo que de academicismo teórico. El civismo hace tiempo es materia olvidada en los planes de estudios de la juventud cubana. Incluso, pocos cubanos, aún fuera de la Isla, logran expresarse en términos de civismo tratándose de una visión subjetiva sobre el destino de la nación, sus causas y consecuencias. Sorel lo logra en su libro que, en estas circunstancias, adquiere connotaciones de manual para que el cubano de hoy entienda la Cuba que debe construirse mañana, y para que el del mañana sepa echar muy bien esa "doble llave" al sepulcro en el que podrán seguir desangrándose los fantasmas del pasado.

Julián B. Sorel
El poscastrismo y otros ensayos contrarrevolucionarios
Ed. Verbum, Madrid, 2007.

27 mai 2008

Dora Carbonell, hija de Walterio




La otra noche daba mi paseíto nocturno semanal con Ramón. Siempre vamos por el medio del bulevar de Pigalle hasta la Plaza Clichy, y al regreso nos sentamos (si no llueve) en la terraza de La Cigale. Sucedió que los de Gaz de France están abriendo tremendo hueco en la acera que sirve de terraza al café que siempre vamos. A sabiendas de que París es, por debajo, un auténtico queso gruyère, no nos atrevimos a sentarnos en una de las pocas mesas que sobreviven a las obras, arrinconadas entre el hueco y la fachada del café. No queríamos terminar, al menos por ahora, en las catacumbas de Lutecia o en un desagüe dirección el Sena. Entonces nos cambiamos de sitio y caímos en la del café-concierto Aux Noctambules, que a pesar de su estratégica posición, en el corazón de la Plaza Pigalle, le pasábamos siempre por delante sin que nos provocara sentarnos ahí. En eso estábamos cuando de adentro salió un músico caboverdiano que nos tiró el anzuelo para que nos sentáramos dentro, al pie de la escena. Entre pito y flauta salió a relucir el aburrido tema de los orígenes diversos de cada uno. Cuando le dijimos que éramos cubanos le brillaron los ojos y nos dijos: "la cantante que actúa conmigo es franco-cubana". Y así la conocimos…
Dora Carbonell es la primogénita del recién fallecido Walterio Carbonell. Dora nació en Francia, de madre corsa, justo en el momento en que Walterio estudiaba en La Sorbonne. Corría el 1959 y Walterio regresó a Cuba, respondiendo al llamado a los intelectuales y con los sueños que luego, como muchos, tuvo que engavetar. Atrás, en París, dejaba a dos hijas franco-cubanas que no volvería ver hasta 45 años después.
Dora creció lejos de Cuba y se hizo cantante. Compone la mayoría de sus canciones y es una extraordinaria intérprete del repertorio clásico de la "chanson française" (Piaf, Aznavour, Brel, Barbara, etc). En su reciente disco Toi ma voix incluye una canción que le compuso a la Cuba que nunca conoció. Lleva el nombre de la isla y cuenta en ella su destino novelesco, la nostalgia del padre que no la vio crecer, el sol que siempre le faltó. Y es que Dora, aunque parisina, es isleña por los dos costados. En el 2005, por sólo diez días, Dora viajó por primera y única vez a Cuba. Allí conoció a su padre. "Nos quedamos mirándonos a los ojos, las manos agarradas, sin palabras", me cuenta. "Il n'y avait rien à dire", le digo yo. "Il n'y avait rien à dire, tellement le temps est passé", confirma. A su regreso, se metió en los archivos de Estudios Hispánicos (rue Saints-Pères), y encontró un manuscrito de Walterio Carbonell, inédito, titulado Cómo se forjó la cultura nacional. Lo mandó a traducir al francés y lo publicó con el título de L'apparition de la culture cubaine.
Ahí les dejo una foto que le hice a Dora mientras cantaba, la portada del disco y la del libro de su padre. No le hagan caso al afrancesamiento del apellido en la carátula del disco, es una tendencia que se convierte en verdadera lucha cotidiana de los que llevamos patronímicos con consonantes dobles. Yo debo fajarme hasta con los impuestos para no terminar siendo Navarette e incluso en mi buzón la guardiana terminó poniéndolo mal. Ahora Dora tiene un fan-club de cubanos. El café-concierto le hace honor al nombre, porque es a partir de las 12 de la noche en que empieza a llegar la gente. Los que quieran pueden ir a verla los lunes, martes y miércoles de 12 pm a 4 am. Bonne écoute et bonne rencontre aussi !

Entrevista


Emilio Ichikawa me entrevista para Radiografía Mundial.com. Cinco temas: los compromisos políticos de mi generación / los Blogs / mi colaboración con Aduana Vieja / la publicación del libro sobre Lezama / mi opinión sobre Miami. Para acceder a la entrevista pulsar aquí: Entrevista a William Navarrete

24 mai 2008

Aurelio de la Vega: nuevo disco




Me escribe y envía su nuevo disco, desde California, el compositor Aurelio de la Vega. Música a años luz del Versailles del post anterior. Aurelio conoció bien a Lezama. Lo invité a participar en Aldabonazo en Trocadero 162, me hacía mucha ilusión que nos acompañara en esta aventura, pero se disculpa por no haber podido hacerlo. Y ahí me da sus razones. El disco se titula Remembrances / Recuerdos. Music by Composers from Cuba and the US. Incluye temas de Harold Schiffman, José Lezcano, Allan Crossman, Mary Jeanne Van Appledorn y el propio Aurelio de la Vega. La portada es uno de esos maravillosos pentagramas musicales que el compositor concibió en los setenta. Pueden encargar el disco en el catálogo de North/South Consonance pinchando en el link: North / South

Marie-Antoinette: lenta rehabilitación


De un tiempo para acá Francia se ha ido reconciliando con su pasado monárquico. La figura fectiche ha sido, por supuesto, "La Austríaca", "La Extranjera", "Madame Déficit", o sea, Marie-Antoinette, sobre la que se volcaron en los umbrales de la Revolución Francesa todos los odios y frustraciones de un país exhausto por el aparato monárquico más sofisticado y costoso que haya conocido la humanidad. A las películas, libros, piezas de teatro, etc. sobre la hija de María Teresa de Austria, una jodedora de primera que nunca entendió ni se dio por enterada de lo que sucedía fuera de la burbuja de Versailles, se suma ahora esta retrospectiva del Grand Palais. En la muestra no hay nada que no hayamos visto ya, aunque disperso en diferentes museos europeos y en el propio dominio de Versailles. Yo recuerdo que en el 2001 me llamó la atención un disco publicado por Naïve titulado Musiques à Versailles. En él se compilaban piezas de Sébastien de Brossard, Marin Marais, Louis Marchand, Jean-Marie Leclair, Charles Mouton, Robert de Visée y muchos otros compositores de la Corte que habían sido borrados, durante dos siglos, del patrimonio musical francés. A la excepción de Lully, Charpentier y Couperin, que servían para mostrar que en efecto hubo un barroco musical francés, a los restantes se les condenó al olvido alegando que era música menor cuando en realidad lo que se intentaba era de darle borrón a la música del Ancien Régime. Las Revoluciones – ¡cómo no saberlo nosotros! – no sólo son antropofágicas sino que también son excelentes culturofágicas. Especialistas en borrar del mapa todo el pasado cultural de una nación. Narcisistas, al punto de sólo mirar hacia el propio culto que engendran. Si los franceses lograron echar tierra sobre la Corte más brillante y reputada que ha tenido el orbe, y todavía dos siglos después, se habla de rehabilitaciones, qué se puede esperar del resto. Versailles durante décadas se limitó al estudio de Molière, Racine, los jardineros Le Nôtre y Le Vau, unos cuantos cuadros de pintura oficial, la danza y un estilo que de Luis XIII hasta Louis XV servía para vender copias de muebles y objetos a Inglaterra o decorar apartamentos en Nueva York. Con el tiempo, la cicatriz de nuestra República (posiblemente la más monárquica que exista, dado el modo de vida, el operandi y el protocolo de este cortejo palaciego de funcionarios, ministros y pajes con libreas), se ha ido cerrando. Ahora sacan mejor las cuentas: Versailles costó mucho dinero (no vean el que cuesta la República actual) pero el Imperio convirtió a Francia de país más poblado de Europa en el de menor densidad de habitantes. Única razón por la que desde el Imperio nunca más ganamos una batalla respetable. Porque para ganar guerras en la Europa de aquel entonces no bastaba con tener mucho dinero y buenas estrategias. Lo que hacía falta era número de hombres… y Francia antes del 1800 era el que mayor capital, en este sentido, tenía. Lo demás es bobería.

20 mai 2008

Lezama Lima, con nosotros en París

Ayer presentamos Aldabonazo en Trocadero, 162 en la Maison de l'Amérique Latine de París. Seis autores del libro (los que vivimos aquí): Nivaria Tejera, José Triana, Regina Maestri, Miguel Sales, Regina Ávila y quien escribe, evocamos, junto al público asistente, la vida y obra del escritor y poeta más célebre (tal vez mítico) del siglo XX cubano. Cada uno desde sus perspectiva, experiencia y absoluta libertad, sin dejar de mencionar y celebrar los textos de los restantes 27 autores cubanos de este libro, dispersos por el mundo. Un auténtico lujo reunir a tantos cubanos de París y amigos franceses en este merecido homenaje al autor de Paradiso. Aquí, las fotos para los que no estaban o no pudieron estar.
Miguel Sales, Regina Maestri, Nivaria Tejera, José Triana, Regina Ávila y William Navarrete
Regina Maestri leyendo su texto "Del otro lado del muro"
Presentación de "Aldabonazo en Trocadero 162", Maison de l'Amérique Latine, París
De izq. a derecha: William Navarrete, Regina Ávila Al Sowayel, Ileana de la Guardia, José Triana y Alexis Callado
Gilberto Seguí, Antonio Medinacelli, Regina Maestri, Ramón Alejandro y Latifa Al Sowayel

Andrea y Marela Gremels, la pintora Andrea Carreño y Miguel Sales

Gabrielle Mass, felicitando a los 33 autores del libro

18 mai 2008

Félix Luis Viera sobre nuestro libro



Una reseña de nuestro libro, por el escritor Félix Luis Viera desde México. El libro lo presentamos mañana en la Maison de l'Amérique Latine (www.mal217.org). Cóctel a las 20h 00, presentación a las 21h 00. En tribuna: José Triana, Nivaria Tejera, Regina Maestri, Miguel Sales, Regina Ávila y William Navarrete. Gracias Félix por detenerte en cada autor y a cada uno dedicarle tus apreciaciones.

Link directo : La Nueva Cuba

ALDABONAZO POR LEZAMA LIMA
Félix Luis Viera
México, DF
La Nueva Cuba / Cultura
Mayo 18, 2008

Para recordar la tercera década de la muerte del gran escritor, del gran cubano José Lezama, Aduana Vieja Editorial inaugura la colección Viendo llover en La Habana -dirigida por el infatigable William Navarrete- con Aldabonazo en Trocadero 162, título que alude al sitio donde viviera y muriera el autor de La cantidad hechizada.

Preparada por el propio Navarrete y por Regina Ávila, quien concibiera la idea original de esta obra que reúne a treinta y tres autores cubanos (sólo uno de ellos, o una, Yoani Sánchez, residente en la Isla), Aldabonazo… es un atendible espectro, tanto en propuestas como en géneros, que reúne a escritores de distintas promociones y géneros, y con disímiles opiniones, en ocasiones contrapuestas, sobre el quehacer literario y aun sobre la vida del polémico José Lezama Lima.

En esta recopilación, que se armó en tiempo récord con escritores isleños residente en uno y otro punto del planeta, prima, digamos, la democracia; no hubo criba, tamiz, "patentes capilleras", tendencias solicitadas previamente. Es esta condición quizá uno de los mayores aciertos de la obra. En un haz, mediante el cabalístico 33, nos llegan opiniones, poemas, memorias, puntos de vista que hasta ahora desconocíamos sobre el Lezama escritor y el Lezama hombre, lo cual resulta glorioso que se hallen en un mismo volumen, en 179 páginas.

A saber, la poesía en este libro.

Me atrevo a asegurar que, sin excepción, los poemas muestran sumo poderío, cada poeta aportó una pieza de altos quilates.

José Triana. "Coloquio de sombras". Destaca por su tono alto, retoma, creo que a propósito, casi el eco lezamiano y nos hace ver a través de metáforas de impresionante contundencia por qué un poeta, el Poeta, sigue dando quehacer aun después de su pérdida física; un tono de panegírico al fin y al cabo, pero queda claro: nada de retórica, se refiere, convincentemente, al poeta que es cantado en estas hermosas líneas.

Regina Ávila. "Caída del mulo". Toma el punto de vista del "mulo" del poema de Lezama y logra una inversión de planos que magnifica su poema, que escamotea con gracia, amenidad y profundidad el poema original. Se infiere: un texto muy difícil de escribir, y escribir bien, por mucha "inspiración" con que se cuente para el caso.

Lira Campoamor. "Hechizo y fragmento al retrato de Don José". Campoamor crea, en un poema de relativa vastedad, eso mismo: un retrato de Lezama en donde no inmiscuye palabras edulcoradas, o ese desliz tan común en poemas de este corte: un frase que sirviera para cualquier homenajeado y no estrictamente para el aludido; esto vale mucho.

Jorge Casteleiro. "Lezama Lima". Par de sonetos de alto vuelo, lo más cercano a la perfección en su factura, fechados en 1967, cuando Lezama aún vivía, y que por esto, y por su contenido, creo que merecen un aplauso aparte puesto que se adelantan al homenaje que provocaría la gloria venidera.

Juan Cueto-Roig. "Adivinanza". Una décima que no tiene desperdicio en cuanto a forma y cuyo contenido polémico enaltece éticamente a Cueto-Roig, puesto que en sólo diez líneas da a conocer con toda sinceridad su opinión de lo que no conocía, alaba con justeza, se quita el sombrero, caballeroso.

Manuel Díaz Martínez. "Leyendo a Lezama junto al Guadalquivir" y "José Lezama Lima".
El poeta de Trocadero junto al exilado en Islas Canarias y poeta de suma estirpe; digo "junto" porque en este par de poemas nos llega la impresión de que Díaz Martínez está leyendo a Lezama junto a Lezama "Como una catedral apresada/ por el movimiento del bosque".

Néstor Díaz de Villegas. "La perfección que muere de rodillas". Tres sonetos agresivos, desmitificadores, provocativos en cuanto a la obra y vida de Lezama; sencillamente valientes y de una fuerza expresiva de altos quilates.

Reinaldo García Ramos. "Ronda de lector en queda de ceniza". En buena medida la glosa, establece, de muy fina manera, la permanencia de Lezama Lima poeta. Aparte de su objetivo esencial, este poema suministra, per se, un disfrute inolvidable.

Germán Guerra. "Cuaderno de Carina". Glosa y llora por medio de la esbeltez del verso limpio, conciso, junto a un Lezama desterrado en su propia tierra. Destaca la reflexión unida a una especie de ternura solapada. Siempre siguiendo mi opinión, es uno de los mejores poemas que leído de Germán Guerra, de modo que reconforta que se halle en este libro

David Lago-González. "Fragmentos de su imán". De acuerdo con el estilo de este autor, un poema que se apoya en lo tangencial, en la exposición oblicua del asunto que trata, para ahondar en el credo poético de Lezama Lima: "¿Alguien volverá a hablar tu idioma?", sirva de ejemplo este verso que echa a volar miles de palomas con un signo de interrogación en batir de alas.

Félix Lizárraga. "Fuga del tokonoma". Un canto formidable, con ímpetu totalizador, de soberano ritmo y de inclinación elusiva, in crescendo, al autor de "Paradiso". "En su reverso un pez, una galera, un faunecillo de oro en fuga", sirva, entre muchos, este formidable verso como ejemplo de lo dicho.

William Navarrete. "Parodia en Pompeya". Según la fecha al pie, este poema podría haber sido escrito expresamente para el libro que nos ocupa. Verso de hondura que por momentos, al parecer, intenta acercarse al espíritu poético de Lezama; clamor de locaciones de una Habana ya inexistente, de "la natilla fresca y el organillo" el poema, por momentos expone, indaga a la manera del ensayo. "Tu tribu te acorrala con cuchillos".

Carlos Pintado. "Tu sombra hará la eternidad más breve". Una muestra de que la obra de Lezama toca a las generaciones más recientes. Pintado evoca (desde el mismo título del poema), por medio del verso largo, libérrimo, que hasta ahora no le conocíamos, permea su sensibilidad propia con la del poeta aludido, "Qué imagen nos acerca a la locura, mientras/ vamos descalzos al abismo…"

Pío Serrano. "Visita a Lezama Lima". Este poema, escrito en 1979, es, quizá como ningún otro de Aldabonazo…, en suma reverencial, la loa contenida. Expone de manera meridiana el alcance que ya por aquellas fechas poseía el inquilino de Trocadero. "El caprichoso fuelle de su voz,/ su peculiar respiración del verbo…"

Raúl Tápanes, "Al borde de la piedra: Cuasi-poemas para Lezama". Cinco piezas muy bien escogidas en función de un todo, Tápanes iguala su propia añoranza, su melancolía desgarradora lejos de su patria, con la que debió sufrir Lezama en su propia tierra. "Los ojos llenos de ayer respiro apenas/ el gesto que desaparece y flota…"

El hecho de que los trabajos solicitados por los editores para esta obra no hayan sido condicionados en ningún sentido, propicia algo verdaderamente interesante en cuanto a la prosa que aparece en el libro: textos puramente ensayísticos se dan la mano con propuestas subjetivas -en ocasiones más bien impresionistas-, con fragmentos de memorias, con artículos donde la urgencia no demerita la profundidad de la proposición.

Teresa Dovalpage. "Vainilla y mantecado". Rompe con el resto de la prosa que aparece en la obra por su estilo rayano en el sarcasmo, por el lenguaje coloquial a manera de epístola. Su efectividad fundamental -siempre Lezama de por medio- radica en crear un paralelo entre dos épocas valiéndose de un cuasi humor que, no por serlo, nos hace en verdad meditar.

Iván González de la Cruz. "Lezama o el convidado de piedra". El concepto lezamiano, sin duda concluyente y de estirpe universal, de la libertad creadora, el Yo creador de aquél, queda muy bien expuesto en este texto que toma como apoyatura varios fragmentos de diversas obras del autor de "Paradiso", cuyos vaticinios, hoy cumplidos, son sabiamente enfocados por De la Cruz.

Ernesto Hernández Busto. "Lezama; La letra y el espíritu". Con la lucidez y el ánimo provocador que lo caracteriza, Hernández Busto nos entrega un formidable ensayo donde, sobre todo, subvierte para llegar al intríngulis de los "devaneos políticos" de Lezama, así como a la influencia de este autor en las generaciones venideras no sólo por la enjundia de su obra, sino además por los significados presupuestales, totalizadores, de ésta.

Emilio Ichikawa. "Paradiso y la teología recreativa". Precisamente por el amplio espectro que permitieron abrir los editores del libro que nos ocupa, podemos disfrutar en este volumen del aporte de un filósofo de alta talla. Ichikawa vincula con precisión sorprendente "Paradiso", la novela tan traída y llevada de Lezama, con definiciones filosóficas muy tomadas para el caso; con una prosa sintetizada, Ichikawa expone el ideario filosófico de Lezama en la novela en cuestión, y aun más allá, y relaciona el discurso narrativo con lo que él denomina "originalidad filosófica en la narración". Llama la atención la alusión al "delirio fundamentado", resaltado por Ichikawa.

Alberto Lauro. "Vivir en casa de Lezama". Una nota de frescura en lo que se refiere a lo memorar, muy bien redactado, con los dones que Lauro nos tiene acostumbrados (un inusual poder de síntesis, difícil de alcanzar en textos como éste). La información que por esta vía y con estos medios recibimos, son dignos de atesorar, aún más cuando trascienden el objetivo principal de mostrarnos la relación de Lezama Lima con sus contemporáneos más afines o las costumbres íntimas del novelista. Digo que trasciende el objetivo principal porque se insertan una serie de matices de época y hábitos que resultan prácticamente inéditos.

Carlos M. Luis. "Sobre Lezama, una vez más". Este texto corre también por el camino del anecdotario. Amigo de Lezama, Luis hace constantes paréntesis en su crónica para ilustrarnos sobre algo que los lectores de Lezama no desconocen: su imaginación; sólo que en este texto nos llega de primera mano una interesante interpretación, de alguien muy cercano, sobre la vastedad, no sólo literaria, de esa imaginación. Luis advierte que aún no es posible percibir lo que representó para la literatura y el Ser cubano la obra y la persona de Lezama Lima: eso sólo sucederá cuando tantos los cohetes como los murmullos que hoy se le dedican tomen su justa dimensión.

Regina Maestri. "Del otro lado del muro". De nuevo la remembranza, pero en este caso encapsulada en la añoranza en una amistad que surge de una empatía que pervive durante los años. Este texto posee el tono de la ofrenda, de la hermosa ofrenda, a la vez objetiva. Informa con minuciosidad sobre importantes figuras de las letras de la Cuba republicana en el entorno lezamiano.

José Prats Sariol. "Tristezas en Trocadero". Uno de los pocos que en verdad ha estudiado a fondo y con seriedad la obra lezamiana, Prats Sariol, en este caso con la tristeza que anuncia en el título de su artículo, mas sin abandonar la mordacidad que lo caracteriza, nos expone, además de sus interesantes vivencias junto al autor de "Paradiso", las vilezas a que éste fuera sometido por la oficialidad del régimen cubano, el olvido, la falacia posterior de algunos de sus "copistas" (por no decir plagiarios solapados a tiempo completo), pero, sobre todo, se lee entre líneas el estoicismo del viajero inmóvil de Trocadero 162.

José Manuel Prieto. "Comprobación soñada de la imagen de la mar violeta". La fuerza de la imagen en Lezama Lima (la celeridad para apresarla y exponerla en sus más variados modos), es resaltada por Prieto con verdadera simetría en este ensayo que tendría como origen una frase "suelta" de Lezama, con la que se topa de improviso José Manuel Prieto, y con la cual se obsesiona y establece una extraña comunión hasta concebir y entregarnos un texto que mereciera un profundo y especial análisis.

Nicolás Quintana. "El poeta y el arquitecto". También de corte memorar, nos lleva por La Habana o por el fragmento de La Habana que recorría Lezama Lima diariamente.
Por medio de este valioso documento de Quintana, nos enteramos de muchos de los gustos literarios de Lezama y no poco de su evangelio literario; asimismo, nos llegan ecos de otros importantes escritores y artistas de la década de 1950.

Enrique del Risco. "Lezama: el calamar y su tinta". Faltaba un texto como éste que "denunciara" a los lezamianos de pacotilla, a los "Paradisianos" de sobaco. Del Risco lo logra con una prosa compacta, armada como con alfileres, que ataca asimismo a los imitadores oficiales de Lezama a la vez que escarba en la razón de ser de los excesos verbales del novelista y "su cincelada oscuridad" en busca del más recóndito matiz que su pupila advierte.

Raúl Rivero. "Lezama Lima, La Habana como naturaleza y como espejo". Ágil, mordaz, este texto lanza a la palestra pública, sin miramientos, el ostracismo a que fuera sometido el autor que nos ocupa. Raudo, Rivero recorre desde la niñez y la genealogía de Lezama hasta enfrentarnos con esa verdad que pareciera mentira: cuando se instaura el totalitarismo en la Isla, el novelista es declarado un tipo "peligroso". Lezama sufre, gime en medio de la soledad, el encierro, no precisamente en una cárcel enrejada, sino en su isla toda, nos deja claro Raúl Rivero mediante estremecedores chispazos de una prosa permeada por versos en una y otra esquina.

Miguel Sales. "Apuntes sobre la pobreza irradiante o las ironías de la realidad real". Este texto indaga con encomiable precisión en lo que se podría llamar la involución de la revolución socialista cubana y, en la medida que expone este acontecimiento nacional, repasa los puntos torales del pensamiento "pro Revolución" de Lezama Lima, que posteriormente se van desvaneciendo, diríamos, por ley de la gravedad, cuando el novelista se convierte en víctima del propio movimiento social al cual diese la congratulación en su advenimiento; víctima, vale decir, no por lo que dice, sino por lo que escribe. Pero, como nos advierte el autor del texto, Lezama Lima, aun así, "no abjuró nunca de del concepto de la ´pobreza irradiante´ ni modificó su fe en las eras ´imaginarias´, conceptos que en principio lo llevaron a sopesar positivamente la revolución de 1959 en Cuba. Este es un texto de notable singularidad en el libro que comentamos.

Enrico Mario Santí. "En el umbral del silencio". Recibimos de primera mano, puesto que Santí -dotado de una cultura humanística descollante, investigador incansable de la obra lezamiana, conocedor a fondo de los vaivenes de la literatura cubana de los últimos decenios- narra con puntualidad de alfiler las conversaciones con la viuda de Lezama, y así nos llega quizás una de las burlas, de los escarnios más abominables que recibiera el novelista, justamente proveniente de uno de los mediocres más sonoros de la oficialidad cubana durante las décadas pasadas, Felipe Carneado, Jefe del Departamento de Cultura del Comité Central del PCC. Quedan de manifiesto en este texto, además, la valentía de Lezama, su entereza para defender su abecé como creador.

Nivaria Tejeda. "Ardiendo en aguas muertas, llamas vivas". Desde el título de este texto se anuncia el carácter poético del mismo, porque poeta y de los buenos y buenas es la autora. En este texto se asume, claro, la impronta de Lezama en Tejeda, pero debemos tomarlo, sobre todo, como la huella que deja en ella las dimensiones humano-literarias de Lezama, "¿Cómo describir los reflejos de sus contrastes, cómo aislarlo en la justa posición de la palabra que no reproduce sino representa, exacta visión que se mira circular en las tangentes de toda cosa (…)?

Manuel Vázquez Portal. "Un Lezama de ida y vuelta". Como siempre cáustico y certero, Vázquez Portal nos entrega un artículo de ataque directo contra los oportunistas (tanto contra los oportunistas que se sumaron por una u otra causa a la "moda lezamiana" luego de que el autor de "Paradiso" fuera descongelado, como a los "oportunistas de Estado"). Embiste también Vázquez Portal, mediante fina ironía, a los imitadores trasnochados de Lezama, que no sólo copian sus decires, sino aun sus gestos (lo cual, agregaría yo, les ha dado buenos dividendos: van por el mundo como embajadores de la literatura cubana dictando conferencias sobre el inquilino de Trocadero; conferencias, en muchos casos, tan huecas como sus propios principios éticos); una suerte de amaneramiento del alma. "El Lezama prohibido se transformó en obligatorio", afirma con mucha razón Vázquez Portal, si bien, al convertirse en obligatorio ninguna entidad oficial ha expuesto aún los desmanes de que fuera objeto el escritor cuando era "prohibido"; la falacia.

Yoani Sánchez. "De mitos, mitómanos y otras fabulaciones". Sánchez es el único autor (autora) de "Aldabonazo…" que actualmente reside en Cuba; o bueno, reside corporalmente, porque "digitalmente" ya no está en la Isla. Su texto, como otros del libro que comentamos, alude a lo embarazoso que resulta el comprender, asimilar, disfrutar o como quiera llamársele, la obra de José Lezama Lima. Y esto, los seguidores y críticos de éste siempre deberán tomarlo en cuenta, pienso. Sánchez centra su texto en la fabulación, el ritual de la palabra del autor que nos ocupa, nos hace ver otro ángulo: Lezama Lima frisa en la esencia de un corpus literario que va más allá de lo implícito en su obra; deviene mito productivo, un llamado de atención acerca de la proyección de un hombre que se subvierte a sí mismo para crear cuasi un símbolo.

Y faltaría un texto por mencionar, pero como pertenece a quien suscribe, sería mejor que otro lo comente.

Por el momento, agradecer a Aduana Vieja Editorial y a los participantes en este proyecto la entrega de un hermoso libro, un regalo para los ojos que, sobre todo, significa un aporte que me atrevo a aseverar será de obligada consulta para quienes se interesen por la obra de uno de los autores más polémicos -o tal vez mejor enmendar: de una de las obras literarias más polémicas- del siglo XX cubano.

6 mai 2008

Daína Chaviano: lanzamiento de su novela en París

Editorial Buchet-Chastel, de izq. a derecha: Jorge Febles, Miguel Sales, Nivaria Tejera y Eyda Machín.

Desde Miami han venido a París los fieles amigos de Daína: Belkis, Carlos y Elio, en los jardines de la Casa de América Latina en París (Foto tomada por Enrique-José Varona).

Primero, el cóctel de presentación en la sede de la Editorial Buchet-Chastel. Luego, lectura y acercamiento a la obra de Daína en la Maison de l'Amérique Latine. Emotiva lectura de Eyda Machín en español y del editor Marc Parent en francés.

1 mai 2008

Mi "desfile" personal por este día / Marruecos

William Navarrete / Villas imperiales de Marruecos.

ODA MARCIAL
William Navarrete
La noche similar a un gato imperial…
Rachid Moumni, El gato imperial.

Tú que eres el Rey
y dices y defiendes tu noble casta,
que traes la voz de Dios,
para que la oigan,
quiéranlo o no,
los súbditos de tu reino
de arenas, montañas y algas,
escala el pico más alto de los Atlas,
vuélvete águila
o golondrina milagrosa
que anuncia la llegada de las flores
y salva al pastor de la aridez,
al emigrante de las aguas,
al niño de las llamas voraces del vicio,
a la mujer de la pesada túnica.

Sálvalos ahora,
que puedes convertirte
en el Bien Amado,
ahora que tienes el poder
de sembrar ríos
y levantar palacios
sobre las ruinas del dolor,
de llenar de frutas la boca del anciano
y liberar la voz de los poetas.

He andado tu pueblo,
explorado las grietas en el rostro
de una plaza antes de la oración,
tocado la humedad de un cuerpo
que se seca al aire
porque lleva las lágrimas por dentro,
ascendido con el aroma de las mentas
expuestas a las brasas del té
hasta las bóvedas que protegen
tu reino.

He subido a las nieves,
mirado desde abajo el cielo
que se resiste a fundirlas
para darle agua a los rebaños,
rozado la mirada al implorar
que le lleven lejos,
entrado en el secreto de la noche,
escurridiza prófuga de la luz artificial
de las linternas que vigilan
tu reino.

Mas he visto llover
cuando mi alma,
acostumbrada al verdor,
se iba muriendo
y me he visto, a mí mismo,
enjuagándome los pies
como hacen tus fieles al entrar
en los recintos sagrados de la fe,
para quitarme el barro de estas calles
donde parecen empantanarse
la nota más alegre
de los encantadores de serpientes
y la plegaria inútil de los enfermos.

Soy demasiado pobre
y no puedo ofrecer
más que este canto,
tal vez incompleto, difícil,
tal vez afónico, quizás muerto.
Tómalo tú
que puedes transformarlo
y encaja para siempre,
con firmeza,
tu corona de riquezas
en mi verso.

Lo que dice Patrizia Garofalo sobre este poema que acaba de ser incluido en la "Antología de Poesía Cubana" de las Ediciones Il Foglio (Toscana).

Ode marziale, por Patrizia Garofalo
Riconosciamo in questo inedito, lo stile articolato ed insieme solenne di Navarrete. Questa ode morale e civile si snoda nel ritmo di una preghiera che lo avvicina alla nostalgia del poeta marocchino, suo contemporaneo, Rachid Moumni a cui si rivolge nella dedica. La sofferta e trovata indipendenza del Marocco, sembra aver partorito dimenticanza della storia in un’ urbanizzazione di massa e un allontanamento dalle tradizioni originarie che partoriscono la necessità di riappropriarsi di un passato da conservare nelle sue tradizioni più vere per non dimenticare quando uomini coraggiosi vissero e morirono, per la libertà. La nostalgia non è ricordo del passato ma è la ricerca disperata della “casa” dove alloggiare l’animo e il corpo e dove convivere con la storia del proprio popolo. Essa diventa quindi luogo divino del persistere della storia, tempio di gloria, altare di onori, sacrifici, lutti e memoria. La parola poetica trasmuta in parola mistica, il poeta è il Dio-vate, unico capace di riscoprire quanto desacralizzato dal benessere materiale e tecnologico e diventa unico voce di verità e di coscienza morale alla quale Navarrete si appella.
Perché il canto possa essere udito da tutti egli lo immagina come aquila che sorvola il cielo e rondine di primavere sempre annunciate, come rinascita, pronte a salvare dall’aridità, il pastore del deserto, l’emigrante, il bambino, la donna “salvali ora/ che puoi trasformarti/ nel Ben Amato/ ora che hai il potere/ di seminare fiumi/ e sollevare palazzi/ sopra le rovine del dolore/ di riempire di frutta la bocca dell’anziano/ e liberare la voce dei poeti". Cogliamo quanto sia diversa e vaticinante questa tipologia espressiva di Navarrete, lontana dalla posizione dell’Albatros di Baudelaire, dal solipsismo, dal rinchiudersi in se stesso lontano da tutti. Nella tradizione lirica del suo amico Rachid Moumni il disegno accompagna la grafica ma l’immagine dell’anziano la cui bocca è riempita di frutta offre nello stesso modo un pittoricità sconfinata del Nostro, quasi preconizzante un’anzianità di gioie ritrovate. Egli attraversa le strade della antica Medina, ne coglie le pieghe del tempo, le crepe, le rughe della pelle, ne tocca il corpo che si asciuga all’aria, bagnato di lacrime trattenute a forza.
Il cammino in salita lo conduce verso le pietre della antica Medina “alle volte che proteggono il tuo regno”il cielo aiuta benevolo le nevi a fondersi con l’acqua e dissetare le greggi, Navarrete entra nel segreto della notte “sfuggente profuga della luce artificiale “, vive la catarsi della pioggia che lava il fango dai piedi prima di entrare nei luoghi di culto. Il poeta offre il suo verso con “ Sono molto povero/ e non posso offrire/ niente più che questo canto”. “Tu non altro che il canto avrai del figlio/ o materna mia terra ; a noi prescrisse il fato/ illacrimata sepoltura/Impossibile non ricordare A Zante di Ugo Foscolo anche lui come Navarrete esule e lontano dalla terra che ama, anche lui poeta vate di antiche glorie e di una nostalgia che troverà la quiete, nell’immortalità della poesia.
Patrizia Garofalo

La traducción italiana de Gordiano Lupi
ODE MARZIALE
La notte assomiglia a un gatto imperiale…
Rachid Moumni, Il gatto imperiale

Tu che sei il Re
e dici e difendi la tua nobile casta,
che porti la voce di Dio,
perché la ascoltino,
che lo vogliano o no,
i sudditi del tuo regno
di rena, montagne e alghe,
scala la vetta più alta degli Atlanti,
trasformati in aquila
o rondine miracolosa
che annuncia l'arrivo dei fiori
e salva il pastore dall'aridità,
l'emigrante dalle acque,
il bambino dalle fiamme voraci del vizio,
la donna dalla pesante tunica.

Salvali ora,
che puoi trasformarti
nel Ben Amato,
ora che hai il potere
di seminare fiumi
e sollevare palazzi
sopra le rovine del dolore,
di riempire di frutti la bocca dell'anziano
e liberare la voce dei poeti.

Sono andato al tuo paese,
ho esplorato le crepe nel volto
di una piazza prima della orazione,
ho toccato l'umidità di un corpo
che si asciuga all'aria
perché trattiene le lacrime dentro,
sono salito con un aroma di menta
esposta alle braci del tè
fino alle volte che proteggono
il tuo regno.

Sono salito alle nevi,
ho osservato da sotto il cielo
che si oppone a fonderle
per dare acqua alle greggi,
accarezzando lo sguardo per implorare
che le portino lontane,
sono entrato nel segreto della notte,
sfuggente profuga della luce artificiale
delle lanterne che sorvegliano
il tuo regno.

Ancora ho visto piovere
quando la mia anima,
abituata al verde intenso,
stava morendo
e mi sono visto, me stesso,
sciacquandomi i piedi
come fanno i tuoi fedeli quando entrano
nei recinti sacri della fede,
per togliermi il fango di queste strade
dove sembra impantanarsi
la nota più allegra
degli incantatori di serpenti
e la supplica inutile degli infermi.

Sono molto povero
e non posso offrire
niente più che questo canto,
forse incompleto, difficile.
forse senza voce, forse morto.

Prendilo tu
che puoi trasformarlo
e incastra per sempre,
con fermezza,
la tua corona di ricchezze
nel mio verso.