Díos mío, ¡qué ingrato es el tiempo! Acabo de enterarme vía una amiga de la muerte de María Comellas y he puesto su nombre en Google creyendo que iba a poder enriquecer su Bio o poner alguna foto, y no aparece prácticamente mencionada. Sin embargo, María Comellas trabajó incansablemente en el Centro Cubano de Madrid, un sitio que –durante décadas (ya no, pero antes sí) –, acogía, encaminaba, ayudaba (y hasta dinero daba) cuando, en los tiempos duros, un cubano intentaba quedarse en España. Incluso, todavía en los noventa cumplía un poco con este rol e, infatigable, María Comellas era el teléfono que tenía todo el mundo [o casi todo el mundo, para que no salte el que no] cuando llegaba a Madrid.
Yo la conocí en los desayunos en el Café Central de la Plaza Santa Ana. Esos desayunos los organizaba y/o financiaba Víctor Batista-Falla. Allí se reunían una vez al mes, no recuerdo qué domingo del mes, los cubanos que se sentían exiliados. Estoy hablando del año 1992. Allí caí yo ese año.
Total María Comellas era ya una señora octogenaria, aunque muy activa, en ese entonces. Eso tal vez explique que Comellas no era "generación internet". Por ahí debo tener una foto de ella, pero ahora no tengo tiempo de ponerla. Me avisan que el entierro partirá del Tanatario M-30, mañana sábado, a las 4:30 de la tarde. Ojalá le pongan una bandera cubana sobre el féretro. Porque su pasión y el motivo de su existencia era ése: Cuba.