Seguimos con los mosaicos bizantinos de Rávena milagrosamente salvados de la batalla iconoclasta del siglo VII. La Iglesia fue consagrada en el año 547 dC. y es una de las siete maravillas de esta ciudad, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. La planta es octogonal y en el altar mayor es que se están los mosaicos más significativos. El efecto de opulencia típico del arte oriental se produce gracias al colorido vivo y los tonos dorados que ciertos fragmentos del mosaico. Los mosaicos que he retratado representan escenas del Antiguo Testamento como las ofrendas de Abel y Melquisidec, el sacrificio de Isaac, etc. En otros aparecen los emperadores Justiniano y Teodora con sus séquitos.