Es el monumento paleocristiano más antiguo de Rávena. Fue construido a principios del siglo V dC por el obispo Orso y decorado por el artista Neón, del cual lleva el nombre. En el centro de la cúpula, el bautizo de Cristo en el río Jordán. Nótese que el Cristo bien desnudo aparece para significar exclusivamente la naturaleza humana del hijo de Dios. El río adopta también forma humana, esta vez para alcanzarle la "toalla" a Cristo. Falta me haría que se me apereciera a mí, a ver si me pasa una que valga la pena pues sabido es que las "toallas" de Italia no secan, dado esa textura de trapo que tienen las que nos ponen en no pocos hoteles. La pila bautismal conserva el tambor de una fuente romana anterior. Al lado del Batisterio está el Museo del Palacio Arzobispal. Me impresionó ver la silla de marfil de Maximino, labrada como si fuera encaje, en el siglo VI dC.