Vamos a comenzar este nuevo viaje por la inagotable Italia con una visita a San Antonio de Ranverso, en la antigua Via Francigena, donde los Hermanos Antoninos establecieron desde principios del XII un centro espiritual dedicado a lo que era una de sus especialidades: el cuidado de enfermos de lepra y del llamado "fuego de San Antonio" o culebrilla. Algunas interpretaciones actuales pretenden que San Antonio Abad, eremita egipcio del que supongo casi todo el mundo conoce la historia y sus tentaciones, quedaba asociado al cerdo porque la manteca de este animal aliviaba el dolor de la culebrilla. Sin embargo, los menos fantasiosos creen que al no ser el cerdo un animal repulsivo en la tradición celta (sino que formaba, sin complejos, parte de la mitología más antigua indoeuropea) sería de esta creencia pagana que heredamos la asociación de San Antonio a dicho animal. En todo caso el complejo religioso de San Antonio de Ranverso que ha llegado hasta nosotros es una auténtica maravilla. Dividiré este post en dos: mostraré primero la exquisita arquitectura y el encanto del lugar y, luego, los espectaculares frescos y pinturas del interior del templo:
San Antonio di Ranverso data del siglo XII y es uno de los mejores ejemplos del gótico lombardo.
Los tres piñones o gabletes de la fachada de San Antonio de Ranverso. El del medio ligeramente desplazado para no tapar el punto central del rosetón.
Obsérvese la fineza del trenzado de terracota con motivos vegetales y geométricos que asciende con las canaladuras de los piñones frontales.
En el portal de la Iglesia de San Antonio de Ranverso las nervaduras de las bóvedas gótico-lombardas terminan a veces en rostros medievales como éstos.
El Ospedaletto (Hospitalito) de San Antonio de Ranverso, en donde los Hermanos Antoninos curaban enfermades de la piel tales como el "fuego de San Antonio" o culebrilla.
La piedra sagrada a un lado de la iglesia de San Antonio di Ranverso, en la antigua Via Francigena o camino de Francia que atravesaba el Valle de Suza para adentrarse en los Alpes.
El coro de la iglesia de San Antonio di Ranverso.
El claustro.
La nave central de San Antonio di Ranverso.