Son más los lugares maravillosos que he fotografiado que el tiempo para cargar las fotos y subirlas luego a este blog. Aquí dejo un brevísimo muestrario de Roquebrune, un pueblo de la Riviera Francesa, entre Cap-Martin y Menton para ser exactos, con un castillo medieval (del siglo X) y un olivo milenario, entre otras muchas atracciones. Pero, sobre todo, con unas vistas absolutamente espectaculares de toda la costa entre Mónaco y la frontera franco-italiana. Roquebrune que es un balcón de los dioses, pero de los paganos, que son de los que no le ponen restricción al placer:
Roquebrune, un palco de primera clase con vista al Mediterráneo azurísimo. Esta foto que tomé entre dos almenas de su castillo del siglo X habla por sí sola;
Roquebrune desde el Castillo en todo su esplendor.
Roquebrune, Côte-d'Azur.
Las calabazas de Roquebrune cuelgan.
Todo eso es un mismo árbol: el olivo milenario de Roquebrune que tiene entre 1800 y 2200 años.
Para darse un chapuzón hay que bajar estos jardines en terrazas hasta las playas de Cap-Martin y el sendero de los Aduaneros.