14 août 2010

Rivoli: uno de los Castillos de los Saboya

Antes de la batalla de los franceses contra las tropas del Archiducado de Austria, Rivoli era conocido por su maravilloso castillo, erigido orginalmente en sl siglo IX y transformado en varias ocasiones. Es por ello que ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad, junto con otros castillos de la Casa Real italiana de los Saboya. Hoy, el castillo soporta (ése es el témino adecuado) al Museo de Arte Contemporaneo de Turín, una auténtica y patética tristeza por sus piezas "modernientes" desprovistas de toda imaginacion e interés.

Ya las palabras desacralización, libertad absoluta de creación, fronteras rotas, desencuentro, etc., no significan niente de niente. Todo ese arte-bodrio para lo unico que servía era para estremecer la bases del buen vivir conservador-catolicote-burgués (cuyos mejores exponentes ahora coleccionan este arte de "rebeldes"). Ya hoy nada de esto tiene sentido porque hoy vivimos acosados por la vulgaridad, lo escatológico, la fealdad y las noticias espeluznantes. Hoy se nos cuelan con su sarta de pronósticos negros, de presagios oscuros y toda ese plan para mantenernos entretenidos y temerosos, hasta por debajo de la puerta que es es Internet. Hoy este "no arte" lo que sirve es para dar dinero a los que viven del tema, sacarle plata a las Municipalidades (y llenarle el bolsillo a algunos intermediarios y funcionarios al servicio de las mismas) y a los cuatro bobalicones que lo compran, ya sea por ignorantes o porque esperan especular con él. También sirve para difundir el mal gusto entre los pobres ignorantes que desconocen todo o casi todo de la Historia del Arte, amén de para vaciar literalmente de publico las salas de los museos, como ha sido, afortunadamente, el caso de éste.

Todo ese cuento de que la auténtica libertad de creación del siglo XXI equivale a soportar semejantes horrores carentes de todo, debe permitirnos entonces a cualquiera de nosotros (sin excepción) convertirnos en artistas con derecho a ser expuestos en los grandes museos del mundo. Yo mañana quiero hacer una exposición en el Pompidou en donde no haya nada (sólo mi nombre en un rótulo escrito al revés - asi los críticos pueden decir luego que esa es la obra: un clin d'oeil a Leonardo -, pegado a la impecable pared de la sala blanca) y que la obra expuesta sea entonces la propia gente, desesperada, burlada, peloteada, buscando en la sala dónde demonios está el objeto de exposición.

Entonces mi obra estaría desacralizando con la absoluta libertad propia del XXI y de sus defensores toda la porquería de "no arte" con la que nos agobian desde hace tiempo. A ver a cómo tocamos. Por allá abajo hay un ejemplito de una montañita cuadrada de confetis afeando una maravillosa sala que fue en otros tiempo recinto palaciego de los Saboya en épocas del gran Leonardo, del gran Michelangelo y del divino Rafael. Me niego a fotografiar más "no obras" de este museo, al que entré sólo porque me sale gratis. De lo contrario, no me verían el pelo ni de asomo, pues hace mucho que sé de qué va el tema:

Lo mejor que tiene el Castillo de Rivoli, tal y como lo han refuncionalizado, es este juego de reflejos de la puerta-espejo.



Siempre nos quedará la vista de Rivoli hasta Torino.

El cubito feo de confetis en una de las maravillosas salas de los Saboya