6 janv. 2008

Hotel Lincoln



Seguramente muchos lo recuerdan. Un hotelito nada del otro mundo, pero cuyo confort y buen funcionamiento en la década de los 50 haría palidecer de envidia al cinco estrellas más lujoso (si lo hubiere) de La Habana de hoy. Hubo un intento de repararlo y de hacerlo funcionar de nuevo allá por los ochenta. No sé en qué habrá terminado. Probablemente en una pocilga más para venezolanos de los que vienen a operarse de la vista "de gratis" (como me he enterado que ha sucedido con el Copacabana y con la Marina Hemingway). Por cierto que de gratis en francés coloquial se dice "al œil", lo cual quiere decir literalmente, al ojo.
El caso es que este Hotel Lincoln (sito en Galiano y Virtudes, Centro Habana) tenía siete pisos, un servicio de restaurante estilo Luis XV, la habitación sencilla costaba $ 2 y la doble $ 3 (en verano), mientras que en invierno costaban $ 3 y $ 5 respectivamente. Las suites (con vista al Golfo de México) costaban $ 8 en verano y $ 12 en invierno. Poseía un bar estilo andaluz llamado "Los tres monitos" y el arroz con pollo de su restaurante era muy conocido en toda ciudad.
Claro, todo esto era posible porque el Lincoln tenía un dueño en la persona de Antonio Fernández Prieto a quien el libro Los propietarios de Cuba 1958 del que ya he hablado aquí coloca en una categoría de orden 3 y de él dice lo siguiente :
"Era propietario de los hoteles: Lincoln (La Habana), el Gran Hotel y el Colón (ambos en Camagüey) y el Sevilla (en Ciego de Ávila). Nació el 12 de febrero de 1904 en Orense, España y llegó en 1918 a Cuba. Trabajó de mozo de limpieza durante 3 años en un hotel de Las Villas. Fue gerente luego de un hotel en Morón y en Ciego, hasta que en 1938 inauguró el Gran Hotel y más tarde el Colón, en sociedad con Melquiades Lamelas. Se casó en 1941 con la Dra. Lilia Esther Fuentes Aguilera (cubana). Sus hijos: Antonio, Mario, Lilia Esther Fernández Fuentes. Y vivía en calle 12 e/t 3a y 4a. Reparto Almendares. La Habana"
Con lo cual insisto en que el libro (a pesar de haber sido publicado en la Ed. Ciencias Sociales, como señaló alguien en los comentarios) parece buscar redimirse sensatamente con nuestro pasado y aceptar las cosas tal y como fueron, sin preámbulos politiqueros. Seguiré ofreciendo ejemplos según mi tiempo. Es bueno que sepamos bien cómo era la cosa, sin tarados(as) de por medio.