19 janv. 2008

Ausencia no quiere decir olvido…


A Saint-Briac venían a pasar la primavera los Habsburgos y los Hohenzollern, y partir de 1921 el Gran Duque de Rusia, pretendiente al trono después de la masacre de la familia imperial estableció aquí su residencia. Hasta la década de 1980 venían a visitarlo los monárquicos rusos quienes lo consideraban su soberano. Aquí instalaron también sus caballetes Renoir, Henri Rivière, Émile Bernard y Paul Signac. Y antes que ellos Eugène Isabey experimentaba in situ su Romanticismo pictórico.

El castillo feudal de Fougères data – casi nada – de 1020. Estuvo en manos de los Plantagenêts, de los duques de Normandía, de los Lusignan, de Felipe el Hermoso, del duque de Mercœur y de 'tutti quanti'. Victor Hugo, cuando lo visitó, escribió: "Tienen que ver a todo precio Fougères. Imagínense una cuchara: es el castillo. Y el mango: la ciudad".

En el parque del Castillo de Hac, construido por un chambelán del Duque François I° en 1420, esta cruz céltica.

En lo alto del torreón Tony Curtis y Kirt Douglas se batieron en un duelo de espadachines inmortalizado por el séptimo arte. El Fort La Latte se construyó en 1250 y el caballero Du Guesclin se lo arrebató a los ingleses en 1379. Más tarde Vauban se ocupó de maquillarlo un poco. De más está decir que La Mancha vista desde allá arriba da vértigo.
PD: Todas las fotos tomadas por mí. Se hace lo que se puede…