16 oct. 2007

Hervin Romney, EL arquitecto


Conocí a Hervin Romney hace algunos años durante un almuerzo al que ambos habíamos sido invitados por Guillermo Álvarez Guedes. Nuestro humorista antológico tenía la costumbre de almorzar en un restaurante de Miami llamado El Crucero, en el mismo cruce de la Calle 8 con la línea de un tren que nunca supe ni a dónde iba ni de dónde venía arrastrando su carga de cientos de vagones. El caso es que en aquel restaurante se almorzaba al ritmo del dichoso tren, pues cada vez que el animal de hierro pasaba nuestras voces quedaban emboscadas por la potente sirena, el traqueteo de ruedas y rieles y, lo peor, el terremoto provocado por aquel monstruo que ponía a danzar vasos, cubiertos y mesas, amén de sacudir los cimientos mismos de aquel lugar. Recuerdo que al final del almuerzo Hervin (que aunque es más habanero que el Malecón tiene su sangrecita inglesa) me dio su tarjeta en el mejor estilo victoriano: en la misma sólo aparecía su nombre.

Pero de la misma manera que a los niños se les decía que las cigüeñas traían a los bebés de París, yo digo que esas mismas cigüeñas (ahora que, dado la viveza de los niños se han quedado en el paro), son las que nos traen a París, durante todo el año, a amigos queridos y compatriotas. Y aquí, en L'Avenue, un restaurante ultra-in en el triángulo dorado de las calles François I, Montaigne y Marignan, son otras amigas (Regina Avila y Regina Maestri) quienes organizan un nuevo encuentro con Hervin (acompañado por Victoria) para hablar de arquitectura, de la Grecia Antigua, de Alejandría, el helenismo en Sicilia, Solimán el Magnífico, el Cuerno de Oro, y, y, y…. Y es que Hervin, amigo entrañable de ambas Reginas desde los primeros años de exilio en Washington, es un arquitecto sin par. Fue él quien fundó Arquitectónica en 1977 y de su ingenio nació el Miami moderno cuando se instaló en la ciudad después de 17 años de estudios en la Universidad de Villanueva de La Habana, Cooper Union de New York, Catholic University de Washington, École d'Architecture de Paris y Yale University. En 1984 Romney se separó de la firma y concibió el Acrópolis en Brickell Avenue y las Terminales 8 y 9 del Puerto de Miami. Por ahí se encuentra el libro en que aparecen las primeras obras de Hervin en Arquitectónica. Y por si esto fuera poco Hervin es de los que hipnotiza con sus cuentos y su pasión por el arte. De modo que hasta dejamos a medias el postre y casi tienen que echarnos del lugar.