1 juin 2009

Almuerzo dominical con Roblán

Armando Roblán no necesita presentación. Ayer era el homenajeado de un almuerzo en que Olga Connor desplegó sus artes de gran anfitriona. Roblán me contó que su don para el teatro, la imitación y el humor le viene desde la primera infancia. Cuando lo contrataron para el incipiente Canal 2 de Pumarejo, en 1950, en aquella Cuba de otros tiempos, ya llevaba años montando para un público casero pequeñas piezas. En broma, porque nadie duda que no debe ser cierto, me dijo: "tú no sabes la cantidad de amigos de la familia que dejaron de visitarnos". En broma porque me imagino que, al contrario, seguramente se sumaron más a esas visitas sólo para ver sus ocurrencias. El caso es que desde los 5 años se hacía narices postizas con los residuos de jabón, se coloreaba con bijol y usaba los pelos del maíz para ponerse bigotes. Entre los convidados estaba también Aleida Garrido, fundadora junto a Juan Clark del primer Radio Martí cuando la emisora comenzó en una pieza de su casa. Ha llovido bastante desde entonces. El amigo Fausto Canel, de conversación siempre grata, es una biblia del cine cubano de los sesenta y siempre converso con él de una época que no conocí y que debe ir armándose como un rompecabezas. Los almuerzos de Olga empiezan a la 1 pm y terminan a las 9 de la noche. Son un paseo alegre por los 5 continentes, siempre en perspectiva de nuevos viajes y diversiones.

Pero Olga tiene otra razón para no ocultar su orgullo: Laura Korn, su nieta, sigue el camino de la abuela y se gradúa de Arte en la Univ. de Chicago. Ver última foto.

Roblán.