En un mes que llevo aquí el único metro posible se llama 836 o Dolphin. Aún jugándole cabeza a la manada motorizada, huyendo de sus horarios de turba, siempre caigo, por pito o por flauta, en un atasco. Sobre todo en esa partecita que está entre el Jackson y el Aeropuerto (yendo para allá) y antes de coger la curvita de la I-95 (cuando uno viene para acá). Aquí la utopía se llama Metrorail. Lo dice un panel de los rieles aéreos: Why drive? Ride... Metrorail. Seguro que sí.