Una de esas islas de Bahamas, cuya única página de historia debe haber sido la visita hace siglos de tal pirata o el paso del huracán más cual. Sin historia, pero absolutamente necesarias en su escenografía natural de tarjeta postal. Isla que ha hecho historia por sí sola porque de ahí todos han salido con plácida sonrisa y ganas de volver a mecerse en sus playas a la sombra de un cocal: