Cada vez que vengo a Londres me toca un tiempo... londinense. Todos mis amigos me dicen: "Siempre que he ido ha habido un tiempo soleado espectacular". I answer invariably: "Si no sabes lo que es batallar para que el viento no se lleve el paraguas, para que una guagua de dos pisos no te salpique cuando te arrimas al borde de la acera y para que no se te enganche una de esas afocantes capas de agua (tan fosforescentemente anglosajonas) ya sea en un rosal de la reina o en una cerquita peerless invisiblemente traicionera, you were not then in London:
The London Tower Bridge.
El mítico Hotel Savoy.
Trafalgar, un león, media columna de Nelson y yo.
Las rejas de Buckingham Palace. La divisa de los Windsor: "Mon Dieu et mon Droit" (siempre en francés).
Perfecta negrura crepuscular con sátiro atlético en el Memorial a la Reina Victoria, frente a Buckingham Palace.
Las rejas de Saint James Park.
Turner y una pila de pintores (de los buenos de antes) inmortalizaron el Támesis. Por donde quiera que se le coja, con este tiempo atroz, el cliché saldrá siempre de lo más artístico.
Como bien se sabe a Londres no se viene a coger sol. Para eso está la Riviera Francesa...
Sobre el achocolatado Támesis, al pie del Big Ben y del Parlamento. Una nota curiosa: al parecer el reloj, desde su inauguración el 13 de mayo de 1859, sólo se ha atrasado cuatro veces. Una, el 10 de mayo de 1941 a causa de un bombardeo (se atrasó un segundo y medio). Las otras tres por un error de manipulación de un relojero y por el frío.
All Hallows by the Tower, la iglesia más antigua de Londres, originalmente fundada en 675 dC por la Abadía de Barking, La City, London.
Hyde Park Towers Hotel, Jimi Hendrix's First London Home (september-december 1966).
Westminster Cathedral, sede de la Iglesia Católica inglesa, posee la nave más ancha de Londres pero data sólo de 1894.
So british.