A los que un día se aventuren por estas cumbres les sugiero el Hotel Spa Villaba de los Reverón. Esta familia, pionera de la hotelería en el sur de Tenerife, ha montado con mucho gusto y respeto por la arquitectura tradicional, así como por la naturaleza, un magnífico hotel al pie de una montaña de pinos canarios. La vista es espectacular. En el hotel, por no faltar, no falta ni siquiera un spa con todas las de la ley. Respetaron incluso las casitas montañesas de labriegos y pastores (las amarillas) que se hallaban en el área en que se construyó el hotel. El pinus canariensis es endémico de estas islas y produce una madera particularmente resistente y olorosa conocida cono pinotea. Una de sus características es la resistencia al fuego, con lo cual a sabiendas de que estas islas son particularmente volcánicas queda demostrado una vez más la increíble sabiduría de la naturaleza. La pinotea es olorosa y crea una atmósfera embriagadora. El Villalba ha reservado para sus pisos, techos, ventanas y barandas la madera de este pino.