Il Vignaletto, masseria y agroturismo a 4 kms. al sur de Martina Franca, Puglia, Italia.
Noelia es brasilera, de Fortaleza. Hace algún tiempo vive, con su esposo italiano, en la masseria Il Vignaletto, en Apulia. Es el nombre de lo que conocemos en castellano como hacienda: una maravillosa casa de campo apulense, con enorme patio interior repleto de olivares, la fachadas y muros de un blanco resplandeciente, rodeada de campos de olivos y de ciruelos cargados de frutas maduras en esta época. Il Vignaletto (la Viñita) se halla a 4 kms. al sur de Martina Franca (elegante pueblo de Apulia con majestuosos palacetes barrocos), en dirección de Taranto. Cuando se está por llegar al crucero de la línea del tren aparece indicado a la derecha. Hay que adentrarse en el campo y rodar unos 10 minutos más por una estrecha carretera rodeada de fincas-trullos y luego por un sendero que sólo conduce a la hacienda. Como no hay más que campos de olivos nos preguntamos si hemos cogido el buen camino o si cogimos por una carretera que lleva a alguna parte.
Pero no, era el camino correcto y Noelia, al vernos bajar delante de la gran verja de la masseria, se puso inmediatamente en función de no perder a aquellos clientes (instinto poco usual hoy día en hotelería) que llegaban, sin previa reservación, al final de la tarde, a su recóndita finca. Como somos difíciles, ninguna habitacion nos cuadraba 100%: una porque esto, aquella porque lo otro y la de más de allá por no sé qué. El caso es que tanto dio Noelia que nos mostró una al lado de la gran piscina desde cuya puerta y ventanas solo se veia el azul de ésta y una gran zarza violeta y mandarina florida a tope. De más está decir que nos quedamos.
Visitamos, ya al anocher, Martina Franca. Vimos su elegante catedral, cenamos en un restaurante típico llamado La Tavernetta, fuimos al célebre Café Tripoli (donde han filmado publicidades de Lavazza y que ya cumplió 100 años), nos paseamos por el elegante Corso y admiramos los palacetes barrocos de la calle Cavour. Regresamos casi a medianoche a la masseria en medio de aquella boca de lobo que es el campo profundo a esa hora. La sorpresa fue al día siguiente. Noelia nos había preparado un desayuno de reyes bajo los olivos del patio. Cuidando de los mínimos detalles todo lo había hecho ella misma, desde los panecillos tipo crostinis pero redonditos (se llaman taralli), típicos de Apulia, hasta los dulces, las mermeladas, las cremas, cocteles de frutas, jugos... Nada de asombroso en otras regiones de Italia (del Norte), pero inédito para la zona que recorremos.
Sírvale este post a Noelia para atraer al Vignaletto a quienes anden rodando por los caminos de Apulia. Raro es encontrar, como dije, un establecimiento con sello de agriturismo en el que sirvan productos fabricados por la propia casa. Incluso en los hoteles y masserias más espectaculares nos han servido invariablemente esas mermeladitas de recipientes plásticos que dan en los aviones y que solo cambian de color (no de sabor) porque hasta la frutica dibujada en la lámina que les sirve de tapa parece artificial.
En Apulia, en esta época, las higueras están repletas de la exquisita variedad de higos de aquí: verdes por fuera y jugosos, casi almíbar pura por dentro. Basta con pararse al borde de cualquier carretera para recoger higos, cerezas, ciruelas, albaricoques; frutas estallando de dulzor bajo el sol y al alcance de la mano. Pues bien, hasta ahora el único sitio en que las mermeladas se hacen en casa, con frutas recogidas del patio, ha sido Il Vignaletto. Ni en el cinco estrellas de Bari, ni el palecete normando en donde dormimos en Conversano, ni en la masseria agroturística de Ostuni, ni en el B and B de Lecce, ni en albergo de Trani, ni en etc., etc. ha habido mermeladas naturales en los desayunos. En Il Vignaletto, para colmo de atenciones, Noelia nos regaló un recipiente de cristal repleto de los taralli que yo mismo había visto, al inicio, como amasaba, cuando llegamos arrastrando maletas a los umbrales de la finca. Eso sí, nunca le hicimos la tonta pregunta de si extrañaba Brasil.
Agradeciendo a Noelia y siempre a Dios porque éstas sean nuestras ocupaciones y preocupaciones.
Nota: Il Vignaletto está en cualquier guía de agroturismos de Italia y en la de masserias de Puglia.
La catedral de Martina Franca.