13 juil. 2011
Edificantes lecturas veraniegas
Purge, de Sofi Oksanen
Aunque no es un libro de viaje, o sea, de esos que se leen mientras se viaja y se dejan, como por olvido, en el vagón del tren en el momento de bajarnos, he leído Purge (Ed. Stock), de la finlandesa Sofi Oksanen, durante este maravilloso recorrido por Apulia y lo he terminado, como Dios me manda: sentado frente a las aguas azul turquesa del golfo de Taranto.
Una auténtica joyita, como ya dije en FB, de parte de una escritora joven (nació en 1977), galardonada con el Premio Fémina Extranjero 2010 en Francia, con garras y ganas de hacer algo que no sólo tiene una estructura bastante novedosa y libre, sino que el contenido es de primerísima factura. Los avatares de la Historia han separado a dos hermanas estonas, primero durante la ocupación germana, luego durante la larga noche soviética, a partir de 1945. En ese momento y una vez que nos situamos en el contexto, la novela nos mantiene atrapados hasta el final. Tal vez sea el final mismo lo menos bueno. Da la impresión de que Oksanen no pudo concebirlo en consecuencia con la majestuosa monumentalidad de su historia. Como si al llegar a esas ultimas páginas hubiese quedado exhausta, por esta historia sublime, cruel, dura, real, humana. Una historia que muy bien pudo haber sido la de su propia familia. Es un punto de vista muy personal que no desmerita en nada la fascinante novela. De hecho, mentalmente le puse mentalmente el final que quise porque, en parte, la obra lo permite.
Aunque no habido trenes en mi viaje, a este monumento de la literatura escandinava contemporánea no lo dejé olvidado en ningun chaise-longue a orillas del golfo de Taranto. Lo he vuelto a echar en la maleta porque lo conservaré entre los libros que recomiendo y presto a mis amigos.
Mi próxima lectura, para afectivamente seguir en la bota, una de las pocos libros del romano Alberto Moravia que me quedan por leer: La mascherata.