27 janv. 2009

Picasso et les maîtres / Grand Palais / París



Picasso et les maîtres, en el Grand Palais, cerrará dentro de muy poco. Yo no tenía muchas ganas de verla por varias razones. Tal vez la principal era que he visto suficientes originales y exposiciones de Picasso a lo largo de mi vida. O sea, que consideraba "a priori" que esta exposición no podría aportarme gran cosa. El otro argumento que me hubiera impulsado a verla hubiera sido que grandes lienzos de la pintura universal se exhibían junto a las obras del genio malagueño. Por ejemplo, La maja desnuda de Goya ha salido por vez primera de España y junto a ésta uno de los mejores Tizianos del Prado. Pero – continuaba con mis reticencias – casi todas esas obras las he visto varias veces y aunque me gusta seguir viéndolas no era argumento suficiente para aguantar el tropel de gentes (y peor: los comentarios a alta voz) que abundan en estas grandes retrospectivas.
El caso es que al final me decidí (y agradezco el empujón final al amigo Enrique José Varona quien es, además, conferencista de lujo y conoce muy bien las piezas exhibidas). La exposición es simplemente portentosa. Una de las más maravillosas que he visto. Todo un mundo de relaciones entre la obra de Picasso y los maestros que le precedieron, guiños, reinterpretaciones, copias, ejercicios lúdicos entre el español y aquellos artistas que saciaron su apetito pictórico.
Los grandes nueve temas (por salas) son:
I- Autorretratos. Aquí puede verse una parodia de Picasso por Picasso Autorretrato con peluca blanca (1897) y su primer cuadro pintado en París: Yo Picasso (1901). También un extraordinario Autorretato con paleta (de 1906, época del Bateau Lavoir, en Montmartre). Autorretratos de Delacroix, Rembrandt, Gauguin, Goya, Cézanne y El Greco complementan el tema e se interrelacionan con las búsquedas y los resultados del propio Picasso.
Yo, Picasso / 1901 (su primer cuadro de París).

II- Modelos. En esta sala, Picasso dialoga con la cultura grecorromana. Me impresionó ver la maestría de su técnica y la capacidad para dibujar y copiar con exactitud modelos del clasicismo helénico. El célebre cuadro de El Greco San Martín y el mendigo (de 1597, que se halla en la National Gal. de Washington) aparece al lado de Muchacho llevando las riendas de un caballo, de Picasso (1905, traído desde el MOMA). También dialogan en esta sala la célebre Baigneuse de Renoir con la Grande baigneuse, de 1921, de Picasso.
"San Martín y el mendigo", del Greco. Imagen tomada de www.narcissistic-etrend.com.
"Muchacho llevando un caballo", de Picasso.

III- Indigomanía. Bajo este tema se agruparon aquellas obras del período azul en relación directa con obras de El Greco y del Aduanero Rousseau. Tal vez sea la relación temática y pictórica más traída por los pelos. Debe ser porque en este asunto del azul Picasso, de tan conocido, es caso aparte. Yo siempre pensé (y sigo pensando) que el tema del azul en esta época de su vida fue una consecuencia del impacto que debió producirle el azul de los vitrales góticos de Francia.

IV- Retratos negros. Impresionante la copia que hizo Picasso, con sólo 16 años, del Felipe IV de Velásquez. En esta sección Murillo, Ribera y Zurbarán. De este último, siempre lúgubre, el cuadro que más me cautivó entre los más de 200 que exhibe la muestra: San Francisco de Asís en su tumba (1630) que vino desde un recóndito museo en Milwaukee (que de tan recóndito ni sé si así se escribe). Tres triángulos y dos esferas que son su propia cabeza (pensamiento y vida) y la calavera que lleva en las manos (muerte y trascendencia). La composición en absolutamente perfecta. De tanto serlo el cuadro, que como sabemos no puede ser otra cosa que figurativo, da la impresión de ser un preludio de la abstracción geométrica bien avant la lettre.
"San Francisco en su tumba", de Zurbarán, viaja desde el Museo de Milwaukee. Observen la composición geométrica de esta obra.

V- Tarots. Son cuadros de los últimos años de la vida de Picasso, cuando el artista no tenía ya nada que probar al mundo y se puso a pintar, libremente, lienzos que parecen afiches malos de carnaval en un pueblo del Caribe. Aparecen temas lúdicos de Manet, Martínez Mazo, enanos de Velásquez, etc.
VI- Variaciones. Bajo esta rúbrica las múltiples interpretaciones del "Rapto de las sabinas" (inspiradas del Poussin del Louvre, no de David) y realizadas por Picasso entre 1962-1963; así como de Las meninas de Velásquez y de la Infanta Margarita, del mismo, realizadas por Picasso en 1957 (unas 44 variaciones hizo, la muestra exhibe una decena). Interesante también las variaciones del David y Betsabé de Lucas Cranach.

VII- Bodegones y naturalezas muertas. Zurbarán, Luis Meléndez, Chardin, Goya, un premonitorio Cézanne de modernidad giratoria asombrosa, frente a Picasso. Luego el período sombrío del umbral de la guerra y un cuadrito-cuadrazo violento titulado Naturaleza muerta y cráneo de cordero, de 1939, que viajó desde la colección Marcos y Vicky Micha, en México.

VIII- El retrato de la pintura. Homenaje a los bebedores de ajenjo y motivos de ferias (Degas, las españoladas de Manet, etc.), la célebre Nana de Manet inspirada en la novela homónima de Zola que Manet leyó en manuscrito antes de su salida. Primera vez que este cuadro viaja a Francia desde Hamburgo en donde se encuentra. Una Arlesienne de Van Gogh sublime y Picasso lui faisant pendant.
Nana, de Manet (1977) desde Hamburgo y por primera vez en Francia.
"L'Arlesienne", de Van Gogh.

IX- Desnudos. Por primera vez fuera de España La maja desnuda de Goya. También la Venus, Amor y el organista de Tiziano. Picasso y sus desnudos atrofiados. Una odalisca gris (que nunca había visto) de Ingrès viaja desde Estados Unidos.
En total más de 200 obras de Picasso. Una colección que no podrá verse nunca en toda la magnitud con que la exhibe el Grand Palais (los ingleses la reciben pero exhiben sólo 44 obras / recuerden que en Francia estos lujos los paga el Estado y fuera de Francia otro gallo canta…). Quien ande por París que corra a verla pues sólo queda una semana. Después habrá que contentarse sólo con el catálogo.