La poeta Gladys Zaldívar, en su casa, dedicándome su último libro - Miami, agosto de 2007
Ha fallecido la poeta, ensayista y amiga Gladys Zaldívar (Camagüey, 1936). La noticia la recibo por la red de manos de otra poeta, Amelia del Castillo. Gladys había llegado a Estados Unidos como exiliada en 1968. Vivió sus primeros años de exilio en el Estado de Maryland, en donde se había graduado de Letras Hispánicas y había trabajado como profesora. En los 70 se instala en Miami y se incorpora al movimiento de poetas cubanas de esa ciudad, de las cuales – me dice ayer Amelia del Castillo – van quedando muy pocas. Algunos de sus poemarios publicados son: El visitante (1971), Fabulación de Eneas (1980), Zéjeles para el clavel (1981), Viene el asedio (1987), La baranda de oro (1981), Cantata de las ruinas (1996), La soledad fulgurada (2001) y Severed Garden (en inglés, 2002). Fue muy amiga y mantuvo una relación epistolar muy estrecha con Severo Sarduy. Parte de esto quedó recogido en el libro Epitafios (1994) que publicara junto con su amiga Concepción Alzola. Al referirse a la poesía de Gladys, Severo escribió: "Todo es intenso y áureo: barroco. Energía y lucidez que son muy suyas. También geometría y color escarchado".
También publicó muchos ensayos, siendo uno de sus primeros títulos publicados en este ámbito fue Novelística cubana de los años 60: Lezama Lima / Paradiso y Reinaldo Arenas / El mundo alucinante (Miami, 1977). Su último libro fue una recopilación de textos críticos sobre su propia obra, realizada por Luis A. Jiménez. Se titula De la trova provenzal al barroco hispánico: la poesía de Gladys Zaldívar (Ed. Universal, Miami, 2005). En él aparecen los textos críticos de Fernando y Enrique Hurtado de Mendoza, Julio Hernández Miyares, Concepción Alzola, Mercedes Cortázar, etc. Ese es el libro que Gladys me está dedicando en la foto, cuando junto a su compañera Concepción Alzola, me recibió en el verano de 2007, en el apartamento que ambas ocupaban a dos cuadras del Versailles.
Su última presentación en público fue durante el Congreso de Cultura Panamericana realizado en julio del 2007. Su obra inédita es extensa y la conserva su entrañable amiga "Concha" Alzola. Aquí les dejo un poema de Gladys. Que en paz descanse esta camagüeyana entrañable.
Pequeña sinfonía para sordos
Gladys Zaldívar
En las aguas mitrales de la castración me han sumergido
Y con mis genitales han adornado sus sueños
Y con mis dientes han ataviado sus atroces muñecos de odio.
En cojines de sombra transportan mi palabra,
En pinos calcinados inyectan esta sangre que padezco
Y al fondo de la mar sus buzos ciegos
Si van tras mis peces de luz y mis ventanas.
En las tierras lustrales de la muerte me han castrado
Y con mis huesos fabrican una arquitectura clavileña
Y con mi recuerdo engalanan la casa de miedo y de ceniza.
Pero crecen desde mi cráneo las espigas,
Se asoman por el blanco enrejado de mi pecho
Y en la pelvis fragmentada se agolpan verdinegramente,
Se hacen fuertes en la memoria del amor
Y rompen hacia arriba como un canto y abrazan
Fronteras innombrables, cisternas ensangrentadas y castillos.
Bajo la yerba, yo también creceré, seré el verdor
Que abriga de estatura la montaña y viajaré hasta el extrremo
De la yerba para ver un sol verde y luna verde.