1 avr. 2008

Rabat-M'dina y San Pablo el Náufrago

Catacumbas de San Pablo


M'dina




De todos los santos San Pablo es el que debería ser proclamado "Santo Patrón del Turismo". Cuando uno lee su vida se pregunta cómo pudo dar tantos viajes de ida y vuelta entre Macedonia, Atenas, Corinto y otras ciudades e islas griegas; Cilicia, Frigia, Licia y otras provincias de Asia Menor y todo el territorio de Siria, Fenicia y Palestina, en donde no se perdía una celebración cristiana ni paraba de predicar el Evangelio. Sin contar el viaje a España, del que todavía existen dudas. Antes de su encarcelamiento en el año 58 dC (San) Pablo se hallaba en Corinto (Peloponeso) y de pronto decide regresar a Jerusalén para celebrar la Pentecostés con los suyos. Mucho me gustaría que el apóstol me pasara el "tuyau" de su tour operador porque a mí a veces las fechas y las disponibilidades en hoteles y aviones no se me dan tan fácil.
El caso es que después de que San Pablo regresara por tercera vez a Jerusalén, los judíos logran sacarlo de circulación metiéndolo en la prisión de Cesarea. Pero como Pablo era ciudadano romano no podía ser ni azotado ni juzgado por un tribunal judío, así que pudo apelar al César y salir, al cabo de dos años, de la prisión y hacerse conducir a Roma para que allá lo juzgaran.
Y es ahí donde el azar, recurrente en la vida de muchos santos, hace que el futuro San Pablo llegue a la isla de Malta, en donde naufraga la embarcación que lo conducía al Lazio. En Malta ocurrirá el episodio de la mordedura de la víbora. (San) Pablo, auxiliado por (San) Lucas y otros evangelizadores que iban en la comisión de embullo para Roma, aprovechan esta imprevista escala para curar a algunos enfermos y convertir de paso a parte de la población de la isla, incluido el gobernador romano de entonces que se llamaba Publius.
Ahora bien, en la ciudad maltesa de Rabat-M'dina (nombre heredado de la ocupación árabe de la isla entre 870 y 1090), se encuentra la célebre gruta en donde supuestamente se escondió (San) Pablo. Allí rezó y también lo hizo siglos después su tocayo Juan Pablo II. Pero lo curioso no es la gruta de San Pablo que, fuera del carácter místico, no tiene gran interés; sino las célebres Catacumbas llamadas de San Pablo que están a unos pasos de la gruta. Aunque no existían en el momento en que (San) Pablo se encuentra en Malta supongo que se les ha llamado así por ser el apóstol el que introdujo la moda de este tipo de enterramiento propio de los cristianos viejos. También en la ciudad de La Valetta, la Iglesia de San Pablo el Náufrago exhibe dos reliquias relacionadas con la vida del santo. Una de ellas es un fragmento de la columna romana en la que fue atado antes de que lo decapitara en la vía Ostiense, el mismo año y día en que crucificaron "patas para arriba" a San Pedro.
Ahí pongo dos vistas de las catacumbas. No son tan impresionantes como las romanas pero tienen mucho encanto y conservan varios frescos e inscripciones en griego antiguo, sobre todo las de Santa Ágata que se hallan a pocos metros de las de San Pablo.
También otras imágenes de la ciudad de M'dina, antes unida a Rabat, y luego separada de ella administrativamente y por una murralla también. M'dina es una de las ciudades de más homogeneidad en el Mediterráneo. Se le llama "la Ciudad Noble" porque en ella reside desde tiempos inmemoriales la nobleza de Malta en oposición a los intrusos Caballeros de la Orden que vinieron un día a perturbarles la paz y a limitar su poderío en la isla.