Como niña con zapatos nuevos la amiga Eyda Machín absorbió lo más que pudo, por cada poro, el intenso y eterno azur de la Riviera. Dejó que la belleza sublime absoluta le invadiera el espíritu y cargó las pilas para rato. Ya sabe que el año que viene la recibo de nuevo en casa para seguir enseñándole esos secretos irresistiblemente deliciosos de la Côte, del verano de verdad y de la vera vita, además de esos rincones en los que cada cual se cree dueño del cielo. Espero que la ducha de sol y de belleza le sirva de antídoto para el zafarrancho mustio, frustrante y gris del "veraniente" aguachento y frío de París... Y le dé musa para la nueva (y segunda) novela que empieza a escribir.
Niza = Nice = Nizza.
Eyda en la aristocrática Beaulieu, Riviera Francesa.