Nos levantamos envueltos en un intenso aroma de café que se colaba por todas las rendijas. Me dije: "Coño, está gente esta colando café para el Comando delle Forze Operative Terrestri de toda Italia, de cuerpo presente". Nunca hubiéramos imaginado que aquella finca de la carretera de La Morra, con sus tres caserones en un paisaje de colinas cutivadas de viñas, fuera la cuna del exquisito Caffè Revello. Desde el hangar que sirve de tostadero a excelentes granos que viajan de Puerto Rico a Génova la nube de humo oloroso le alegra la mañana a cualquiera. El puertorriqueño es uno de mis cafeses preferidos (junto con el Blue Mountain de Jamaica) y cada vez más raro, dado que en Borinquen no cesa de decrecer la actividad cafetalera y... los deseos de trabajar en los cafetales. El ama de llaves de la finca (o quien parecía serlo por ser quien recibe y ayuda a los huéspedes a instalarse), nos guió con extrema amabilidad por los laberintos de este tostadero familiar y nos hizo degustar sus excelentes tintos. A sabiendas de que en París (en Francia en general) se hace cada vez más difícil hallar café de Puerto Rico recién molido, abrimos hueco en el maletero para que nos dure un buen tiempo. En un día como hoy, éstas y no otras son nuestras preocupaciones. Quel pur bonheur!.
L'Ermo Colle, hostelería y torrefacción de café.
Caffé Revelo, oro de Puerto Rico, Torrefazione piemontese.
En el vecino poblado de Bra, el Caffé Boglione (fundado en 1845) con lámparas de muranos y mesas de caoba, recuerda que en Italia el café es una institución sagrada:
Caffé Boglione, da 1845, Bra.