Ayer fui a la inauguración de Art en Capital, el acontecimiento mayor del arte contemporáneo (en presencia de los artistas) en París y colocado, por supuesto, bajo el auspicio personal del Ministro de Cultura. Bajo la prestigiosa y descomunal claraboya del Grand-Palais, cientos de pintores, escultores, fotógrafos expusieron sus obras recientes. Son muchos los amigos y trataré de poner fotos poco a poco, a medida que me desocupe. Yo que aborrezco la FIAC and company, disfruto mucho este gran evento, sobre todo porque se dedica por entero a los artistas independientes.
La gran claraboya del Grand-Palais (1897) es, sin dudas y malgré elle, la atracción principal del evento
La amiga Eva Divari, ateniense de pura cepa, pasó 10 años de su vida viajando en la Marina Mercante griega. Ya se sabe que Grecia sin armadores y marina mercante no sería Grecia. Eva tiene una mano bendecida por Dios. Es bella por dentro y por fuera. Bienvenida a París.
El artista francés François Joly delante de su cuadro para Art en Capital. El próximo 3 de diciembre, a las 18h va a exponer junto a Hasan Saygin (ver imagen siguiente) en su Atelier, 8, place Clemenceau, Evreux.
El amigo y extraordinario artista Hasan Saygin delante de su cuadro: una divertida parodia de los bodegones velazquianos.
Martyne Maillard toca un tema de actualidad, casi contestatario. Este tipo de arte levanta olas no por la factura sino por el contexto. En Cuba se dio bastante en los ochenta. Artistas más bien de medio pelo (y de pelísimo y medio) alcanzaron fama (nacional) haciendo un arte ambiguo que pretendía contrarrestar la censura del castrismo. La prueba de que eran de medio pelo es que hoy a muchos de ellos (no a todos) no se les menciona más allá de la larga rectilínea que traza la 8th. Street de Miami, antes de caer en un pantano gigantesco. Una vez que salen del contextico que les da renombre, se desinfla el globo. La Maillard es mucho más viva: toca un tema de interés global.