Llegamos al local de Tango Negro (la asociación fundada por Cáceres, sita en el 71 de la rue Rochechouart) de la mano de Jorge Masetti y su equipo de filmación que montan el descomunal y atractivo proyecto de la sorprendente historia del tango. Un grupo de músicos formado por el percusionista (y pintor) Guillermo Venturini, el bandeonista Pablo Nemirovsky, el pianista Marcos Delprato y la cantante Gloria Marco, todos argentinos de París, interpretó unas piezas con arreglos tan savoureux que, o bien no conozco nada de tango o esto no se parece a lo que siempre he oído como tal.
En medio de aquella auténtica descarga argentina aterrizó un acordeonista eslavo impresionante. No sabíamos que era búlgaro pero Ramón Alejandro, siempre de un humor de mil diablos, lo adivinó por las piernas de su mujer cuando dijo que como esas sólo se veían en los filmes búlgaros de las koljozianas del Gran Trigal al norte de Sofía. Bingo! De ahí venían.