Malahide es una ciudad balneario al norte de Dublín. Un poco como Deauville, pero menos grande y pretenciosa. La playa de arenas supongo que debe ser decorativa. Las mareas bajas hacen que afloren ostras, mejillones y algas. Pero lo más interesante es el Malahide Castle, construido en el siglo XIII y en manos de una misma familia (los anglonormandos Talbot) hasta que en 1974 la ultima heredera (Rose Talbot) quedó sin descendencia y se extinguio el linaje. La tal Rosa, que de boba no debía tener un pelo, vendió el castillo, remató el mobiliario y se largó a Nueva Zelandia a tirar sus ultimos escopetazos. El Estado irlandés conservó el sitio en perfecto estado (valga la redundancia) y por esa razón una de las mejores salas medievales de toda Irlanda es el gran comedor del mismo. Ojo: un fantasma llamado "Puck", que sólo mide 1m 20 recorre el castillo cuando hay cambios que no le gustan. Una puertecita hecha a su medida existe en la sala-comedor, a un costado de la chimenea, para que Puck entre y salga a su antojo.
La railway station de Malahide. Es mejor llegar en tren, directo desde Tara Street Station. Los tranques en las afueras de Dublín son de apaga y échate a correr.