Un grand merci al Sr. François Mellerio, representante n° 14 de la dinastía de joyeros más antigua de Francia por habernos abierto las puertas secretas de su extraordinaria casa en el n° 9 de la rue de la Paix. Los Mellerio llegaron a Francia en 1515 procedentes de una aldeílla del norte de Italia. Quiso la suerte que descubrieran un complot para asesinar al joven rey Louis XIII. (Lo descubren porque antes los joyeros tenían que dedicarse a deshollinar chimeneas durante el invierno pues la joyería entraba en tiempo muerto durante esa estación). En consecuencia, el Rey les ofrece protección y privilegio para ejercer su oficio, prerrogativa esta muy valiosa por ser el gremio de París extremadamente cerrado y xenófobo. Desde entonces, reinas (desde Marie-Antoinette, pasando por las esposas de los Bonaporte -que yo llamo Las mariparte-, hasta las reinas y princesas Borbones de la España del siglo XX, que tienen, de un tiempo para acá, entre otros, el mérito de disminuirles los riesgos de consanguinidad), han encargado coronas, gargantillas, diademas y tiaras de metales y piedras preciosas a esta casa de lejanos orígenes italianos anclada en la vena aorta del savoir-faire parisien. Imposible explicar cuánto uno ignora todo el trabajo, arte y exquisito gusto que hay detrás de estas vitrinas que anuncian precios exorbitantes y que muchos creen que son (permitiéndome un colombovenezolanismo) "pendejadas". Increíble también toda la simbología, perfeccionismo y enciclopedismo que hay en una "no" simple espada de Académico francés del Instituto de Francia, o sea, en ese símbolo del saber que empuñan los hombres más cultos de este país o en el dominio de técnicas ancestrales por los obreros de este ramo, muchos de ellos con títulos honoríficos por parte del Estado francés, como es el caso del joyero de la foto de abajo. Se regresa al antro de París, pero nos reconciliamos enseguida con él.
Mellerio dits Meller, en la Rue de la Paix, es el joyero en vigor más antiguo de Francia y también la empresa familiar vigente de más edad.
La casa tiene el honor de confeccionar las espadas de los Académiciens franceses del Institut de France.
Farouk I, último rey de Egipto, encarga en 1950 un sombero de rezo a Mellerio dits Meller.
El compositor Richard Wagner escribe a los Mellerio dits Meller para encargar una joya.
El lapidario corta y talla las piedras. Este es el más joven (y uno de los pocos verdaderos) lapidarios de Francia.
El joyero se consagra a la hechura de la prenda propiamente dicha.