19 juil. 2009

Chipre - El Nuevo Herald

Bandera de la Republica Griega de Chipre.

Hoy escribo en El Nuevo Herald sobre Chipre, tema de mis pasadas vacaciones de primavera. Todas las fotos utilizadas por el diario fueron tomadas por mi durante el mismo. Para fotos y enlace directo hacer click en:
Chipre / El Nuevo Herald / William Navarrete.

El reportaje completo copiado a continuacion:

Chipre, encrucijada entre Oriente y Occidente
By William Navarrete
PASAPORTE
El Nuevo Herald
Publicado el sábado, 18 de julio de 2009

Isla de especificidades, isla multicultural, Chipre, en la frontera histórica del Occidente cristiano y del Oriente musulmán, ofrece a lo largo de su superficie relativamente modesta (es la tercera isla del Mediterráneo en extensión) una amplia gama de atractivos históricos y culturales, diversidad de clima y un patrimonio culinario significativo.

Originalmente griega (antes de nuestra era), provincia romana, colonia bizantina, franca, veneciana, otomana e inglesa, durante los últimos 20 siglos, Chipre es hoy (y desde 1974) una isla dividida: al sur, la República Griega Chipriota (independiente, ortodoxa, miembro de la Unión Europea); al norte, la República Turca de Chipre del Norte (37 por ciento del territorio ocupado por los turcos, musulmana, no reconocida por país alguno excepto por la propia Turquía). Entre ambas, un espacio neutral conocido como Franja Verde, controlado por las tropas de Naciones Unidas; y por si fuera poco dos bases militares inglesas (Akrotiri y Dhekelia) cuyo territorio incluyen algunas aldeas chipriotas y sitios arqueológicos accesibles.

El visitante puede comenzar su viaje remontándose a los orígenes de la civilización chipriota. Para ello, en la parte sur, el sitio arquelógico de Chirokitia (declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO) nos muestra cómo vivían los hombres hacia el 5300 aC. No lejos de allí la pintoresca aldea montañesa de Lefkara atesora desde hace siglos el savoir-faire de sus mujeres en materia de encajes (el llamado lefkaritika), del que cuentan, impresionó tanto a Leonardo da Vinci, que el célebre artista encargó para la mesa del altar de la catedral de Milán un mantel bordado por las tejedoras de este pueblo.

En general, los turistas llegan al aeropuerto de Larnaca, ciudad que muchos consideran de poco interés y sólo se quedan en ella el tiempo necesario para continuar el viaje hacia otras regiones. Sin embargo, Larnaca posee el paseo marítimo más agradable de Chipre en el que algunos hoteles como Les Palmiers ofrecen vista al mar y la apacible y agradable atmósfera de un pueblo mediterráneo que vive al ritmo de las horas y en el que el tiempo avanza lentamente sin que importe mucho lo que sucede fuera. Larnaca posee un sitio arqueológico griego (Kition), patria del filósofo escéptico Zenón. También, una bellísima iglesia ortodoxa (Ayios Lazaros), ordenada por el emperador de Bizancio León VI cuando, en el año 890, se descubrió allí la sepultura de San Lázaro (Lázaro de Betania), primer obispo de la antigua Kition, cuyo sarcófago puede verse en la cripta del templo.

Larnaca cuenta con una estupenda colección de cartografía y piezas greco-chipriotas, atesoradas en la residencia de la familia Piérides, mecenas y filántropos locales desde el siglo XIX. En el antiguo barrio turco se alza la Gran Mezquita Buyuk Kebir (algo abandonada desde que la población musulmana tuvo que refugiarse en la parte norte ocupada) y, frente a ésta, el Fuerte Franco, construido en el 1300 por los caballeros franceses y reconstruido en 1625 por los turcos. La ciudad posee además uno de los restaurantes más auténticos de la isla: el Psarolimano (al final de la calle marítima Piale Pasa) en que los productos del mar pueden consumirse frescos y mediante el sistema oriental del mezze (sucesión de porciones) hasta sumar más de 15 tipos de mariscos y pescados, con acompañamientos, por sólo $20.

Es a partir de Larnaca que los visitantes se dirigen al oeste (para visitar monumentos y lugares típicos), al norte (rumbo a la capital o a la región montañosa del Troddos) o al este (zona de Agia Napa, verdadero polo de turismo escandinavo, saturado de discotecas y pubs, sin más atractivo que sus playas).

Al este, el sitio arqueológico de Kourion conserva importantes construcciones romanas y casas de patricios en las que perduran mosaicos de una gran belleza. El sitio ofrece una de las vistas más hermosas de la isla desde lo alto de un acantilado hacia los huertos, la playa y el mar. No lejos de ahí y formando parte del mismo complejo arqueológico, el Templo de Apolo, data del período de los reinos de Augusto y Trajano. A pocos kilómetros, el castillo de Kolossi fue construido por los caballeros de la Orden Hospitalaria de Rodas y Jerusalén (antes de su definitiva instalación en la isla de Malta).

En el extremo occidental de la isla, Pafos se compone de una ciudad alta (Ktima Pafos), más antigua y solamente habitada por chipriotas, y una ciudad a orillas del mar (Kato Pafos), turística, que es la mejor opción para alojarse por hallarse en ella uno de los sitios arqueológicos más importantes de Chipre: la antigua ciudad romana, inscrita por la UNESCO en el Patrimonio Mundial de la Humanidad. En ella, pueden verse una importante concentración de mosaicos repartidos en diferentes villas romanas, un ágora, un anfiteatro y otros vestigios significativos de esa época, a pocos metros del mar, del puertecillo de pescadores y del fuerte construido por los francos en la Edad Media.

Pafos posee también la iglesia Kyriaki, precedida por las ruinas de una basílica romana del siglo IV dC, entre cuyas columnas sobresale el llamado "pilar de San Pablo", por haber sido en su fuste que el santo evangelizador fue atado y azotado durante su primer viaje desde Tierra Santa. En Pafos, el restaurante Anemomylos, administrado por una familia chipriota, ofrece deliciosos mezzes de carnes y el hotel Píramo, de modestas proporciones y excelente bar-terraza, está situado en el corazón de la ciudad marítima.

A partir de Pafos, pueden ser visitados los sitios relacionados con el culto pagano de Afrodita. Tal vez no sea inútil recordar que Chipre se vanagloria de ser la isla en donde nació la diosa griega del amor y la sensualidad. A pocos kilómetros de Pafos se halla Petra tou Romiou, con una bella playa de guijarros y sus costas de acantilados, en que un peñón rocoso emergiendo del azul turquesa del mar indica el sitio donde nació la diosa. Del otro lado, en la costa norte, después del típico pueblecillo de Polis, a la fuente natural en forma de minúscula cascada se le conoce como "los baños de Afrodita".

Camino de las regiones montañosas del Troddos, donde el Monte Olimpo se eleva a más de 2,000 metros de altitud, el visitante puede visitar el Monasterio de Ayios Neofitos, fundado en 1134 por un monje ermita de Lefkara; así como el Monasterio de Chrysoroyiatissa (s. XII), especializado en la producción vinícola y muy cerca del pueblecillo de Panayia, en donde nació el artífice de la independencia chipriota, Monseñor Makarios.

A punto de llegar al Troddos, es posible detenerse en el pueblo vitícola de Omodos y en la estación invernal de Platres, en donde el poeta francés Arthur Rimbaud fue capataz de obras en 1881. El hotel más lujoso de la estación, el Forest Park, acogía a grandes personalidades del mundo de la política y la economía. Un camino montañoso nos lleva a la cascada Caledonia. Los montes del Troddos, a apenas dos horas de la costa cálida y soleada del sur de Chipre, disponen de estaciones de esquí en que la nieve abunda en los meses de invierno y hasta marzo.

Pero esta región es también conocida por sus 10 iglesias rurales que atesoran célebres frescos bizantinos y han sido declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. La distancia entre las iglesias es significativa y las rutas de montañas abruptas y, en ocasiones, vertiginosas. La mayor concentración (unas cuatro) se halla cerca del típico pueblo de montaña Kakopetría, atravesado por un torrente natural y construido entre dos farallones en un valle de tupida vegetación.

Kakopetría es el sitio ideal para visitar toda la región del Troddos. El hotel Mylos (The Mill), llamativa y original construcción de pizarra y madera, es probablemente uno de los mejores de la isla y ofrece desde la terraza de su restaurante un hermoso panorama del pueblo y zonas aledañas. Los productos que ofrece el hotel son todos de producción casera y la calidad de desayunos y comidas conocida de los gourmets. Muy cerca de Kakopetría, Ayios Nikolaos y las tres iglesias de la aldea vecina de Galata, atesoran frescos bizantinos de gran valor, antigüedad y en excelente estado de conservación.

Finalmente, Nicosia, capital de Chipre y la última ciudad del mundo dividida por un muro. Cortada en dos, Nicosia posee una ciudadela intramuros, rodeada de murallas venecianas y bastiones del siglo XVI. Incluso esta parte ha sido dividida y, en el centro, dos manzanas abandonadas y con visibles huellas de los bombardeos de 1974, se hallan bajo control de las Naciones Unidas.

Hoy día, la circulación entre el sur chipriota y el norte turco está permitida, y basta con llenar un formulario (visa) muy simple y mostrar el pasaporte para pasar de un lado al otro a través del puesto fronterizo al final de la calle Lidras (Ledra). De ambos lados, gran cantidad de mezquitas (de las cuales la más interesante, la Selimiye, se encuentra en la zona turca y fue construida sobre la catedral gótica Santa Sofía, erigida inicialmente por constructores franceses en puro estilo gótico de Isla de Francia. Muy cerca de ella, el serrallo de caravanas Buyuk Han (1572), es uno de los edicios más hermosos de la capital.

En Nicosia, el Museo Arqueológico posee una colección de antigüedades griegas y chipriotas que atesora las piezas claves de la historia antigua de la isla, entre las que se encuentra la célebre Afrodita de Soli, símbolo por excelencia de todo lo relacionado con el turismo en Chipre. Es en el barrio antiguo de Laiki Geitonia con sus numerosas tabernas, restaurantes y palacetes restaurados donde los turistas se concentran para cenar o disfrutar de algún espectáculo de cantos tradicionales.

El turista debe saber que visitar las tierras y otras ciudades de la parte ocupada (como la célebre Famugusta) es posible, a condición de no arriesgarse en penetrar en esa zona con su vehículo de alquiler. Aunque existe un punto fronterizo abierto a la circulación de coches, ninguna aseguradora internacional funciona en la parte ocupada y los daños posibles o robo del vehículo deberá asumirlos el conductor.

Entre Nicosia y Larnaca el Monasterio Stavrovouni (de la Santa Cruz) fue fundado por Elena, madre del emperador bizantino Constantino tras su regreso de Tierra Santa. Al parecer, Elena traía con ella fragmentos de la cruz en que Cristo fue crucificado y parte de esas reliquias sirvieron de pretexto para fundar monasterios en diferentes lugares en que hizo escala antes de regresar a Bizancio. Situado en lo alto de un promontorio escarpado, el monasterio, controlado por popes y en el que se prohíbe la entrada de mujeres, ofrece una de las vistas más hermosas del centro de la isla. No lejos de ahí en el pueblecillo de Pyrga, una capilla franca construida por la familia de los Lusignan en 1421 exhibe un fresco de época.

Chipre es tal vez uno de los sitios en que mejor puede apreciarse la rivalidad histórica entre Oriente y Occidente. Tal vez valga la pena evitar los meses de intenso verano (julio y agosto) en que el termómetro alcanza fácilmente los 104 grados F. Por otra parte, la hospitalidad de sus habitantes (sólo igualada en Europa por los cretenses), la seguridad en caminos y ciudades, el clima, su patrimonio cultural y gastronómico y la modernización de las infraestructuras del sur libre, son aspectos que sitúan al país entre los de mayor afluencia de turismo en el Mediterráneo.•