2 avr. 2009

Chez Gustave Moreau - Paris 9ème.

A apenas tres cuadras de casa, en la calle de La Rochefoucauld, está la Casa-Museo Gustave Moreau que heredara el pintor simbolista francés de su padre arquitecto. La casa (tres plantas) fue modificada después de que Gustave Moreau (1826-1898) fijara residencia en ella. El barrio, entre las estaciones Notre-Dame-de-Lorette y Trinité se llama La Nouvelles-Athènes. Es muy probable (si sigue haciendo buen tiempo) que lo visitemos juntos en próximos post. Quedarán sorprendidos incluso los que conocen muy bien París. Ahora miren la modesta residencia del pintor:

La maison et atelier de Gustave Moreau, dans le 9ème. arrondissement de Paris, rue de La Rochefoucauld.

La casa es angosta y un poco lúgubre. Tal vez como el fondo mismo de los lienzos de Moreau que, en ocasiones (no siempre), dan la impresión de emerger de una costra grasienta. Moreau era un tipo culto que había viajado mucho por Italia y tenía muchos amigos poetas. Su relación con los poetas era tan estrecha que los realzó en no pocos de sus cuadros. Su biblioteca, poseía abundantes ejemplares de poesía.

Muchos de esos escritores y poetas (románticos, parnasianos, simbolistas, …) le dedicaron versos. Entre ellos: Émile Zola, Félix Féneon, Théophile Gautier, Jean Lorrain, José-Maria de Heredia (el francocubano, no su primo de la Oda al Niágara), Bloy, Laforgue, Jules y Edmond de Goncourt, Octave Mirbeau, Robert de Montesquiou, Proust, Huysmans, etc. También lo hizo el cubano Julián del Casal (1863-1893) quien en su poemario Nieve (1891) incluye diez sonetos (bajo el nombre de "Mi museo ideal") inspirados en lienzos de Moreau. Existe un libro concebido por el poeta francés Bernard Noël, titulado Gustave Moreau par ses contemporains (Les Éditions de Paris Max Chaleil, 1998) en que ahonda en este tema y traduce al francés dos de los sonetos de Casal. Yo les dejo la imagen de Galatée (1880), obra de Moreau atesorada en el Museo d'Orsay, seguida del soneto de Casal inspirado en la misma :

Galatée, 1880, de Gustave Moreau. Musée d'Orsay, Paris.

Soneto de Julián del Casal Galatea:

En el seno radioso de su gruta,
alfombrada de anémonas marinas,
verdes algas y ramas coralinas,
Galatea, del sueño el bien disfruta.

Desde la orilla de dorada ruta
donde baten las ondas cristalinas,
salpicando de espumas diamantinas
el pico negro de la roca bruta,

Polifemo, extasiado ante el desnudo
cuerpo gentil de la dormida diosa,
olvida su fiereza, el vigor pierde,

y mientras permanece, absorto y mudo,
mirando aquella piel color de rosa,
incendia la lujuria su ojo verde.


Sabido es que Julián del Casal, a pesar de su connotada melancolía y sus ansias de lejanía, era buen bromista y tanto es así que murió de una hemorragia provocada por un acceso de risa. Su sueño era llegar a París y conocer a Moreau con quien había establecido relación espistolar. En 1888, Casal viaja a Madrid pero, según sus biógrafos, la precariedad económica no le permitió darse el tan anhelado salto a París y tuvo que zarpar en dirección de Cubita la bella sin atravesar los Pirineos.

Hace ya unos diez años, en conversación con Ramón Alejandro sobre personajes cubanos célebres de otros tiempos relacionados con París, surgió la idea de que escribiera una veintena de sonetos de pura jodedera sobre algunos de estos personajes. Uno de esos elegidos fue Julián del Casal y su relación platónica con la pintura de Moreau, en especial con Salomé, cuadro del pintor conservado en el Arman Hammer Museum of Art and Cultural Center (de Los Ángeles).

El soneto que escribí sobre este tema lo publiqué primero en el boletín 100 Años, n° 3, marzo del 2000, junto con otros dos dedicados a la Condesa de Merlin fajada con George Sand y José White entrando en una fiesta del Tercer Imperio en las Tullerías (recientemente musicalizado por Yolanda del Castillo y en algún sitio de este enmadejado blog). Luego, este mismo soneto de Casal lo incluí en la edición de mi poemario Edad de miedo al frío (2004). De cualquier modo aquí lo dejo:

El viaje pospuesto del poeta
Divertimento séptimo

a Julián del Casal admirador de Moreau

Casal prepara un viaje sin maleta
Moreau lo espera siempre comedido
pintando a Salomé mejor vestido
a fin de agasajar al gran poeta.

– "No dejes la pluma", – dice el esteta –,
"en esa Habana de donde has salido
y tráeme a algún amigo entendido
en esto de las artes y la veta."

Julián pospone el viaje por mareo
rechaza el homenaje de esta tierra:
–"el mar es ancho y luego ese ajetreo…

en Cuba hay caos, confusión y guerra,
tengo cita discreta con Maceo
que se ha hospedado en el Inglaterra."


En realidad, Moreau esteta era también un hombre poderosamente influido por la India, el Lejano Oriente y los mitos fundacionales del cristianismo. Las últimas décadas de su vida se caracterizaron por una práctica ferviente de la religión católica y esta obsesión influyó sobremanera la temática de sus obras:

Musée Gustave Moreau, Paris 9ème.

Pero mis cuadros preferidos no son aquellos de temas cristianos, o mitológicos sino una serie de lienzos cuya innegable modernidad se hace evidente en la manera abocetada de ofrecer definitivamente un determinado tema. De este tipo de obras pongo una de mis preferidas:

Venise, de Gustave Moreau. Musée Gustave Moreau, Paris 9ème.

Una Venecia alicaída, naciendo y muriendo de las aguas. Lánguida y "simbolísticamente" similar a la estética de un Moreau ensimismado y taciturno de por vida.

Unas 6 000 piezas atesora la Casa-Museo de Moreau. En su testamento el artista dejaba sus bienes al Estado francés haciendo especial hincapié en que todo se conservara como mismo él lo había dejado y en que ninguna pieza fuese desperdigada ni vendida. En vida del pintor los grandes espacios de su atelier eran ya así:

Le grand salon-atelier de la maison de Gustave Moreau, Paris 9ème.

Dans la maison de Gustave Moreau cet escalier en colimaçon nos mène du premier au deuxième étage.

Se podría hablar y mostrar mucho más sobre aspectos de la vida y obra de este hombre. Por ahora es suficiente. Tal vez cuando haga el recorrido de La Nouvelle-Athènes vuelva sobre algunos puntos de la corriente esteticista de fines del XIX que emanó de siete décadas de reinado del Romanticismo y el Neoclásico.