Ivelín y su hija Zoe Nouet, culpables de esta primera fiesta y de las ojeras del día después. A Zoe que arrastré de un año en cochecito por los puentes del Sena, que pare urgentemente de crecer pues ya nos tiene acomplejados
Hubo que tirarla diez veces. Al fin nos pusimos lo más serios que pudimos y en plan pose.