20 nov. 2007
El adulterio en Cuba
No hay mal que por bien no venga. Ayer, mientras París permanecía bloqueada por el asuntillo de la huelga de los del ramo ferroviario, me dediqué a recorrer las librerías de libros viejos que circundan al Panteón. En una de ellas: "La Mémoire du Droit" encontré este tesorillo que les cuelgo. Un libro de Diego Vicente Tejera (hijo), Fiscal de la Audiencia de Matanzas, publicado en 1928, en La Habana, que contiene en sus 350 páginas las actas leídas durante la apertura de los tribunales el día 1 de septiembre de 1926 en Matanzas. El tema abordado no puede ser más interesante: el adulterio en Cuba desde el punto de vista de la legalidad. El libro (y las actas) van encaminados a una legalidad moderna del asunto. Para ello, Tejera comienza valorando el peso que el adulterio ha tenido en muchas sociedades del mundo y ofrece datos asombrosos de la manera en que determinadas sociedades lo han, incluso, alentado y cómo en otras se considera delito castigado con pena de muerte. Luego se centra en su contemporaneidad y expone el tratamiento del tema, constitucionalmente hablando, en los países de América Latina y algunos de Europa. Al final se ofrecen las bases para un proyecto de ley sobre el tema en Cuba. Tal y como aparece en esas bases, puede leerse que:
- todo hombre que consienta el adulterio de su mujer para lucrarse con su comercio ilícito será reprimido con privación de libertad de 3 a 6 años (el chulo, en este caso).
- en el caso anterior los cónyugues pierden la patria potestad de sus hijos si los tuvieren.
- el que aliente o induzca a otra persona al adulterio será sancionado con privación de libertad de 3 a 6 años.
- ellos mismos también perderían la patria potestad sobre sus hijos
- el que confeccione cintas cinematográficas sin autorización de la censura o las exhiba o introduzca clandestinamente sin llevarlas al Comité de Censura será reprimido con 2 a 8 años de privación de libertad. (¡en 1926!, ¡de lo que uno se entera!)
- etc, etc.
Vamos, que si Tejera renace en la Cuba de hoy se volvería loco. Y no sabría por dónde empezar.
PD: Olvidé decir que mi suerte fue tal que el ejemplar que conseguí está dedicado con puño y letra de Tejera al señor Gilberto Mosquera. Y que además, la relieure (encuadernación es cubana. Me asombró el delicado conocimiento del librero francés, quien sabe distinguir las prácticas de la encuadernación cubana de antes por sobre los muchísimos tipos que han existido y existen en este arte.