Piacenza no se cuenta: se vive. Para refrescar nociones de geografía, se encuentra al norte de la Emilia Romagna (en la frontera de esta región con la Lombardía cuya frontera traza el río Po). No hay en la parte antigua de Piacenza un sólo edificio que no tenga un magnífico zaguán que desemboque en un patio precedido de labradas rejas. Los Farnesio cuyas estatuas ecuestres (las de Alessandro, tercer duque de Parma y Piacenza, y su hijo Ranuccio, esculpidas por Francesco Mocchi en la Piazza Cavalli entre 1612 y 1628) son las primeras esculturas barrocas de Occidente, se dieron el gusto gastando dinero en embellecer el feudo familiar. Vale la pena venir a Piacenza en verano y después de cenar (frente a la Columna de María, Piazza del Duomo, por ejemplo) asistir a los variados conciertos que se desarrollan en sus parques. Antenoche estuve en uno de jazz (last pic):
Esculturas ecuestre de Alejandro y Ranuccio Farnesio en Piacenza.
Zaguanes de Piacenza:
El maravilloso palacio Il Gottico, de los Farnesio en Piacenza.