A pesar de sus tesoros culturales y gastronómicos, Asti posee una pésima infraestructura hotelera (hoteles caros, mediocres y sin personalidad alguna). Por eso aconsejo buscar en los pueblos aledaños, todos sobre colinas repletas de viñedos, un agroturismo que no es más que el gîte rural francés, o sea, una casa de campo preparada por sus propietarios para recibir turismo. Fue lo que hice y el resultado fue la sublime finca I Suri, en el no menos sublime pueblecillo de San Marzanotto, desde el que se ve, de un lado la ciudad de Asti y del otro, à perte de vue, los campos y pueblos del Monferrato:
Nota: Los que padecen de calor durante la noche deben hacer acopio de zen porque el ventilador de la habitación echaba un aire que no era aire. Algo inexplicable, pero ese aire ni daba calor, ni daba fresco. Era eso: aire neutro. Lo nunca visto. Ignoro si los demás ventiladores de las demás habitaciones también tenían esa peculiaridad sin precedentes en los anales de mis numerosos viajes.
Las colinas de Monferrato desde San Marzonotto.
Esto es lo que se ve desde la piscina del Agroturismo I Suri, en San Marzanotto: las colinas y viñedos de Monferrato y el vecino pueblo de Mongardino.
Desde el ventanal de la "toilette" mi habitación.
San Martino en San Marzonotto, Monferrato.
San Marzanotto, Monferrato.
La parroquia de San Marzanotto, Monferrato.
La calle principal del pueblo de San Marzanotto.
La parroquial de San Marzanotto, Monferrato.