El teleférico de Barcelona data de la Expo Universal de 1924. Pende de cables y es una vieja canasta de metal con cupo para 19 personas. Lo mejor que tiene es que cuando uno llega a la sala de espera del lado Barceloneta siente correr la unica brisa que hay en toda la costa. A pesar de las muchas veces que he estado en Barcelona nunca me había encaramado en este viejo artefacto. Esta vez lo hice y me acompañaba Grace:
Grace et moi même.