Pernoctamos en Cuacos de Yuste, un pueblecillo del Valle de la Vera, al pie de la Sierra de Gredos (nevada en este tiempo) y a 5 kms. del Monasterio de Yuste. En Cuacos creció el Infante Juan de Austria (se piensa que por esa razón Carlos V eligió tan recóndito paraje para pasar los últimos años de su vida). El Hotel de la Abadía es una sucesión de casas típicas extremeñas y no sólo ofrece un cuadro auténtico y de buen gusto sino que la "tenanciere" es amabilísima.
El monasterio está en manos de monjes jerónimos y sólo permiten visitar los jardines, la sala de audiencia, la antecámara y los aposentos de Carlos V, la iglesia y, de refilón, mirar el primer claustro. Una pena que el claustro plateresco sea para disfrute exclusivo de los jerónimos. El cuarto (lúgubre y austero) del Emperador conserva sus muebles y una cama desde la cual, aquejado por la dolorosa gota, Carlos V veía el altar de la Iglesia. Evidentemente, el sitio que rodea al manostario, la vegetación, los eucaliptos, el estanque, la vista de los parajes rocosos camino de Garganta de la Olla, son inolvidables. Toda la región de La Vera también. Aquí dejo algunas fotos de Yuste y una divertida sugerencia en el azulejo de su entrada principal.
Vista de la Sierra de Gredos desde Cuacos de Yuste.
Vistas del Monasterio de Yuste