Prácticamente borrada. Nació en Santa Clara, en 1909 y murió en Miami, en el 2000. Se llamaba Lucía Alvarez Castellón y su hijo me cuenta que se sentía orgullosa de ser pilonga, un término que desconocía y que vendrá como anillo al dedo al amigo santaclareño en París Carlos Casanova, que investiga la historia y sociedad de Santa Clara. "Pilongos" eran, me cuenta, los que pudieron ser bautizados, al aire libre, en la megapila bautismal que había frente a la Catedral, demolida en los años 1920.
Lucía Alvarez no aparece mencionada en sitio alguno, excepto en un artículo de quien fuera una de mis profesoras en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, la Dra. María de los Angeles Pereira, en su ensayo Escultura monumentaria y ambiental cubana, de la revista Arte cubano, n. 1, 1997 (con posibilidad de leerlo en internet, en la web oficial "galeriacubarte.cult").
La Dra. Pereira corrobora lo que me dice su hijo: Lucía fue abstracta, absolutamente abstracta, mucho antes que Rita Longa, quien terminó estableciéndose con tantos olvidos, voluntarios e involuntarios, como icono en este ámbito.
En todo caso, Lucía Alvarez no hizo nunca arte para vivir de él. Fue alumna de Juan J. Sicre en la Academia de San Alejandro. Llegó al exilio, a Miami, en octubre de 1960.
Otras informaciones sobre su vida y obra me ha extendido su hijo, el arquitecto Hervin Romney. Las imágenes fueron tomadas en su colección personal. Todo lo que he visto de la artista es excelente, como todo lo que conozco de la obra del hijo, fundador de Arquitectónica, también lo es. Ya sospechaba yo que de "casta le venía al galgo".
La escultora Lucía Alvarez Castellón (Santa Clara, 1909 - Miami, 2000)