En la simbólica fecha del 20 de mayo, en el Colegio de Belén de Miami (continuidad en exilio de la centenaria institución educativa de los jesuitas en La Habana), se inaugura el "Muro de los Mártires", un esfuerzo para rescatar del olvido a aquellos alumnos de Belén fallecidos como héroes en diferentes momentos de la historia. Entre los asesinados, dos de los tristemente célebres estudiantes de Medicina, fusilados por las autoridades coloniales españolas en Cuba eran belenistas. También lo fueron, y en este muro quedan, los que se dejaron inocular el virus de la fiebre amarilla (y murieron en consecuencia) para que el Dr. Carlos J. Finlay probara su teoría del mosquito trasmisor que diezmaba poblaciones en el XIX. Otros, belenistas asesinados por las hordas batistianas o, luego, fusilados por las castristas.
Los 16 del muro son (entre paréntesis su año de graduación en los colegios jesuitas de Belén, en La Habana, o Dolores, de Santiago de Cuba):
Carlos de la Torre (1870), Eladio González (1870), Jorge Fundora (1945), José Luis Carballo (1948), Rogelio González Corzo (1951), Antonio Díaz Pou (1954), Jorge Jones (1954), Javier Calvo Formoso (1955), Pedro Hoyos DuBouchet (1955), José Ignacio Martí (1956), Miguel Díaz Infante (1956), Ramón Cubeñas Conde (1958), Eugenio Batista Gastón (1960), Roberto Anta Hernández (1961) y Juan Felipe de la Cruz (1962).
Desafortunadamente, el muro irá nutriéndose de nuevas víctimas de la violencia política durante diferentes periodos históricos, a medida en que nuevos testimonios e informaciones se sumen a los ya documentados.
Coincidiendo con esta conmemoración, el lanzamiento durante este mismo acto del libro de testimonios Mártir de Guajaibón (Ed. Universal, Miami, 2009), editado por el escritor y amigo José M. González-Llorente, en un esfuerzo por salvaguardar la memoria del joven belenista Julián Martínez Inclán ahorcado por la soldadesca batistiana, el 28 de diciembre de 1958, al pie del Pan de Guajaibón (Pinar del Río), junto a sus compañeros Ramón Pérez Lima, (22 años, del Colegio Baldor), Javier Calvo Formoso (21 años, belenista), José Ignacio Martí de Santa Cruz (19 años, del Colegio Dolores de Santiago de Cuba) y Manuel Zabalo Rodríguez (capitán del II Frente Escambray, del que se tiene poca información).
Aquellos que luchaban contra el gobierno anticonstitucional de Batista estaban lejos de imaginar lo inútil y vano de esa lucha. Como también ignoraban la inutilidad de su gesto heroico los que de alguna manera trataron de acabar con la dictadura que sigue aún en pie. Muchos de ellos asesinados muy jóvenes (con el gatillo también listo - si sacamos bien la cuenta - para matar). Violencia política que genera muerte. Ideales políticos por los que se inmolan algunos puros, otros crédulos y no pocos en la carrerita por el poder que, al parecer, se hace necesaria cuando de joven se desea liberar adrenalina. Todo inútil, confuso, lamentable. Pasiones o cálculos. La muerte siempre como acto trágico. Los homenajes, años después, sentidos, honestos. Las vidas irrecuperables. Las madres, hermanos y amigos con esos fantasmas a cuestas. La historia con su rueda implacable y trituradora con aquellos que se dejan cantar al oído canticos de sirena. Canticos que casi siempre cantan (aunque desentonen) los que casi nunca se ponen en la primera fila, los directozuelos de comparsitas, los que siempre encuentran a un bobo paseándose por la acera del sol.
Y en medio de todo esto, el trabajo honesto, profiláctico y serio para la historia de Cuba del escritor José M. González-Llorente. Dato puro, memoria histórica y humanismo ilustrado del que ya escasea. Sea quien sea el verdugo, sea quien sea la víctima.
Aquí les dejo imágenes del acto y de algunos de esos héroes belenistas, y otras de la excelente banda musical de los alumnos del Colegio, dirigidos por la Maestra Urbay:
Portada de "Mártir de Guajaibón", edición de José M. González-Llorente, Ed. Universal, Miami, 2009, un homenaje póstumo a Julián Martínez Inclán, con la colaboración de sus compañeros del curso 1957 del Colegio de Belén en La Habana.
El joven belenista Julián Martínez Inclán, asesinado junto a cuatro compañeros, al pie del Pan de Guajaibón, Pinar del Río, el 28 de diciembre de 1958.
Miguel Díaz Infante, del colegio jesuita de Dolores, Santiago de Cuba, fusilado por el régimen castrista en 1963.
Jorge Luis Carballo, de la graduación de Belén en 1947, fusilado por el régimen castrista en La Cabaña en 1960.
Juan Felipe de la Cruz, graduación de Belén de 1962, murió en París, en 1973 cuando le explotó una bomba que pensaba poner en la Embajada de Cuba en París durante una visita a la misma de Ramiro Valdés.
La Banda del Colegio de Belén, dirigida por la maestra Marlene Urbay.