30 mars 2010

Cuando salí de La Habana...

Cuando salí de La Habana, hace casi dos décadas, ni me despedí del perrito chino para que no me sapearan este maravilloso viaje por el mundo que hago desde entonces. Ninguno de estos lugares que cuelgo aquí existía o, si existía, estaba en tal mal estado que ahora no los reconozco. Pedí a alguien en Cuba que me hiciera fotos de La Habana Vieja y entre las miles que me ha enviado escojo éstas de sitios que no conocía. Como en este blog intento que no haya una sola imagen desagradable que le eche a perder el día a cualquiera, no pondré ninguna foto de derrumbes y otras típicas deprimencias habaneras, pues sabido es que allá reparan por un lado y dejan caer por el otro. Toda esa desidia engendrada por semejante disparate sociopolítico la conocemos los que la conocemos demasiado bien como para venirnos dándole a la manigueta de la misma aburridísima cantaleta. Dicho esto, ahí va lo agradable que he descubierto:

Hotel La Florida, calle Obispo.

La Casa de Victor Hugo, en la calle O'Reilly..

Una calle del antiguo barrio chino de Zanja.

El hotel Armadores de Santander.

El techo del hotel Armadores de Santander.

El convento de Belén estuvo durante décadas en el suelo.

Café del Oriente.

Cámara de Representantes

El bar Dos Hermanos, en el Puerto, era un sitio tuguriento en mi época de adolescente.

Hotel Marqués de Prado Ameno, calle O'Reilly.

Hotel Raquel

La claraboya art-nouveau del Hotel Raquel.


Ignoro qué Iglesia es ésta. [Finalmente me escribe desde Miami Eloy A. Pérez Montejo para decirme que esta es la Iglesia de San Francisco, sita en la calle Cuba entre Amargura y Aguiar]. Y recuerda que tiene como particularidad una fachada un poco estilo macizo mexicano, cosa rara en la arquitectura cubana.

Panadería San José.

La Taberna de La Muralla.

La Farmacia Sarrá que creo está en Teniente Rey.

Al parecer se le encasquetó este frontón al espantoso Ministerio de no sé qué de los 50 para recordar que hubo aquí la antigua y primada Universidad de San Jerónimo de La Habana. En mi época habían unas campanas en la esquina y aquello parecía una horca.