16 juin 2012

Viaje a Sevilla por dentro

© Fotos William Navarrete


Cada día un nuevo rincón, un monumento celebrado o célebre, una visión como un relámpago que a veces no se puede o no debe apresarse por un lente, sino por la memoria. No sé si la vida alcanza para ver todo lo que deberíamos ver. Vivimos sin fronteras, llegamos con una rapidez, impensable antes, a donde queremos. La única frontera que no podremos vencer nunca es el tiempo. Por eso digo siempre: pobres de aquellos que pudiendo ver con sus propios ojos la maravilla del mundo no encuentran fuerza o tal vez suficiente interés para emprender los infinitos caminos que nos conducen por los siempre floridos jardines del puro éxtasis.


La Giralda desde el piso superior del hotel EME

La Iglesia del Carmen

Las murallas de Sevilla

Siempre cundida de fieles la Iglesia de la Macarena

Para los que me preguntaron si no fui a ver a la Macarena ahí la tienen

La Alameda de Hércules

La Iglesia y Plaza del Gran Poder

Las fachadas de las casas del centro se convierten en altares gigantes para recibir la importante procesión del Corpus Christi

Jardines de Murillo

La famosa Puerta de la Carne

Casa Pinelo

El fabuloso patio renacentista (siglo XVI, primer tercio) de la Casa Pinelo

En Sevilla siempre algo nos sorprende al doblar una esquina

El Alfonso XIII es el hotel más lujoso de Sevilla. La decoración que ha literalmente sufrido en épocas recientes es del peor gusto imaginable. No hay un mueble contemporáneo que valga un marevedí. Averiguando me entero que el hotel pertenece al grupo de Starbucks Coffee. Sobran los comentarios, abundan las razones del mal gusto.

La plaza semicircular del Cabildo (bastante subutilizada, por cierto) es un lugar apacible en el barrio del Arenal para ponerse a la sombra y bajo el frescor cuando el horno estival se dispara

El Palacio Arzobispal atesora en su archivo los libros de matrimonios de todas las iglesias de Sevilla

La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, imponente edificio del siglo XVIII, es la sede de la actual Universidad. Los espectros de las cigarreras de otros tiempos, como la célebre de Bizet, merodean por pasillos interminables.  

Me imagino que habrá mejores modos de recorrer el Guadalquivir, pero como dice el dicho: del lobo un pelo.

A las bodas de la Capilla del Sagrario de la Catedral de Sevilla se asiste ellas van de mantilla y peineta

La ultrabarroca iglesia de San José, en la calle Jovellanos, en el corazón del casco antiguo de Sevilla, comenzada en 1699, es una oda al horror vacui o kenofobia. 

El Cronómetro, uno de los últimos comercios de antaño que ha sobrevivido en la calle Sierpes

La Campana, al principio (o al final) de la calle Sierpes, fundada en 1885, sigue produciendo el mejor tocino del cielo de Sevilla