La procesión del Corpus Christi
se celebra 60 días después del Domingo de Pascua. Este año cayó el 8 de junio.
Desfilan las hermandades, capítulos y gremios. La más espectacular es la de
Toledo, pero esto no desmerita la de Sevilla que también posee sus particulares,
como es el caso de Los Seises, esas cinco parejas de niños que cantan y bailan
vestidos de rojo y blanco, de los que se tiene constancia desde el siglo XV.
Los restantes pasos que atraviesan las calles del centro de la ciudad son el de
las santas Justa y Rufina, el de San Isidoro, el de San Leandro (todos tallados
por Duque Cornejo en el siglo XVIII) y el de San Fernando, tallado por Pedro
Roldán en el XVII. La Inmaculada Concepción, de Alonso Martínez (siglo XVII) y
el del Niño Jesús, obra del siglo XVII de Martínez Montañés son también otros
de sus pasos. No es tan espectacular como las de Semana Santa, pero no carece de interés dado su magnitud, las obras de arte que exhibe, los participantes y el rigor en el orden. Pude verla completa gracias a unos amigos sevillanos que tienen balcón sobre la calle principal de Sevilla, la Sierpes.
El paso de San Isidoro, de Duque Cornejo, siglo XVIII
La custodia de plata maciza de la Catedral de Sevilla labrada por Juan de Arce en 1578
El paso del Niño Jesús, obra del siglo XVII de Martínez Montañés
Los seises de Sevilla
Desde un balcón en la calle Sierpes