"La Habana, Historia y Arquitectura de una Ciudad Romántica", libro de María Luisa Lobo, con prologo de Hugh Thomas y la estrecha colaboración de Zoila Lapique y de Aida García Santana.
Pesa media tonelada y por eso se había quedado siempre en Miami. Ahora un amigo me lo trae de regalo desde el otro lado del Atlántico. Recuerdo haberlo hojeado antes con un poco de desgano porque conocía más o menos los sitios que aparecen en las fotos. Ahora, con más calma y seguro de que no hay remedio, paso las páginas y descubro muchas anécdotas curiosas y no pocas imágenes novedosas. Es el libro La Habana, Historia y Arquitectura de una Ciudad Romántica (me imagino que todas esas mayúsculas en el subtítulo debe ser cosa del inglés), de María Luisa Lobo Montalvo (fallecida a los 63 años en Miami, 1998), la hija del hombre más rico de Cuba y uno de los más poderosos, en su momento, de toda América Latina: el magnate Julio Lobo Olavarría. La reedición que me traen subsana algunos de los errores que dicen salieron en la primera publicación.
Lo curioso es que María Luisa no paró de viajar a Cuba durante las décadas de los 80 y 90. De hecho, el libro es el fruto de todos esos viajes que dio a la Isla. Me parece muy bien que haya hecho lo que estimó conveniente, de lo contrario –sacando fríamente la cuenta– no hubiera realizado el sueño de su libro y hoy nadie se acordaría de ella más que por haber sido "la hija de...". Eso sí, ellos no perdieron un apartamentico en el Cerro ni un timbiriche de tamales en la Avenida del Puerto. Lo que ellos perdieron tras la cogioca post-1959 fue esto:
- 16 centrales azucareros, de los cuales 6 eran exclusivamente de ellos y de otros 8 eran el propietario principal. (Julio Lobo fue el principal abastecedor de azúcar del mercado internacional). Con lo cual él y sus dos hijas eran los mayores colonos (a título individual) de la Isla. Entre los centrales de su propiedad exclusiva estaban el Escambray, el Tinguaro, el Perseverancia, el Araújo, El Pilar y el Niquero. También era el dueño principal del Hershey, el Rosario, La Francia, San Antonio, Rosario, Tánamo, etc.
- 20 almacenes de azúcar (la National Bonded Warehouses Company)
- 1 compañía aérea (Corporación Aeronáutica Antillana SA)
- 1 agencia de radiocomunicaciones (Corporación Inalámbrica Cubana SA)
- 3 refinerías
- 1 banco (Banco Financiero) con oficinas en O'Reilly y San Ignacio
- 1 petrolera (la del Mariel)
- 1 naviera (Naviera Cubana del Atlántico SA) con 4 subsidiarias
- 1 compañía de seguros (La Unión Azucarera)
- a este nivel no vale la pena mencionar las múltiples propiedades domésticas, aunque sí el hecho de que Julio Lobo poseía la colección de objetos y libros relacionados con Napoleón Bonaparte (dicen) más grande de las Américas. Dicha colección se haya hoy día (sabrá Deus en qué estado) en la antigua residencia de Orestes Ferrara ("La Dolce Dimora"), en el llamado Museo Napoleónico, a un costado de la Universidad de La Habana.
Su hija Helena estaba casada con Mario Montoro Saladrigas, hijo del segundo colono más rico de Cuba. Su cuñada, Estela García-Menocal Otero (viuda de su hermano Jacobo tras suidarse éste en su casa del Vedado en 1950) era sobrina del pintor Armando Menocal. María Luisa estaba casada con el norteamericano John J. Ryan III, presidente de la Hershey Company y descendiente de una familia de grandes industriales y banqueros neoyorkinos en relación con el comercio y el azúcar cubanos desde 1900.
Julio Lobo Olavarría, nacido en 1898.
Julio Lobo con Doris Reynolds, Cuba, 1958.