Hacía tiempo no venía a Amsterdam. La última vez fue con mi madre hace más de diez años. En esa ocasión visitamos Harlem, La Haya, Volendam, Edam, Utrech y la capital de los Países Bajos. Esta vez me he concentrado exclusivamente en la capital pues con el frío que hace (al parecer en toda Europa) no vale la pena ir muy lejos. De todas formas en casi todas las ciudades hay siempre decenas de rincones por descubrir y nuevas experiencias por vivir. Repetir una visita al Museo Van Gogh no podía faltar. Uno se dice: "ya lo vi antes", pero se olvida que por ser la mayor colección de lienzos en el mundo de este genial artista el Museo no exhibe de forma permanente los 200 cuadros que posee, sino que los va turnando de 60 en 60, según la época del año. De modo que si alguien vino hace unos meses no verá los mismos cuadros que exhiben hoy. Lo que sí no cambia es la colección (en el último piso) de obras de otros maestros contemporáneos, que por pito o por flauta, tuvieron relación con Van Gogh o influenciaron su obra. Entre ellos: Emile Bernard, Maurice Denis, Puvis de Chavannes, Gauguin, Monet, Pissaro, Signac, Toulouse-Lautrec, Seurat, etc. A la salida del Museo, si alguien se interesa en los diamantes puede visitar el Museo del Diamante casi en frente. Del grupo con que viajo sólo a dos no nos interesó visitarlo, de modo que fuimos por nuestra cuenta en un zueco típico de madera a dar un "tour" por el barrio de los canales del sur.