El poeta holguinero residente en Miami y director de la revista literaria La Zorra y el Cuervo George Riverón expondrá sus fotografías, el próximo 6 de septiembre, en Photo Art Academy. Aquí les dejo la invitación.
Más información en: La Zorra y el Cuervo
Otro holguinero, Manuel González Beceña me hace llegar los boletines de historia y cultura de Holguín Foro Holguinero que desde hace algunos años publica en Miami. En sus páginas, numerosos artículos y fotografías de la historia colonial y republicana de la ciudad de Holguín, personalidades, curiosidades, genealogía, etc. Todos los boletines se pueden descargar en Foro Holguinero
31 août 2008
29 août 2008
Au revoir Cannes, non Adieu
En francés "adieu" se utiliza cuando no volveremos a ver a alguien o cuando no regresaremos nunca a determinado lugar. De modo que, aquí se impone un "Au revoir Cannes". También se impone un enorme "merci" a todos y todas lo(a)s que se ocuparon de nosotros día a día, tanto en La Guérite como en el Ponton y en cada uno de nuestros súbete y bájate de los barcos. Ahora, pensando en tanto mar y sol desde el desesperante cielo gris de París tengo la impresión de que todos formábamos parte de una gran familia en donde sólo cupo cariño y amistad. Los que allá quedaron siguen ahora fajándose con el mar. Nosotros, con los recuerdos.
26 août 2008
Que no termine el verano / Cannes
Las actividades acuáticas interrumpen las horas de lectura y reflexión en la playa. A los que quieran salir con las vértebras en los tobillos y los tobillos en la quijada les recomiendo las recámaras supersónicas. Unas recámaras (estilo balseros cubanos) atadas a un yate rápido. La gracia es agarrarse lo más fuerte posible de las asas de la recámara mientras el piloto del yate hace todas las maniobras posibles para que caigamos al agua. A mí no pudo tumbarme. En cambio, quedé molido por dos días, pero ya estoy recuperado
La arquitectura elegante y ecléctica de Cannes:
La arquitectura elegante y ecléctica de Cannes:
24 août 2008
Los Nuevos Rusos / Cannes
Se les ve en la terraza del selecto Havana Room, tal vez nostálgicos de aquella época dorada (la actual no lo es menos para algunos) en que iban a La Habana a descubrir el "capitalismo", a pesar de que hacáa ya varios lustros de que este maravilloso sistema habia desaparecido de Cuba. Pues a ellos no les dio tiempo a tener carros americanos, ascensores Otis, tencenes, cuchillas de afeitar Gillette, mansiones con piscinas y jardines a la francesa, perfumerías de lujo y tiendas por departamentos, ni nada. Ahora, han renovado con la tradición de la aristocracia blanca del XIX y principios del XX cuando ésta venía a veranear a la grata Côte d'Azur francesa. Ya no son los mismos, por supuesto. No les llegan ni siquiera a la chancleta. Estos de ahora tienen caras de mujiks o de matones a la paga de algún jefe cosaco de una estepa lejana. Abunda, además, una legión de esbeltas muchachitas a la caza de millonarios de donde sean. Son desagradables, hablan una lengua que no me va, cuando se emborrachan son peores que los irlandeses y para colmo, restriegan en la cara de todo el mundo los billetes con que creen que pueden comprar el mundo. Son los Nuevos Rusos, gente que pasará mucho trabajo para integrarse a la clientela de esta Europa que veranea en la Riviera y que ha seguido, ininterrumpidamente, desde hace siglos, una tradición de elegancia y de buen gusto. Uno de los indicadores más elocuentes de lo novísimo del dinero que derrochan es que fuera del ruso son incapaces de decir ni "sí" en cualquier otra lengua.
El Alcalde de Cannes, para congraciarse (como todos los políticos de izquierda o de derecha, que para el caso son de la misma ralea) ha permitido que traigan sus polskas, rustoshupolskas y barratanishkayes (los dos últimos invenciones mías) para atormentarnos durante los días que quedan de agosto con un programa que ocupa impunemente la gran sala del Palacio del Festival. Para colmo y recontracolmo de disgusto, nuestra banda de amigos fue invitada ayer al teatro a ver El Conjunto de Cantos y Bailes de Marinos del Mar Báltico con el que, en "partenariat" con la villa rusa de Kaliningrado, la soleada alcaldía de Cannes, inaugura el Festival ruso de este verano.
No nos quedó más remedio que asistir porque quien invitaba ignoraba cuán poco afines éramos todos con este tipo de espectáculo. Yo me levanté como diez veces para ir al baño y hasta me dio tiempo en una de esas fugas a comprar helado en frente. De las dos horas que duraba el tema pude ausentarme por lo menos una. Al final (aplaudimos por piedad con los artistas / ellos no tienen la culpa de nuestros buches amargos del pasado) salimos más convencidos de lo que ya estábamos de lo ajena que es esa cultura a la nuestra sabrosa y sensual. Cultura rusa que, si no nos la hubieran querido imponer, como lo hicieron, la apreciaría ahora con la misma curiosidad con que asisto a un espectáculo de silbo en la isla canaria de La Gomera. O sea, sin resquemor.
El Alcalde de Cannes debe estar sobándose la derecha. Los nuevos rusos a lo mejor le ofrecen una de esas dashas de lujo reservadas a aquellos del Poliburo (si no estalla antes la guerra en Crimea). Cuanto a mí, espero que a nadie más se le ocurra invitarme a ninguna de las restantes manifestaciones del programa.
Nota: Ahí les dejo la terraza del Havana Room, en La Croisette, y el programa del Festival Ruso inaugurado ayer. Esta noche en la competencia de fuegos artificiales les toca a ellos mostrar sus habilidades. Espero no nos saquen un oso Misha en llamas.
22 août 2008
Calentamiento olímpico
Nosotros andamos también de calentamiento, pero para los Juegos Postolímpicos. Quiere esto decir, que ya estamos de lo más diestros en esto de montarnos en botes, yates, y también pateras. Con ello estamos garantizando nuestra sobrevivencia, pues dentro de algún tiempo nosotros, los que vivimos en Europa, seremos los que haremos el viaje en pateras hacia aún-no-sabemos-dónde, como sigan llegando en el sentido Sur-Norte la gran cantidad que llegan. Por ahora, en la Riviera Francesa estamos a salvo. Eso sí: ignoramos hasta cuándo. Saludos para todos desde la foto siguiente.
19 août 2008
Juan-les-Pins / Cap d'Antibes
Seguimos recorriendo la costa en yate. Esto tiene la ventaja extraordinaria de no tener que aguantarle paquetes a nadie y, sobre todo, olvidarse del estrés que significa buscar parqueo en pleno mes de agosto en la Riviera.
Aquí, la costa del Golfo Juan. El pueblecito de Juan-les-Pins es célebre en el mundo entero por su Festival de Jazz. En 1960, tras la muerte de Sidney Bechet (en 1959), uno de los habitués de Juan-les-Pins, el Festival quedó oficializado. Por aquí pasaron la Fitzgerald, Al Jarreau, Domino, Hampton, Errol Garner, Count Basie, Armstrong... En fin, también pasaron y pasan todos los grandes del Jazz. Juan-les-Pins se urbanizó a fines del XIX cuando al Duque de Albany (hijo de la Reina Victoria) se le antojó empezar a explotar este sitio paradisíaco a pocos kilómetros de Cannes y Antibes.
Al sur de Juan-les-Pins, el famoso Cap d'Antibes, con sus mansiones de millonarios escondidas entre pinares y mimosas. Ahí les dejo la vista del Hôtel du Cap y del Eden Roc, dos de los hoteles más prestigiosos de todo el Mediterráneo (léase: más caros también). Entre sus habitués de otros tiempos (y de nuestros días) la Dietrich, Mary Pickford, G. Swanson, Anatole France, R. De Niro, Madonna, Alain Delon, Guy de Maupassant, D. Fairbanks, Claudia Cardinale (tremendo sopón de muertos y vivos que he hecho. Da igual, todo el mundo los conoce). Un dato curioso: el Eden Roc (se llamaba entonces Eilenroc por la rocas en donde está ahora el Hôtel du Cap) fue construido en 1867 por Charles Garnier. Sí, el mismo que construyó la Ópera de París. En esta lengüeta de tierra extraordinaria Jules Verne se entretuvo un invierno escribiendo Veinte mil leguas de viaje submarino
Nota de orden práctico: A quienes les guste el jet sky aconsejo el Golfo Juan, pues en la bahía de Cannes hay más oleaje y demasiado tráfico de yates entre las islas.
18 août 2008
Sobre "La canopea del Louvre" / Herald / ayer
Sarah Moreno escribe en El Nuevo Herald (Artes y Letras), de ayer domingo, sobre nuestro libro La canopea del Louvre. En él seis relatos de ficción de Regina Ávila y seis míos, reconstruyen el imaginario de doce obras del Louvre escogidas según el gusto estético y preferencias de cada cual. Aquí les dejo lo que Sarah Moreno escribió. De parte ambos: gracias.
La canopea del Louvre: el arte reiventado
SARAH MORENO
Artes y Letras / El Nuevo Herald
Publicado el domingo, 17 de agosto del 2008
De noche, el Museo del Louvre es otro mundo. En el invierno del 2006, se inauguraron ''los nocturnos'', horario extendido que permite visitar el museo parisién hasta las 10:30 p.m. Armados con gemelos para distinguir los detalles de los cuadros, y más tranquilos sin el tumulto de turistas que invade las salas durante el día, William Navarrete y Regina Ávila, criaturas urbanas y profundos conocedores de París, acamparon en las intersecciones y pasillos donde se encuentran algunos de sus lienzos favoritos.
De espaldas a la sobrevalorada Mona Lisa, de Da Vinci, y de frente a otras obras menos conocidas, como Las bodas de Caná, de el Veronés, entablaron un diálogo con la pintura, para construir una historia en la que las palabras enriquecen la imagen.
De esas caminatas y paradas nace el libro La canopea del Louvre, publicado, en francés y español, a principios de este año por la editorial Aduana Vieja. Navarrete - historiador del arte, escritor y convencido posmodernista que pone en duda cualquier versión definitiva de la historia y de la imagen - y Avila - diplomada en Lenguas Modernas de la Universidad de Georgetown, hostelera, propietaria de restaurantes, y socia de una firma de decoración en Arabia Saudita, o ''perfecta cronopia'', como prefiere llamarse - son los autores ideales para un libro que combina arte, literatura e invención sin encerrarlos en un género definitivo.
Príncipes, mendigos, hilanderas, truhanes, guerreros, prestamistas, condottieri(mercenarios de las ciudades-estados italianas durante el Renacimiento), gitanas que dicen la buenaventura en medio del mercado y hasta un balsero cubano que planea ''salvarse'' de la ira de las corrientes subiéndose a La balsa de La Medusa, de Géricault, se mezclan en los 12 relatos-ensayos que nacen de cada uno de los seis cuadros escogidos por Navarrete y Ávila entre los miles que constituyen la ''canopea'' del Louvre, el Museo con mayúscula.
En las palabras introductorias al libro, "Invitación al vuelo", los autores explican el título comparando la canopea natural, entramado que forman las ramas de los árboles en las alturas de los bosques, con el cielo protector que ofrece el Museo a quienes se aventuran a recorrer sus laberintos y descubrir sus misterios.
Inspirada por el bello rostro del anónimo retratado, a quien llama ''el amante'', Ávila escogió El Condotiero, de Antonello da Messina. El interés de la autora por la reercanación se manifiesta en el relato Amado Quirón, que le inspira este cuadro. El condotiero y el centauro preceptor de Aquiles resultan ser la misma persona atravesando diferentes existencias. Algo parecido ocurre en La otra vida de Ascanio Sforza Rossi, donde Ávila concibe al joven de rasgos aristocráticos y a la gitana que lee el futuro en La buenaventura, de Caravaggio, como el mismo ser que recorre avatares a veces arropado como hombre y otras como mujer.
A partir de Guerrero oriental con arco, de Pier Francesco Mola, Avila escribe El príncipe árabe, una defensa del elegante extranjero retratado, que durante siglos había sido tildado de ''pirata'' por los xenófobos que habían escrito su historia. Escena de carnaval o El minué, de Tiepolo, le sirve de pie forzado para una reflexión sobre ''la agonía de la existencia'', en el ensayo del mismo nombre. En La encajera, de Vermeer, una plácida escena cotidiana desemboca en una defensa de los ancianos y su abandono en nuestra época.
El ensayo sobre Las bodas de Caná, de el Veronés, contiene dos ideas que podrían resumir el espíritu que recorre el libro: los cuadros, como Las mil y una noches, encierran las historias conocidas y por conocer. La otra idea, en palabras del Veronés, es la respuesta que el pintor ofreció ante el Tribunal de la Inquisición, donde se le reclamaba por las licencias que se tomó en La cena de Leví: ``Nosotros los pintores, como los poetas y locos, preferimos algunas
libertades''.
Navarrete, por su parte, también se subscribe a esas libertades, y en La sombra de Tarpeya, su versión de Las sabinas interponiéndose entre romanos y sabinos (Jacques-Louis David), elige como narradora a Hersilia, hija del rey sabino y esposa de Rómulo. En un giro que el mismo escritor califica de ''maquiavélico'', Hersilia comienza haciendo un llamado a la paz y "termina dispuesta a acabar con el mundo si alguien le roba al marido''.
En La muerte de Sardanápalo, de Delacroix, Navarrete descubre algo en sus lecturas de fondo de la historia de Mesopotamia: el protagonista del cuadro, el rey sibarita, no es Sardanápalo sino su hermano, Samas-Sum-Ukin, el ''vencido''. En El joven desposado, Navarrete se apoya en sus conocimientos de la historia del arte para desmentir a quienes especulan que el adolescente con estatuilla retratado por Bronzino es un escultor. Un artista nunca sostendría una de sus obras con tan poca firmeza; él es simplemente un noble florentino a quien el destino ha condenado a desposar a quien no ama. En El avaro de Amberes, inspirado por El prestamista y su mujer, de Quentin Metsys, también desafía la versión tradicional: la esposa aburrida ante el marido que cuenta sus monedas resulta ser una mujer religiosa que defiende sus creencias judaicas frente a la ''conveniente'' conversión al catolicismo que la somete la autoridad marital.
Para aquellos que consideran las pinacotecas como fríos salones donde se guarda el arte más extraordinario y también más distante e inalcanzable, La canopea del Louvre prueba que hay tantos cuadros como espectadores. Confinar la historia a los límites del lienzo es faltar a la libertad que prefería el Veronés.
La canopea del Louvre: el arte reiventado
SARAH MORENO
Artes y Letras / El Nuevo Herald
Publicado el domingo, 17 de agosto del 2008
De noche, el Museo del Louvre es otro mundo. En el invierno del 2006, se inauguraron ''los nocturnos'', horario extendido que permite visitar el museo parisién hasta las 10:30 p.m. Armados con gemelos para distinguir los detalles de los cuadros, y más tranquilos sin el tumulto de turistas que invade las salas durante el día, William Navarrete y Regina Ávila, criaturas urbanas y profundos conocedores de París, acamparon en las intersecciones y pasillos donde se encuentran algunos de sus lienzos favoritos.
De espaldas a la sobrevalorada Mona Lisa, de Da Vinci, y de frente a otras obras menos conocidas, como Las bodas de Caná, de el Veronés, entablaron un diálogo con la pintura, para construir una historia en la que las palabras enriquecen la imagen.
De esas caminatas y paradas nace el libro La canopea del Louvre, publicado, en francés y español, a principios de este año por la editorial Aduana Vieja. Navarrete - historiador del arte, escritor y convencido posmodernista que pone en duda cualquier versión definitiva de la historia y de la imagen - y Avila - diplomada en Lenguas Modernas de la Universidad de Georgetown, hostelera, propietaria de restaurantes, y socia de una firma de decoración en Arabia Saudita, o ''perfecta cronopia'', como prefiere llamarse - son los autores ideales para un libro que combina arte, literatura e invención sin encerrarlos en un género definitivo.
Príncipes, mendigos, hilanderas, truhanes, guerreros, prestamistas, condottieri(mercenarios de las ciudades-estados italianas durante el Renacimiento), gitanas que dicen la buenaventura en medio del mercado y hasta un balsero cubano que planea ''salvarse'' de la ira de las corrientes subiéndose a La balsa de La Medusa, de Géricault, se mezclan en los 12 relatos-ensayos que nacen de cada uno de los seis cuadros escogidos por Navarrete y Ávila entre los miles que constituyen la ''canopea'' del Louvre, el Museo con mayúscula.
En las palabras introductorias al libro, "Invitación al vuelo", los autores explican el título comparando la canopea natural, entramado que forman las ramas de los árboles en las alturas de los bosques, con el cielo protector que ofrece el Museo a quienes se aventuran a recorrer sus laberintos y descubrir sus misterios.
Inspirada por el bello rostro del anónimo retratado, a quien llama ''el amante'', Ávila escogió El Condotiero, de Antonello da Messina. El interés de la autora por la reercanación se manifiesta en el relato Amado Quirón, que le inspira este cuadro. El condotiero y el centauro preceptor de Aquiles resultan ser la misma persona atravesando diferentes existencias. Algo parecido ocurre en La otra vida de Ascanio Sforza Rossi, donde Ávila concibe al joven de rasgos aristocráticos y a la gitana que lee el futuro en La buenaventura, de Caravaggio, como el mismo ser que recorre avatares a veces arropado como hombre y otras como mujer.
A partir de Guerrero oriental con arco, de Pier Francesco Mola, Avila escribe El príncipe árabe, una defensa del elegante extranjero retratado, que durante siglos había sido tildado de ''pirata'' por los xenófobos que habían escrito su historia. Escena de carnaval o El minué, de Tiepolo, le sirve de pie forzado para una reflexión sobre ''la agonía de la existencia'', en el ensayo del mismo nombre. En La encajera, de Vermeer, una plácida escena cotidiana desemboca en una defensa de los ancianos y su abandono en nuestra época.
El ensayo sobre Las bodas de Caná, de el Veronés, contiene dos ideas que podrían resumir el espíritu que recorre el libro: los cuadros, como Las mil y una noches, encierran las historias conocidas y por conocer. La otra idea, en palabras del Veronés, es la respuesta que el pintor ofreció ante el Tribunal de la Inquisición, donde se le reclamaba por las licencias que se tomó en La cena de Leví: ``Nosotros los pintores, como los poetas y locos, preferimos algunas
libertades''.
Navarrete, por su parte, también se subscribe a esas libertades, y en La sombra de Tarpeya, su versión de Las sabinas interponiéndose entre romanos y sabinos (Jacques-Louis David), elige como narradora a Hersilia, hija del rey sabino y esposa de Rómulo. En un giro que el mismo escritor califica de ''maquiavélico'', Hersilia comienza haciendo un llamado a la paz y "termina dispuesta a acabar con el mundo si alguien le roba al marido''.
En La muerte de Sardanápalo, de Delacroix, Navarrete descubre algo en sus lecturas de fondo de la historia de Mesopotamia: el protagonista del cuadro, el rey sibarita, no es Sardanápalo sino su hermano, Samas-Sum-Ukin, el ''vencido''. En El joven desposado, Navarrete se apoya en sus conocimientos de la historia del arte para desmentir a quienes especulan que el adolescente con estatuilla retratado por Bronzino es un escultor. Un artista nunca sostendría una de sus obras con tan poca firmeza; él es simplemente un noble florentino a quien el destino ha condenado a desposar a quien no ama. En El avaro de Amberes, inspirado por El prestamista y su mujer, de Quentin Metsys, también desafía la versión tradicional: la esposa aburrida ante el marido que cuenta sus monedas resulta ser una mujer religiosa que defiende sus creencias judaicas frente a la ''conveniente'' conversión al catolicismo que la somete la autoridad marital.
Para aquellos que consideran las pinacotecas como fríos salones donde se guarda el arte más extraordinario y también más distante e inalcanzable, La canopea del Louvre prueba que hay tantos cuadros como espectadores. Confinar la historia a los límites del lienzo es faltar a la libertad que prefería el Veronés.
17 août 2008
L'Esterel / Côte d'Azur
L'Estérel son esos montes de los Bajos Alpes (también conocidos como Les Alpilles cuando uno se acerca a Marsella) que se extienden entre La Napoule y Saint-Tropez. La tierra es de un rojo intenso y los bosques de hermosos pinos del tipo llamado "parasol". Es un sitio verdaderamente hermoso. Hoy salimos en esa dirección. Los que conocen bien la Côte saben que para entrar a Saint-Tropez en verano hace falta lo menos tres horas de desesperación, para entrar y para salir en carro, y eso por culpa de los embotellamientos en su casi única carretera de acceso. Con lo cual, es cierto que los nuevos ricos norteamericanos van mucho a Saint-Tropez y allí se quedan, pero si así lo deciden es porque no visitan los museos, pueblos provenzales, monumentos y enorme cantidad de residencias de pintores y escritores que han vivido en la Riviera Francesa y que en ella dejado sus casas y colecciones (Chagall, Renoir, Picasso, Monet, Léger, Matisse, ...). Ellos, cuando salen en yate, lo hacen para ir a cenar al Eden Roc de Antibes o al Hermitage de Monte Carlo.
Mientras navegamos, estas vistas del Estérel.
La casa morisca que aparece aislada en lo alto de uno de los acantilados es la de Paco Rabanne. Los edificios horrorosos que fueron construidos en forma de cajas de fósforos (tal vez no rusas pero sí, por lo menos, suecas) los mandó a construir el modista en el dominio que compró a pocos metros de su propiedad, justamente para venderle luego los apartamentos a suizos, suecos, alemanes y otras gentes escasos de mar o de costas que valgan la pena. Este tipo de operación de pura especulación financiera se hacía con mucha frecuencia antes de 1980 en detrimento de la costa y de lo que fuera. Por supuesto, el asunto del que hablo data de los 70 y como "Tiburón que se baña pero salpica" ahí hasta el secretario más bobito del Ayuntamiento, la comuna y el departamento cogió su tajadita.
16 août 2008
Pirotecnias y DJ / Cannes
Aquí los atardaceres son apacibles. Anoche, bajo la luna llena, el Festival Pirotécnico Internacional de Cannes que se extiende durante varios días de julio y agosto. Casi una hora de acrobacias pirotécnicas en que cada país invitado se luce tratando de superar a los otros. Ayer fueron los del equipo de Canadá. La música estaba un poco patética: tal vez el verano no haya llegado aún por aquellos confines del Labrador y el Quebec., y las piruetas incandescentes no superaron las del equipo de Portugal hace unos días. Luego, a partir de medianoche la Discoteca del Palais retumba (aquí les dejo el programa por si quieren echar un tecnopietón). Cada noche un DJ diferente como invitado. Vienen de Johanesburgo, Miami, NY y hasta de Honolulu. Me alegra que la ciudad haga lo imposible para que no nos aburramos. ¡Qué bien se vive enterándonos de los titulares de la prensa sólo cuando de refilón miramos, sin por ello retener lo leído, alguna primera plana exhibida por un kiosco camino de la playa! Claro, para disfrutar del privilegio de ignorar la prensa hay que pasar primero por el derecho y la libertad de tener libre acceso a la misma.
15 août 2008
Mónaco - Monte Carlo
Ayer en Mónaco, el principado de los Grimaldi y uno de los paraísos perfectos para lavar... la ropa, contaminar el Mediterráneo con unas algas tremebundas salidas de su Museo Oceanográfico y de los experimentos delirantes del Príncipe gago, descojonar el litoral robándole hectáreas al mar, recibir a los príncipes de los emporios sean quienes sean, paguen a quien paguen, costeen el bando que costeen, se alíen a quien se alíen, etc. Sin embargo, nadie se mete con Mónaco. Ni siquiera los simples blogueros tan preocupados porque en cualquier pais del Medio Oriente una bandita de cuidadores de ovejas (pues ni a pastores llegan) queme una banderita yuma, dicen nada de esto, de las cuentas, de los bancos, de las fotos de ellos en sus yates brindando no sabemos por qué operación. ¿No saben esos militantes de tibor-lleno dónde es que crece el dinero de los que gobiernan a los pastorcitos? ¿El dinero que paga la prensa y otros misiles para enardecerlos contra Occidente, para hacer que salgan como dementes por las calles de Damasco y mantener a unos y otros en función de gritar lo que sea ya sea a favor o en contra? ¿No han ido nunca a Ginebra? ¿No conocen Gibraltar, Mónaco o Liechtenstein, para quedarnos sólo en las fronteras de esta Europa ajardinada y distribuidora de lecciones de democracia? Creo que deberían mover sus culos un poquito más y dejar de mirar las cosas por las pantallitas de los PC. De lo contrario estarán condenados a ser teóricos de copy/paste o de Pinares del Guayabal Internáutico.
Como todo eso se cae de la mata para cualquier persona medianamente informada (sólo que cada día quedan menos, la verdad) me fui a gozar de la vida y cagarme en todo eso y me quedé en Mónaco disfrutando de las cosas que valen la pena del principado. Por ahora, el Príncipe sigue sin casarse y, por supuesto, está ampliando el clóset de su alcoba pues ya entró en la cincuentena y todavía los periodistas de la rosa le preguntan si no ha encontrado a la mujer que lleve la... tiara. Y él sigue respondiendo que ésta es una decisión que debe ser muy bien sopesada...
Los que se lleguen por aquí este verano, antes de perder los euros de los ahorros en el Casino o en las terrazas del Café de Paris (donde hacen los mejores escalopes "forestière" de la Costa), vayan a ver al Forum Grimaldi esta extraordinaria exposición de Las Reinas de Egipto. Piezas traídas desde El Cairo, Sudán, Turín, Londres, Nueva York, París... La curadoría es de película y la selección muy cuidada. Por supuesto, tal vez para salir de ella cuanto antes, la exposición comienza de atrás para alante, con Cleopatra y la inevitable Taylor en el papel de la ptolomeica. Ya saben, además, que lo de "reina" es una inevitable asociación, pues tal título nunca existió en Egipto aunque haya habido alguna que otra regente y por lo menos dos faraonas. Después, cuando ya se harten de ver papiros, frasquitos, tinteros, estatuas, anillos, pendientes, estelas y de pasearse por dentro de reconstrucciones de mastabas y otros templos, lléguense al Jardín japonés, un sitio zen que les hará mucho bien a aquellos que lo estén pidiendo a gritos.
Por cierto, ahora a los Grimaldi les ha dado por marcar en la ciudad los hitos en donde se detuvo la Princesa Grace. Ahí mismo, en el jardin japonés, aparece la deliciosa norteamericana de La ventana indiscreta plantando el primer cerezo japonés de los parterres en presencia del embajador de Japón ante el Principado. Unos carteles didácticos en cuatro lenguas, muestran los lugares relacionados directamente con Grace y reproducen la mejor foto de ese instante.
Por supuesto, ir al Casino es (al menos para mí) inevitable. Al que le guste jugar los pies se van solos. Me reservo con cuánto me halagó el Dios-Máquinas-de-Juego-y-Otros-Tapetes-Verdes.
Como todo eso se cae de la mata para cualquier persona medianamente informada (sólo que cada día quedan menos, la verdad) me fui a gozar de la vida y cagarme en todo eso y me quedé en Mónaco disfrutando de las cosas que valen la pena del principado. Por ahora, el Príncipe sigue sin casarse y, por supuesto, está ampliando el clóset de su alcoba pues ya entró en la cincuentena y todavía los periodistas de la rosa le preguntan si no ha encontrado a la mujer que lleve la... tiara. Y él sigue respondiendo que ésta es una decisión que debe ser muy bien sopesada...
Los que se lleguen por aquí este verano, antes de perder los euros de los ahorros en el Casino o en las terrazas del Café de Paris (donde hacen los mejores escalopes "forestière" de la Costa), vayan a ver al Forum Grimaldi esta extraordinaria exposición de Las Reinas de Egipto. Piezas traídas desde El Cairo, Sudán, Turín, Londres, Nueva York, París... La curadoría es de película y la selección muy cuidada. Por supuesto, tal vez para salir de ella cuanto antes, la exposición comienza de atrás para alante, con Cleopatra y la inevitable Taylor en el papel de la ptolomeica. Ya saben, además, que lo de "reina" es una inevitable asociación, pues tal título nunca existió en Egipto aunque haya habido alguna que otra regente y por lo menos dos faraonas. Después, cuando ya se harten de ver papiros, frasquitos, tinteros, estatuas, anillos, pendientes, estelas y de pasearse por dentro de reconstrucciones de mastabas y otros templos, lléguense al Jardín japonés, un sitio zen que les hará mucho bien a aquellos que lo estén pidiendo a gritos.
Por cierto, ahora a los Grimaldi les ha dado por marcar en la ciudad los hitos en donde se detuvo la Princesa Grace. Ahí mismo, en el jardin japonés, aparece la deliciosa norteamericana de La ventana indiscreta plantando el primer cerezo japonés de los parterres en presencia del embajador de Japón ante el Principado. Unos carteles didácticos en cuatro lenguas, muestran los lugares relacionados directamente con Grace y reproducen la mejor foto de ese instante.
Por supuesto, ir al Casino es (al menos para mí) inevitable. Al que le guste jugar los pies se van solos. Me reservo con cuánto me halagó el Dios-Máquinas-de-Juego-y-Otros-Tapetes-Verdes.
13 août 2008
Mítica Croisette / Cannes
La Croisette, la mítica alameda y malecón de Cannes, es el frente marítimo de la ciudad. En la primera foto, al Este: el Palacio del Festival de Cannes, uno de los edificios más espantosos que existen sobre la faz de la Tierra (¡y pensar que demolieron el teatro Belle Époque para construir esa mierda! A saber cuánto pagaron por debajo del tapete los implicados); detrás el barrio medieval de Cannes, llamado Le Suquet. Al Oeste, la vista llega hasta el Golfo Juan-les-Pins y las colinas de Antibes. Al centro, la bahía en su máximo esplendor. Ésta es una vista panorámica desde el Hotel Majestic, uno de los hoteles más célebres de la Riviera Francesa.
11 août 2008
Dolce farniente / Cannes
He llegado a Cannes, Côte d'Azur. A partir de ahora "dolce farniente" que comienza con la isla de Santa Margarita, una de las dos islas Lérins, en la bahía de Cannes. Los que se interesan en las rarezas e historias de Francia deben saber que ese fuerte que he retratado camino de la isla, es el de Sainte-Marguerite. Fue declarado Prisión de Estado desde fines del siglo XV. En 1685, Cinq-Mars condujo hasta él a uno de los prisioneros más misteriosos de Francia: El de la Máscara de Hierro. Hay decenas de hipótesis sobre su identidad. Las más corrientes son las de creer que era un hermano mayor bastardo de Luis XIV, o que se trataba de Marc de La Morelhie, cuñado del médico de Ana de Austria y encargado de la autopsia de Luis XIII por haber descubierto la esterilidad del monarca, y por consiguiente, la posibilidad de que el Rey Sol, su hijo, fuese bastardo. También se dice que era el conde italiano Mattioli, quien estafó de lo lindo a Luis XIV... Y tantas hipótesis más que seguramente los que han leído un poco sobre el tema conocen ya.
10 août 2008
Acuso recibo
1- Las memorias del pintor Raúl Martínez, al cuidado de Abelardo Estorino, bajo el título de Yo Publio. He leído pocas memorias de pintores cubanos. La publicación de las de Martínez, por Letras Cubanas, La Habana, debe ser parte del programa "Revolución Mariposa" que llevan por allá. Voy por la mitad. Las mejores estampas corresponden hasta ahora a la Cuba republicana.
2- Al filólogo venezolano Johan Gotera (Maracaibo, 1974), por su envío de Severo Sarduy: alcances de una novelística y otros ensayos, publicada por Monte Ávila, Caracas (Colección "Las formas del fuego"). Con su ensayo, Gotera ha ganado el premio "Monte Ávila de Ensayo para Autores Inéditos". En su enjundioso e innovador trabajo el autor dialoga con la obra del cubano Severo Sarduy y con la de los poetas venezolanos Lydda Franco Farías, Armando Rojas Guardia y César Seco. Gotera prepara en estos momentos un estudio sobre Lezama y Orígenes. Gracias Johan por tu envío.
3- A Víctor Fowler por La danza eterna, una antología de poesía erótica cubana del siglo XVVV a nuestros días, publicada por Letras Cubanas, La Habana. Desde Rubalcava, Félix Tanco, José María Heredia, la Avellaneda, Luaces, "El Cucalambé", Zenea, Luisa Pérez de Zambrana, Diego Vicente Tejera, Martí, Juana Borrero y Enrique José Varona, hasta Damaris Calderón, Emilio García Montiel, Alberto Lauro, Ramón Fernández-Larrea, Jorge Luis Arcos, Abilio Estévez, León de la Hoz, Efraín Rodríguez Santana, pasando por Pedro Juan Gutiérrez, Luis Rogelio Nogueras, Tania Díaz Castro, Antón Arrufat, además de Lezama, Piñera, Buesa, Dulce María Loynaz, Ballagas, Villena, Poveda, Agustín Acosta y un largo etcétera del gusto y a gusto (como debe ser) del antologador. De más está decir que la calidad de impresión nos remonta a las prensas secretas de algún movimiento clandestino.
4- La revista Encuentro de la Cultura Cubana, en su n° 48 / 49, trae, entre hojarasca y frufrú, dos ensayos que a mi juicio son, cada uno en su registro, lo mejor que he leído en los últimos tiempos: Souvenirs de un Caribe soviético, de Rafael Rojas y Revolución's Wake, de Duanel Díaz. La sección de Poesía se va volviendo, poco a poco, ilegible: de picada. Lorenzo García Vega se erige aquí como representante de un tipo de literatura apta para arqueólogos que descifran las tablillas cuneiformes de la Mesopotamia del 3 500 adC. Como se dice en francés: voué à l'échec. El dossier Brasil, la verdad es que me importa un camión de comino. El interesante estudio entre el candomblé y la santería que aparece no basta para recentrarlo en el tema de estudios culturales, que es lo que yo pensaba encontrar. Pero entiendo que para los politólogos resulte de interés. Antonio J. Ponte salva oportunamente del latón de la basura un documento espeluznante (una planilla) rellenada por Lezama Lima para su expediente laboral.
5-Gracias a Grace Piney, Jefa de Proyectos de la Fundación Hispano Americana por el envío de su edición facsimilar de La Edad de Oro de José Martí. Bonita edición y muy cuidada, realizada con el patrocinio de la FHC y su sello (Colección "Mitos de la Literatura Cubana"). Ofrece la posibilidad de personalizarla con el nombre de niños cubanos.
2- Al filólogo venezolano Johan Gotera (Maracaibo, 1974), por su envío de Severo Sarduy: alcances de una novelística y otros ensayos, publicada por Monte Ávila, Caracas (Colección "Las formas del fuego"). Con su ensayo, Gotera ha ganado el premio "Monte Ávila de Ensayo para Autores Inéditos". En su enjundioso e innovador trabajo el autor dialoga con la obra del cubano Severo Sarduy y con la de los poetas venezolanos Lydda Franco Farías, Armando Rojas Guardia y César Seco. Gotera prepara en estos momentos un estudio sobre Lezama y Orígenes. Gracias Johan por tu envío.
3- A Víctor Fowler por La danza eterna, una antología de poesía erótica cubana del siglo XVVV a nuestros días, publicada por Letras Cubanas, La Habana. Desde Rubalcava, Félix Tanco, José María Heredia, la Avellaneda, Luaces, "El Cucalambé", Zenea, Luisa Pérez de Zambrana, Diego Vicente Tejera, Martí, Juana Borrero y Enrique José Varona, hasta Damaris Calderón, Emilio García Montiel, Alberto Lauro, Ramón Fernández-Larrea, Jorge Luis Arcos, Abilio Estévez, León de la Hoz, Efraín Rodríguez Santana, pasando por Pedro Juan Gutiérrez, Luis Rogelio Nogueras, Tania Díaz Castro, Antón Arrufat, además de Lezama, Piñera, Buesa, Dulce María Loynaz, Ballagas, Villena, Poveda, Agustín Acosta y un largo etcétera del gusto y a gusto (como debe ser) del antologador. De más está decir que la calidad de impresión nos remonta a las prensas secretas de algún movimiento clandestino.
4- La revista Encuentro de la Cultura Cubana, en su n° 48 / 49, trae, entre hojarasca y frufrú, dos ensayos que a mi juicio son, cada uno en su registro, lo mejor que he leído en los últimos tiempos: Souvenirs de un Caribe soviético, de Rafael Rojas y Revolución's Wake, de Duanel Díaz. La sección de Poesía se va volviendo, poco a poco, ilegible: de picada. Lorenzo García Vega se erige aquí como representante de un tipo de literatura apta para arqueólogos que descifran las tablillas cuneiformes de la Mesopotamia del 3 500 adC. Como se dice en francés: voué à l'échec. El dossier Brasil, la verdad es que me importa un camión de comino. El interesante estudio entre el candomblé y la santería que aparece no basta para recentrarlo en el tema de estudios culturales, que es lo que yo pensaba encontrar. Pero entiendo que para los politólogos resulte de interés. Antonio J. Ponte salva oportunamente del latón de la basura un documento espeluznante (una planilla) rellenada por Lezama Lima para su expediente laboral.
5-Gracias a Grace Piney, Jefa de Proyectos de la Fundación Hispano Americana por el envío de su edición facsimilar de La Edad de Oro de José Martí. Bonita edición y muy cuidada, realizada con el patrocinio de la FHC y su sello (Colección "Mitos de la Literatura Cubana"). Ofrece la posibilidad de personalizarla con el nombre de niños cubanos.
9 août 2008
Orfeo en la ciudad / José Triana
Hemos recibido el primer libro de la colección de poesía Atril, dirigida por la escritora y decoradora Regina Ávila, para la Editorial valenciana Aduana Vieja. Se trata de Orfeo en la ciudad, un largo poema del escritor cubano José Triana, autor, entre muchas obras más, de una de las piezas más significativas del teatro cubano: La noche de los asesinos. Los libros de Atril son como pentagramas musicales que se colocan en ese objeto del mobiliario musical que da nombre a la colección. Son grandes (formato A4) y sus hojas enumeradas y móviles. El resultado ha sido un producto para bibliófilos, en los cuales Francia tiene muy larga y excelente tradición. La portada es un óleo del pintor cubano Umberto Peña. El propio autor me pidió el prólogo o nota introductoria del mismo. Yo le sugerí algo más discreto, un postfacio, que al final del libro intentara acercarse al fabuloso mundo poético de este doble Orfeo. Les dejo aquí la portada, la contraportada y el postfacio en cuestión.
Evidentemente, entre viajes, compromisos con amigos, placeres de todo tipo y trabajo, tengo muy poco tiempo para batallas olímpicas u otras batallas. Y de ello doy fe cada día. Amén de que conozco muy bien el sistema de funcionamiento de las ruedas dentadas: cuando una rueda dentada quiere engancharse en la propia con la finalidad de girar al unísono y arrastrarla, lo mejor es echarla a un lado para que, de ese modo, se quede girando solita.
Orfeo en el umbral de cada día…
William Navarrete
Postfacio
Una canción y diecisiete estrofas trae este Orfeo y en su andar toca con su lira un recital mágico y exige a la ciudad de ruidos hostiles una tregua de silencio absorbido por versos que hilvanan la música con que a nuestro oído llegan.
No oímos más que una candencia que nos alegra el día en cada esquina y nos hace viajar agarrándonos de cada nota para recorrer los intersticios infinitos de la creación, los recuerdos, las quimeras: la vida.
Al querer ofrecer este Orfeo en la ciudad en forma impresa, preferimos que sus versos se posaran en las hojas de un pentagrama como quien desea que, en lo adelante, el "atril plantado en el páramo" o en cualquier refugio soñado por el hombre citadino, esté siempre al alcance de todos los que se atreven a soñar en medio del bullicio, sin importarles las cifras ni otro tiempo que aquél en que quedamos marcados por estrellas danzando en el umbral de nuestra infancia.
Orfeo, el hijo de Apolo y de Calíope, es Orfeo. A él recurre José Triana para que lo guíe en "selva oscura" y le muestre, en lo que cabe, a dónde se dirigen los cantares y dulces melodías. El cantor de la lira que deleita es también el propio poeta, tan enamorado de la vida como el griego de Eurídice, dispuesto a mirar a atrás aunque le cueste el amor o en ello le vaya la vida. Orfeo es, por último, nuestro espejo, cada instante, todas las preguntas, los miedos, las dudas, la terrible sensación de abandono y la certeza de que sólo podemos expresarnos en y con el arte.
José Triana ha vivido esencialmente en dos ciudades musicales: La Habana y París. Dos ciudades, dos registros, dos cadencias diferentes. Orfeo se le escurre entre recuerdos del pasado y vivencias del presente. Poco importa en qué momento se le escapa de las manos, o del oído; pues vuelve siempre, cada vez que lo evoca, para darle música a sus versos y ayudarle a pasar las hojas del atril que planta, casi en acto de desafío constante, en cada circunstancia que ha vivido.
Tanto es así que el agraciado ser mítico y el poeta se funden en uno. En ese instante, ninguno de los dos – convertidos en entidad única – teme tachar, borrar, echar al olvido viejas avaricias, empolvados manuscritos. Eurídice les vigila la noche y la fiebre de creación, y da la pauta, cual diapasón, de los momentos en que este doble Orfeo, dadivoso en bellas páginas, se arremolina entre las llamas del fuego creativo.
Cuando el canto parece terminado, ambos Orfeos se separan, se alejan tarareando dispuestos a emprender nuevos caminos. El uno, vuelve a su mundo de faunos y dioses míticos. El otro, caracolándose en ovillos de recuerdos, vuela al rincón de su propio nacimiento, ahí donde empezó la vida, para volver a ser el niño necesario que crecerá, una y otra vez, infinitas veces, sin cansancio, en cada nueva estrofa, en cada nuevo tañer de liras.
6 août 2008
Ringraziamiento
Cuando estaba en Asís, en plena euforia místico-artística agradecí al Señor este viaje. Como el Todopoderoso creó la Tierra y nos creó de paso con un sentido absoluto de la justeza y de lo equitativo, sé que no se pondrá bravo si ahora le escamoteo el 50 % de los agradecimientos para ofrecérselo a los divinos carabinieri, esos modelos de Versace con pistolas y tantas otras gracias, que supieron protegerme durante este intenso periplo que ya siente los motores de Air France desde la pista del aeropuerto boloñés. Nos vemos muy pronto en otro viaje pero no les adelanto cuál.
5 août 2008
Mausoleo de Gala Placidia / Rávena
Éste es el mausoleo llamado de Gala Placidia, en Rávena. La señora de azarosa vida hubiera sido una romana más, de las tantas relacionadas directamente con la familia imperial, si no hubiera sido muy devota cristiana y no le debiéramos, por esa misma razón, la construcción de dos basílicas en Rávena y la de la célebre San Juan de Letrán, en Roma, que se empeñó en terminar. De hecho, este llamado Mausoleo no es más que el oratorio de la Basílica de la Santa Cruz (erigida por ella) de la cual no llegó parte alguna, excepto ésta, hasta nuestros días. El pequeño edificio data del 430 dC aproximadamente y su interior (con planta de cruz griega) atesora importantísimos mosaicos bizantinos y tres sarcófagos monumentales: el de Gala Placidia, el del emperador Constancio III y un tercero que se atribuye indistintamente al emperador Valentiniano III (su hermano) o a Honorius. De más está decirles que se trata de uno de los monumentos excepcionales de Rávena. No pueden entrar en él más de diez personas a la vez y tampoco se puede permanecer en su interior más de cinco minutos, dada la fragilidad del sitio. Las ventanillas y óculos han sido inteligentemente cubiertos de alabastro, algo que le da una luminosidad penumbrosa particular. Hay un modo de quedarse más de los cinco minutos de estricta observancia: estar los cinco minutos en cuestión y en el momento en que expira el último grano de arena de la clepsidra invisible que la celadora del templo disimula bajo su manga, justo cuando entra hecha un basilisco para sacarlo uno del recinto, agarramos una de las dos maquinitas audioguías políglotas que explican asuntos de base, y ganamos bajo este pretexto inviolable que da el derecho de haber pagado 1 € suplementario, cinco minutos más aunque hagamos poco caso de la voz monocorde que sale del auricular. (De hecho yo seleccioné la explicación en japonés para que el "ABC" de la explicación no me cortocircuitara la contemplación de los mosaicos). (Como el sitio es exiguo, se oye fuera del auricular la lengua. Una portuguesa, con sus dos niños – el marido se quedó afuera fumando –, en vez de mirar los mosaicos, no paraba de mirar a ese curioso japonés sin rasgo alguno del Imperio del Sol Naciente que oía la explicación en lengua tan estrafalaria. Y quedóse muy atónita, parapintiperpléjica, pintiplejipárpica, y en buen cubano, botada hasta la suela, pues yo me hice, no el sueco, sino el mismísimo lapón con renos y trineos y todo, para disfrutar de su cara de absoluto asombro).
Vale decir que la gente por tacañería (o desinterés) casi nunca coge (aún necesitándolas) estas máquinas, ya que consideran que han pagado demasiado (8 € 50) con el billete combinado que incluye: el Museo Arzobispal, el Batisterio Neoniano, la Basílica San Apolinar el Nuevo, la de San Vital y este Mausoleo. Esos 8 € 50 les llegan al alma y hasta lo comentan y los lamentan sin pudor alguno, a voz en cuello y en esa babélica bullanga que es, hoy en día, la democratización de la cultura. Sin embargo – y esto es lo bueno –, luego uno se encuentra a esos mismos dolientes de los 8 € 50, en una de las terrazas de la Piazza del Populo empinando un Chianti que les cuesta hasta 15 € y que es (no lo saben) aceite de hígado de bacalao con asientos residuales de gasolina de turbina de un avión de Air Uganda. Pues no sólo pasan atropellando a todo el mundo sino que ni para catar vinos son buenos.
Después de descargar un poquito contra los turistas (no sé si todo el mundo conoce la diferente entre turista y viajero, tampoco si alguien se da cuenta de que realizar un viaje no significa ni remotamente irse de turismo), aconsejo a las lectoras de este blog que lean sobre la vida de Gala Placidia. Ni Corín Tellado, ni el propio Flaubert, cada uno en su estilo, ni ninguna de esas plumas diestras en contar vidas de mujeres desde la Mesalina hasta Juana de Arco, ha logrado ofrecernos un personaje femenino que supere, en vicisitudes reales, dramas, dale-al-que-no-te-dio, envenena antes de que te envenenen, hazte la boba para ver el entierro y paticas para qué te quiero, a esta gentil piadosa romana y cristiana que, desde Francia hasta Bizancio pisó mucha tierra y polvo, siempre con la cruz de su destino a cuestas y con la del Señor en alto. El espacio limitado de este Blog y la parquedad de las pistas que me gusta compartir (con mis amigos), más la delicadeza de no someter a nadie a lecturas de mamotretos que están en los XXXXX cantidad de libros que Europa ha dado (desde los pergaminos hasta Gutenberg, pasando por las inscripciones pétreas), me impiden ser más preciso y exhaustivo al respecto. Sé que los informados ya saben de qué hablo y que los sensibles se informarán cuanto antes.
NB: Pour Reinaldo García Ramos qui sait voir et aussi lire, pour son commentaire d'hier
El Bautisterio Neoniano / Rávena
Es el monumento paleocristiano más antiguo de Rávena. Fue construido a principios del siglo V dC por el obispo Orso y decorado por el artista Neón, del cual lleva el nombre. En el centro de la cúpula, el bautizo de Cristo en el río Jordán. Nótese que el Cristo bien desnudo aparece para significar exclusivamente la naturaleza humana del hijo de Dios. El río adopta también forma humana, esta vez para alcanzarle la "toalla" a Cristo. Falta me haría que se me apereciera a mí, a ver si me pasa una que valga la pena pues sabido es que las "toallas" de Italia no secan, dado esa textura de trapo que tienen las que nos ponen en no pocos hoteles. La pila bautismal conserva el tambor de una fuente romana anterior. Al lado del Batisterio está el Museo del Palacio Arzobispal. Me impresionó ver la silla de marfil de Maximino, labrada como si fuera encaje, en el siglo VI dC.
San Vitale / Rávena
Seguimos con los mosaicos bizantinos de Rávena milagrosamente salvados de la batalla iconoclasta del siglo VII. La Iglesia fue consagrada en el año 547 dC. y es una de las siete maravillas de esta ciudad, declaradas Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. La planta es octogonal y en el altar mayor es que se están los mosaicos más significativos. El efecto de opulencia típico del arte oriental se produce gracias al colorido vivo y los tonos dorados que ciertos fragmentos del mosaico. Los mosaicos que he retratado representan escenas del Antiguo Testamento como las ofrendas de Abel y Melquisidec, el sacrificio de Isaac, etc. En otros aparecen los emperadores Justiniano y Teodora con sus séquitos.
4 août 2008
Sant' Apollinaire Nuovo / Rávena
Rávena (suena fatal con ese acento esdrújulo pero así es en castellano) fue la capital del Imperio Romano de Occidente en el 402 dC cuando Honorius huye de Milán y transfiere el centro de poder hacia esta ciudad. Aquí fue destronado, en el 476 dC, el último Emperador romano (Rómulo Augusto) por Odoacro. Luego, entre el 493 y 526 dC Teodorico, rey de los Ostrogodos, instala en ella su corte. En el 540, fue conquistada por los bizantinos y poco después el emperador Justiniano la convierte en capital de las posesiones de Bizancio en la península itálica hasta el año 751 dC. Ésta es la coyuntura que da origen a los refinados mosaicos de Rávena. Toda la gloria de la ciudad se debe a los pocos siglos en que pasó de Roma Imperial a los Godos y de éstos a Bizancio.
Aquí una selección de mis fotos en la Iglesia de Sant' Apollinaire Nouvo (Apolinar fue el primer obispo de Rávena), construida entre el 493 y el 526 dC por Teodorico el Grande. Una anécdota: la taquillera se negó a cobrarme la entrada porque me vio con la Tau de San Francisco al cuello. Seguramente es devota al santo. Digo yo.
Vista de la fachada
Retrato de Justiniano
El cortejo de las vírgenes, en el muro superior derecho de la nave central. Las vírgenes con velos blancos llevan en sus manos coronas
Detalle correspondiente a la escena de los Reyes Magos en la imagen anterior
Aquí una selección de mis fotos en la Iglesia de Sant' Apollinaire Nouvo (Apolinar fue el primer obispo de Rávena), construida entre el 493 y el 526 dC por Teodorico el Grande. Una anécdota: la taquillera se negó a cobrarme la entrada porque me vio con la Tau de San Francisco al cuello. Seguramente es devota al santo. Digo yo.
Vista de la fachada
Retrato de Justiniano
El cortejo de las vírgenes, en el muro superior derecho de la nave central. Las vírgenes con velos blancos llevan en sus manos coronas
Detalle correspondiente a la escena de los Reyes Magos en la imagen anterior
3 août 2008
Ravena - Primo: Dante
Creo que el tesoro más preciado del que dispongo es el de mi absoluta libertad. Tal y como se me antojó he llegado a Rávena. Sin ella, Bizancio fuera mera literatura. Los turcos se encargaron de darle borrón a casi todos los mosaicos cristianos de Estambul. Sin sacudirme el polvo, cita con el padre del toscano, o sea, del italiano. Ante el sepulcro de Dante y recordando los tres primeros tercetos del magistral "Infierno" (en lengua dantesca) :
Nel mezzo del cammin di nostra vita
mi ritrovai per una selva oscura
ché la diritta via era smarrita.
Ahi quanto a dir qual era è cosa dura
esta selva selvaggia e aspra e forte
che nel pensier rinova la paura!
Tant'è amara che poco è più morte;
ma per trattar del ben ch'i' vi trovai,
dirò de l'altre cose ch'i' v'ho scorte.
Nota: Este túmulo – me he dado cuenta de que vale la pena explicarlo –, fue donde se pusieron a salvo los huesos de Dante cuando el fin de la II Guerra Mundial. El sarcófago que los ha contenido siempre (y contiene) se halla justo al lado, en el monumento funerario que le ha sido dedicado. Menos atractivo y poético, eso sí, que el verde túmulo.
Rímini
He llegado a Rímini, la mítica ciudad-balneario italiana de la Belle Époque, del cine italiano, pero sobre todo de la infancia y juventud de Fellini (¿recuerdan Amarcord?). Justamente el Grand Hotel de Rímini (una de sus escenografías) está celebrando este verano sus cien años. Cócteles en sus jardines y viejos temas norteamericanos de los 40 y 50. Hay dos Rímini Mare: una elegante, en que las villas señoriales se esconden detrás de los cipreses, y otra completamente inhóspita que se extiende a lo largo de kilómetros hasta Riccione, en la que no cabe un hotel de tres estrellas ni un timbiriche ni un chaise-longue más. A ambas las separa, como una frontera visible, el Parque Fellini, la Fontana dei Quattro Cavalli y el Viale Principe Amedeo. También hay un tercer Rímini, el de tierra adentro, donde abundan los mosaicos y las fachadas del Renacimiento. En este último, la famosa Fontana della Pigna data de la época romana aunque fue restaurada y modificada en 1543 por Giovanni da Carrara. Frente a ella (la fuente fue hasta 1902 el único manantial de agua potable) la Vieja Pescadería del XVIII en que aún se ven los mostradores de mármoles para los productos del Adriático pregonados por los pescaderos.
2 août 2008
En la pasada primavera / Malta / El Nuevo Herald
Con un poquillo de retraso aparece en El Nuevo Herald lo que escribí sobre mi viaje a Malta en la pasada Semana Santa. Es lo que se llama "artículo atemporal" y, por supuesto, es válido para los que vayan a esta hermosa isla en cualquier momento.
Link: Malta, veinticinco siglos de historias / William Navarrete / El Nuevo Herald
Nueva publicación / Arte / Aduana Vieja
Segunda interrupción de este viaje y aprovechando que he encontrado un tablero en español. Esta vez para poner la portada y dar la noticia de que acaba de salir de las prensas valencianas el segundo libro de la colección Visiones críticas de Aduana Vieja. El primero fue Visión crítica de Gina Pellón (2007) y tuve el gusto de concebirlo y escoger los textos críticos sobre esta artista. Ahora, para el segundo, hacemos los mismo el crítico de arte y amigo Jesús Rosado y este humilde servidor. Se trata de Visión crítica de Humberto Calzada. Jesús y este humilde servidor hemos tenido el placer de concebir este libro, prologarlo y seleccionar los textos sobre la larga carrera en exilio de este pintor de la Generación Miami, llamada así por el malogrado y excelente crítico de arte Giulio V. Blanc.
Los autores cuyos textos aparecen en el libro son, por orden cronológico: Ricardo Pau-Llosa, Lillian Dobbs, José Ángel Buffil, Helen L. Kohen, Al Morch, Ramón Oviero, Lenore D. Miller, Jorge Bernuy G., César Young-Núñez, Ana Monzón, Nena Ossa, Diana Montané, Aída Balta C., Catherine Fox, Armando Álvarez Bravo, Leslie Judd Ahlander, Dionisio D. Martínez, Manuel Álvarez Lezama, Carol Damian, William Navarrete, Jesús Rosado, José Antonio Évora, Enrico Mario Santí, Ileana Fuentes, Fabiola Santiago, Olga Connor y Marisol Martell. En total, 28 autores norteamericanos, peruanos, panameños, puertorriqueños, mexicanos, chilenos, guatemaltecos y cubanos. El libro tiene además ilustraciones de obras del artista escogidas por Carmen Kohly de Calzada.
Evidentemente (ya me conocen) habrán muchos, muchísimos, libros más…
Lulú la perdida, por Olga Connor / El Nuevo Herald
Interrumpo el recorrido italiano para poner la reseña de Olga Connor en El Nuevo Herald del poemario de Pedro Juan Gutiérrez titulado Lulú la perdida, publicado e ilustrado por Ramón Alejandro como primer libro de la Editorial La Araña Pelúa / La Mygale à Pigalle, que ha creado.
Artes y Letras / El Nuevo Herald
Publicado el domingo 27 de julio del 2008
Link directo : Lulú la perdida en París, Miami y La Habana
Lulú la perdida en París, Miami y La Habana
Olga Connor
Un libro de Pedro Juan Gutiérrez, residente de La Habana y autor de la ya legendaria Trilogía sucia de La Habana, y de El rey de La Habana (ambas en Anagrama), acaba de tener publicado su poemario Lulú la perdida y otros poemas de John Snake. Fue un producto de muchas ciudades: impreso y maquetado en Miami por Germán Guerra, para la colección La Araña Pelúa, de la editorial de París La Mygale à Pigalle, dirigida e ilustrada por el artista y escritor Ramón Alejandro, y con los editores correctores Ena Columbié y William Navarrete, de California y París respectivamente.
El libro fue presentado casi simultáneamente en Miami y La Habana. Aquí fue un ágape íntimo y espontáneo en mi casa, con la presencia de algunos escritores y artistas. En La Habana, se realizó previamente anunciado, el miércoles 9 de julio, en la Villa Manuela, la galería de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). Aquí se discutió informalmente, allá fue comentado por Norberto Codina, director de La Gaceta de Cuba, e iniciador de esta actividad, y el propio Ramón Alejandro, que viaja entre París y La Habana con su pasaporte francés.
En Villa Manuela se presentaron unas 60 personalidades, según me escribe Alejandro. Entre ellos, Miguel Barnet presidente actual de la UNEAC, Rafael Hernández, editor de la revista Temas, Pedro de Oraá, director artístico de la revista Unión, Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura, director de La Siempreviva, Pablo Barrios Almazor, Cónsul General de España, el escritor Víctor Fowler, David Mateo, el pintor Reinerio Tamayo, y Mario Miguel González del proyecto de los refrigeradores de la Novena Bienal, en que participó Alejandro, y de uno próximo sobre las banderas para la Décima Bienal. Rafael Acosta de Arriba, antiguo presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas también estuvo presente. ''Esto sienta un precedente dentro de las actividades de la Galería'', acota Ramón Alejandro.
''Pedro Juan leyó dos violentísimos poemas de los que forman parte del libro'', cuenta Alejandro. E invitó a algunos de sus íntimos a la mítica "azotea centrohabanera" de San Lázaro y Malecón. Pedro Juan, "quien tiene una larga carrera como autor de Poemas visuales, además de sus famosas novelas, va a participar también en los proyectos de Mario Miguel González, alias Mayito, con una Bandera de Centro Habana, tan esperada como la contribución de Pichi Perugorría y de Humberto Solás, director del Festival de Cine Pobre de Gibara y reconocido cineasta por sus numerosos largo metrajes junto con otros 300 artistas''. Gutiérrez llegaba de México, donde acababa de recibir en la Isla de Guadalupe el Premio de Narrativa de la América Insular y la Guyana 2008, por su novela El nido de la serpiente.
Lulú la perdida y otros poemas de John Snake es un poemario que se ha impreso como título de colección. Los lectores ávidos pueden encontrar algunos de los principales poemas en la página del escritor, marcando poesía y luego el título del libro en www.pedrojuangutierrez.com. Consagrado como novelista, cuyos temas incluyen fuerte sexo, aspectos escatológicos, y duras realidades de la vida en la ciudad, esto nos hace olvidar su condición de poeta. Pero la suya no es una poesía blandengue, sino tan fuerte y violenta, con ese mismo concepto de duro realismo que asume al relatar sus historias. Y aunque Gutiérrez no se amedrenta de nombrar el sexo ni los estercoleros, su poesía es una épica de la ciudad, como si escribiera romances o coplas de historias anónimas, pero muy vividas y sentidas, con un ritmo interno que marca el tempo de sus visiones. (Vea más sobre este libro en la revista digital Decir del agua, www.decirdelagua.com ).
Artes y Letras / El Nuevo Herald
Publicado el domingo 27 de julio del 2008
Link directo : Lulú la perdida en París, Miami y La Habana
Lulú la perdida en París, Miami y La Habana
Olga Connor
Un libro de Pedro Juan Gutiérrez, residente de La Habana y autor de la ya legendaria Trilogía sucia de La Habana, y de El rey de La Habana (ambas en Anagrama), acaba de tener publicado su poemario Lulú la perdida y otros poemas de John Snake. Fue un producto de muchas ciudades: impreso y maquetado en Miami por Germán Guerra, para la colección La Araña Pelúa, de la editorial de París La Mygale à Pigalle, dirigida e ilustrada por el artista y escritor Ramón Alejandro, y con los editores correctores Ena Columbié y William Navarrete, de California y París respectivamente.
El libro fue presentado casi simultáneamente en Miami y La Habana. Aquí fue un ágape íntimo y espontáneo en mi casa, con la presencia de algunos escritores y artistas. En La Habana, se realizó previamente anunciado, el miércoles 9 de julio, en la Villa Manuela, la galería de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba). Aquí se discutió informalmente, allá fue comentado por Norberto Codina, director de La Gaceta de Cuba, e iniciador de esta actividad, y el propio Ramón Alejandro, que viaja entre París y La Habana con su pasaporte francés.
En Villa Manuela se presentaron unas 60 personalidades, según me escribe Alejandro. Entre ellos, Miguel Barnet presidente actual de la UNEAC, Rafael Hernández, editor de la revista Temas, Pedro de Oraá, director artístico de la revista Unión, Reynaldo González, Premio Nacional de Literatura, director de La Siempreviva, Pablo Barrios Almazor, Cónsul General de España, el escritor Víctor Fowler, David Mateo, el pintor Reinerio Tamayo, y Mario Miguel González del proyecto de los refrigeradores de la Novena Bienal, en que participó Alejandro, y de uno próximo sobre las banderas para la Décima Bienal. Rafael Acosta de Arriba, antiguo presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas también estuvo presente. ''Esto sienta un precedente dentro de las actividades de la Galería'', acota Ramón Alejandro.
''Pedro Juan leyó dos violentísimos poemas de los que forman parte del libro'', cuenta Alejandro. E invitó a algunos de sus íntimos a la mítica "azotea centrohabanera" de San Lázaro y Malecón. Pedro Juan, "quien tiene una larga carrera como autor de Poemas visuales, además de sus famosas novelas, va a participar también en los proyectos de Mario Miguel González, alias Mayito, con una Bandera de Centro Habana, tan esperada como la contribución de Pichi Perugorría y de Humberto Solás, director del Festival de Cine Pobre de Gibara y reconocido cineasta por sus numerosos largo metrajes junto con otros 300 artistas''. Gutiérrez llegaba de México, donde acababa de recibir en la Isla de Guadalupe el Premio de Narrativa de la América Insular y la Guyana 2008, por su novela El nido de la serpiente.
Lulú la perdida y otros poemas de John Snake es un poemario que se ha impreso como título de colección. Los lectores ávidos pueden encontrar algunos de los principales poemas en la página del escritor, marcando poesía y luego el título del libro en www.pedrojuangutierrez.com. Consagrado como novelista, cuyos temas incluyen fuerte sexo, aspectos escatológicos, y duras realidades de la vida en la ciudad, esto nos hace olvidar su condición de poeta. Pero la suya no es una poesía blandengue, sino tan fuerte y violenta, con ese mismo concepto de duro realismo que asume al relatar sus historias. Y aunque Gutiérrez no se amedrenta de nombrar el sexo ni los estercoleros, su poesía es una épica de la ciudad, como si escribiera romances o coplas de historias anónimas, pero muy vividas y sentidas, con un ritmo interno que marca el tempo de sus visiones. (Vea más sobre este libro en la revista digital Decir del agua, www.decirdelagua.com ).
1 août 2008
San Pietro in Valle / Umbria
Anoche no posteé porque dormí aquí: en la Abadía de San Pedro del Valle. De más está decir que es una de las más hermosas del mundo, no tanto por sus tesoros artísticos como por el sitio ABSOLUTAMENTE sublime en que se halla: en pleno corazón de Umbría, rodeada de altas montañas. Aquí llegaron Lázaro y Juan, dos monjes sirios y fundaron una Ermita. Nadie sabe cómo llegaron los muy santos. Yo que he llegado en un coche de alquiler último modelo puedo asegurar que estuve a punto de abandonar la ruta. El caso es que el sitio está lejos de todo y de todos. Intrincado y en medio de elevados picos. Un hotel se ocupa de darle vida durante los meses de primavera y verano. Ya no hay monjes. La Abadía fue destruida por los sarracenos en el siglo IX y reconstruida al gusto románico en el siglo XI. Si un día tienen la posibilidad de recorrer la Umbría, incluyan, por favor, a San Pietro del Valle en el "tour". Se acordarán de mí. El parqueo, por ejemplo, es un campo de olivos. El resto dejo que lo descubran cuando vengan. Hagan click en las fotos para verlas bien grandes y disfrutar de los detalles.
El campanario del siglo XI. Románico lombardo
El claustro
La puerta que de la Iglesia comunica con el claustro
El campanario del siglo XI. Románico lombardo
El claustro
La puerta que de la Iglesia comunica con el claustro
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